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domingo, 29 de septiembre de 2024

Martirologio Romano 29 de septiembre

    

LA DEDICACIÓN DE SAN MIGUEL
Arcángel

Patrono de los artistas; personal de emergencia médica; paramédicos; radiólogos; radioterapeutas; oficiales de policía; fuerzas de seguridad; guardias de seguridad; soldados; paracaidistas; marineros; enfermos; personas en trance de muerte; esgrima; verduleros; tenderos; panaderos; fabricantes de sombreros; caballeros; fabricantes de espadas. Protector contra los peligros del mar y en las batallas.
Se lo invoca en las tentaciones y para pedir una santa muerte.



Se trabó un gran combate en el cielo:
Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón.
(Apocalipsis 12, 7)


  • En el monte Gargano, la venerable memoria de san Miguel Arcángel, cuando allí fue consagrada a su nombre una Iglesia, de poca apariencia en verdad, pero dotada de celestial virtud.
  • En Auxerre, san Fraterno, Obispo y Mártir.
  • En Tracia, el triunfo de los santos Mártires Eutiquio, Plauto y Heraclea.
  • En Persia, los santos Mártires Dadas, pariente del Rey Sapor,Casdoa, su mujer, y Cabdelas, su hijo; los cuales, despojados de sus honores, y desgarrados con varios tormentos, al cabo de larga prisión, fueron muertos a cuchillo.
  • En Armenia, las santas Vírgenes Rípsimes y sus Compañeras Martires, en tiempo del Rey Tiridates.
  • En Persia, santa Gudelia, Mártir, la cual, por haber convertido muchísimos a Cristo, y por no querer adorar al Sol ni al Fuego, en tiempo del Rey Sapor, al cabo de muchos tormentos, desollada la cabeza y clavada en un leño, mereció alcanzar el triunfo.
  • En Pontecorbo, junto a Aquino, san Grimoaldo, Presbítero y Confesor.
  • En Palestina, san Quiríaco, Anacoreta.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

R. Deo Gratias.






SAN MIGUEL
Arcángel

San Miguel, el príncipe de los ángeles y el protector de la Iglesia, siempre ha defendido el honor y la gloria de Dios tanto en la tierra como en el cielo. Fue él quien echó del paraíso a Lucifer y sus cómplices. La Iglesia celebra esta fiesta en su honor, y Francia, que lo ha elegido por protector, a menudo ha experimentado los venturosos efectos de su protección. Luis IX creó en su honor la célebre Orden de San Miguel; Rusia también lo tuvo en gran veneración.



MEDITACIÓN
SOBRE SAN MIGUEL


I. Lucifer se había rebelado contra Dios: tal vez se negaba a adorar el misterio de la Encarnación, que Dios había revelado de antemano a sus ángeles. Imita el celo de este arcángel cuando se trata de los intereses de Dios: declárate abiertamente en contra de los impíos. Cuando el mundo con sus placeres o el demonio con su orgullo te ataquen, diles con San Miguel: “¿Quién como Dios?” Mundo, placeres, honores, riquezas: ¿pueden acaso tus recompensas compararse a las que Dios me reserva? ¿Quién como Dios?

II. La humildad y la sumisión procuraron a San Miguel una gloria eterna, y el orgullo precipitó a Lucifer en los abismos infernales. ¡Temblad, soberbios! La vanidad es la que ha perdido a la más hermosa de todas las creaturas. Humillémonos y temamos comparecer ante Dios que hasta en los ángeles ha encontrado corrupción. ¡Cayeron los astros del cielo y yo, lombriz, no tiemblo!

III. Debes honrar a San Miguel, porque es el príncipe de la Iglesia que debe un día asistir al examen de toda tu vida. ¿Qué dirás? ¿qué harás en ese tremendo día? No podrás esperar ayuda alguna ni de tu riqueza ni de tu ciencia. Sólo tus buenas obras abogarán a tu favor ante el Juez supremo. ¿Bastarán para asegurarte una gloria eterna? Llegará ese día en el que un corazón puro valdrá más que palabras hábiles, una buena conciencia más que una bolsa llena de oro (San Bernardo).


La devoción a San Miguel
Orad por Francia


ORACIÓN
Oh Dios, que reguláis con infinita sabiduría los diversos ministerios de los ángeles y de los hombres, dignaos concedernos como protectores en la tierra a esos espíritus bienaventurados que no cesan en el cielo de ofreceros sus servicios y homenajes. Por J. C. N. S.



Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo III; Patron Saints Index.







Sea todo a la mayor gloria de Dios.

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