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domingo, 2 de agosto de 2015

MES DEDICADO AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA DÍA SEGUNDO






Basado en el libro “El Corazón Admirable de la Madre de Dios”

de San Juan Eudes (1601-1680)


CONDICIONES

En uno de los días del mes de agosto, se ha de confesar y comulgar con la mayor preparación y disposición que fuese posible; y será bueno ayunar algún día a la honra de Nuestra Señora. Y procure mantenerse con una gran pureza de cuerpo y alma, andando con especial cuidado de evitar toda culpa y particularmente contraria a la castidad, que es virtud angélica. Quien fuera de esto hiciere limosnas y otras buenas obras en reverencia a esta gran Señora, la obligará más a que interceda ante Dios para que alcance lo que desea, si conviniere para su salvación, y sino le alcanzará de su Majestad otra cosa mejor y más conveniente para la Bienaventuranza eterna.


ACTO DE REPARACIÓN
AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


Para todos los días.

¡Oh Inmaculado Corazón de María, traspasado de dolor por las injurias con que los pecadores ultrajan vuestro Santísimo nombre y vuestras excelsas prerrogativas!, aquí tenéis, postrado a vuestros pies, un indigno hijo vuestro que, agobiado por el peso de sus propias culpas, viene arrepentido y lloroso, y con ánimo de resarcir las injurias que, a modo de penetrantes flechas, dirigen contra Vos hombres insolentes y malvados. Deseo reparar, con este acto de amor y rendimiento que hago delante de vuestro amantísimo Corazón, todas las blasfemias que se lanzan contra vuestro augusto Nombre, todos los agravios que se infieren a vuestras excelsas prerrogativas y todas las ingratitudes con que los hombres corresponden a vuestro maternal amor e inagotable misericordia.
Aceptad, ¡oh Corazón Inmaculado!, esta pequeña demostración de mi filial cariño y justo reconocimiento, junto con el firme propósito que hago de seros fiel en adelante, de salir por vuestra honra cuando la vea ultrajada y de propagar vuestro culto y vuestras glorias. Concededme, ¡oh Corazón amabilísimo!, que viva y crezca incesantemente en vuestro santo amor, hasta verlo consumado en la gloria. Amén.



Rezar tres Avemarías en honra del poder, sabiduría y misericordia del Inmaculado Corazón de María, menospreciado por los hombres.


JACULATORIAS

¡Oh Corazón Inmaculado de María, compadeceos de nosotros!
Refugio de pecadores, rogad por nosotros.
¡Oh Dulce Corazón de María, sed la salvación mía!



MEDITACIÓN DÍA SEGUNDO

Como nuestra razón no sabe inclinarse a apreciar y amar una cosa sin conocer el motivo que la hace digna de estima y amor, el infinito celo en que se ve abrasado este único Hijo de María por los intereses de su queridísima Madre, le estimula grandemente a manifestarnos por boca de los Santos Padres y por los oráculos de las divinas Escrituras, aun en este valle de tinieblas, algo de las excelencias incomparables con que se ve enriquecida, reservándonos la parte que excede infinitamente a todo esto para el país de las luces, el Cielo.

Entre estos divinos oráculos, me ha parecido hallar uno en el capitulo doce del Apocalipsis, que viene a ser como un compendio de cuanto más grande y magnífico puede decirse y pensarse sobre esta maravillosa Princesa. Me refiero al expresado en estas palabras: "Apareció en el cielo una señal grande, un prodigio maravilloso, un milagro prodigioso: una mujer envuelta en el sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre la cabeza una corona de doce estrellas". ¿Cuál es este inmenso prodigio? Y ¿quién es esa prodigiosa mujer? San Epifanio, San Agustín, San Bernardo y multitud de Santos Doctores están de acuerdo en que se trata de la Reina de las mujeres, la Emperatriz de los hombres y de los Ángeles, la Virgen de las vírgenes; la mujer que ha llevado en sus virginales entrañas a un hombre perfecto, al Hombre-Dios. Y aparece en el cielo, porque del Cielo procede, y es su obra maestra, la Emperatriz, su gloria y felicidad; y porque nada hay en Ella que no sea celestial; y aun cuando estuvo con el cuerpo en la tierra, con su alma, con su pensamiento, con su corazón y amor estaba en el Cielo.


Se piden las gracias que se desean alcanzar durante este mes.


DEPRECACIONES
(Súplicas)


Para todos los días



1. Oh Corazón de María, compadeceos de los incrédulos; despertad a los indiferentes; dad la mano a los desesperados; convertid a los blasfemos y profanadores de los días del Señor. Avemaría.

2. Oh Corazón de María, aumentad la fe de los pueblos; fomentad la piedad; sostened las familias verdaderamente católicas; apagad los odios y venganzas en que se abrasa el mundo. Avemaría.
3. Oh Corazón de María, convertid a los mundanos, purificad a los deshonestos, volved al buen camino a tantas víctimas del vicio y del error. Avemaría.
4. Oh Corazón de María, convertid a todos los pecadores de la Iglesia; dirigid a patronos y obreros; iluminad con luz celestial a los malos escritores y gobernantes para que vengan a la luz de Cristo; convertid y santificad a los malos católicos. Avemaría.
5. Oh Corazón de María, suscitad muchos y santos Sacerdotes y Misioneros que trabajen en la conversión de los pecadores y en la salvación de las almas de todo el mundo, y dadnos a todos la perseverancia final en el santo amor y temor de Dios. Así sea. Avemaría.





ORACIÓN FINAL
Oh Inmaculado Corazón de María, en Vos confiamos; no nos dejéis en este valle de lágrimas hasta vernos seguros junto a Vos en el Cielo. Así sea.



Fuente. Apostolado Digital del Sagrado Corazón.

Visto en Radio Cristiandad




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