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martes, 9 de agosto de 2016

Martirologio Romano 9 de agosto


SAN JUAN MARÍA VIANNEY,
Confesor

n. 8 de mayo de 1786 en Dardilly (Lyón), Francia;
† 4 de agosto de 1859 en Ars, Francia

Patrono de los párrocos y de los confesores.


El que creyere y se bautizare se salvará;
pero el que no creyere se condenará.
(Marcos 16, 16)


  • La Vigilia de san Lorenzo, Mártir.
  • En Roma, san Román, soldado y Mártir, el cual compungido por la constante confesión de san Lorenzo, le pidió el bautismo; después, declarándose cristiano, fue apaleado y degollado.
  • En Toscana, el triunfo de los santos Mártires Secundino, Marceliano y Veriano; los cuales, en tiempo de Decio y por orden del Consular Promoto, fueron primero azotados, después suspendidos en el potro, desgarrados con uñas de hierro, quemados con fuego los costados, y finalmente, cortadas las cabezas, merecieron la palma triunfal del martirio.
  • En Verona, los santos Mártires Firmo y Rústico, los cuales, en tiempo del Emperador Maximiano, y siendo Juez Anolino, como rehusasen sacrificar a los ídolos y perseverasen constantes en la fe de Cristo, superados otros tormentos, fueron ambos apaleados y después decapitados.
  • En África, la conmemoración de muchísimos santos Mártires, que en la persecución de Valeriano, mientras san Numídico los exhortaba a la constancia, arrojados a las llamas, alcanzaron la corona del martirio. El mismo Numídico, aunque arrojado con los demás a la hoguera y cubierto de piedras, fue de entre ellas sacado por una hija suya, que hallándole todavía vivo, le curó. Más tarde mereció por su virtud ser designado por san Cipriano Presbítero de la Iglesia de Cartago.
  • En Constantinopla, los santos Mártires Julián, Marciano y otros ocho, los cuales, por haber colocado una imagen del Salvador en la puerta de bronce, todos por orden del impío Emperador León, al cabo de muchos suplicios fueron muertos con la espada.
  • En Chalons de Francia, san Domiciano, Obispo y Confesor.
  • San Juan Bautista María Vianney, Presbítero y Confesor, celestial Patrono de todos los Párrocos, de cuyo tránsito se hace mención el día 4 de Agosto.


Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias



SAN JUAN MARÍA VIANNEY, 
Confesor

El que habría de ser cura de Ars nació en 1786; tales dificultades encontró en el estudio que, humanamente, no se hubiera esperado que llegara a la ordenación sacerdotal. En 1818, fue encargado de una humilde parroquia de aldea. Habría de hacerla célebre en todo el mundo por las maravillas que en ella obró su celo, tanto en las almas de sus ovejas cuanto en la de numerosos extranjeros que acudían, de todas partes, a confesarse con él para recibir sus consejos y gozar del espectáculo de sus virtudes. El cura de Ars recibió de Dios la gracia de los milagros y el don de leer en los corazones, pero nunca dejó de vivir en la humildad, en la pobreza y en la penitencia. Murió en 1859.


MEDITACIÓN 
SOBRE TRES CUALIDADES DE LA VIDA DEL CRISTIANO


l. San Jerónimo nos suministra el tema de esta meditación en la carta que escribió a Rústico. "Nada hay -dice-, más feliz que el cristiano porque se le ha prometido el cielo". Ahí está la fuente de tu grandeza y felicidad. El cristianismo te hace hijo de Dios y te da derecho a la herencia del paraíso. "¡Cuán rico soy -decía San Juan Crisóstomo-, puesto que por la gracia, poseo a Dios, que es la fuente de todos los bienes!" Alma mía, levántate hacia el cielo para el que fuiste creada, y desprecia a la tierra como indigna de ti.

II. Nada parece más penoso que la vida del cristiano. "No nacemos cristianos -dice Tertuliano-, lo llegamos a ser, y lo llegamos a ser con mucho trabajo". Hay que luchar contra el demonio, contra el mundo, contra sí mismo, no una sola vez, sino todos los días, hasta el último suspiro. Debo, pues, resolverme a seguiros, amable Jesús mío, a llevar con Vos la cruz y la corona de espinas. Ya no más flores ni delicias, puesto que mi Maestro yace en el dolor renuncio para siempre a los placeres de la tierra.

III. Nada hay más fuerte que el cristiano por que vence al demonio, y se eleva por encima de todas las cosas del mundo, y tiene la seguridad de que Dios no lo abandonará en las tentaciones. Considera lo que sufrieron los mártires con la ayuda de los auxilios de Dios. ¿Qué harías tú si algún tirano pusiese a prueba tu fe mediante los tormentos? Prepárate para el martirio por medio de una mortificación continua. La vida del cristiano es un aprendizaje del martirio. (Tertuliano).


La confianza en Dios
Orad por los párrocos


ORACIÓN 


Dios omnipotente y misericordioso, que hicisteis al bienaventurado Juan María admirable por su fe hacia tí, el fervor de su oración y de su penitencia, concedednos que siguiendo su ejemplo y por su intercesión ganemos para Cristo las almas de nuestros hermanos y lleguemos con ellos a la gloria eterna. Por J. C. N. S. 




Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo III; Patron Saints Index.


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