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sábado, 15 de abril de 2017

Martirologio Romano 15 de abril


SANTA ANASTASIA

Virgen y Mártir

Es necesario que este cuerpo corruptible sea
revestido de incorruptibilidad, y que este cuerpo
mortal sea revestido de inmortalidad.
(1 Corintios 15, 53)


  • En Roma, santas Basilia y Anastasia, mártires quienes perteneciendo a la nobleza romana, fueron discípulos de los apóstoles, recuperaron y dieron cristiana sepultura a los cuerpos de san Pedro y san Pablo, al ser llevadas ante Nerón se mantuvieron firmes en la fe, tras serles cortadas sus lenguas y pies fueron ejecutadas a espada, ganado así la corona del martirio.
  • En Roma, santos Marón, Eutiquetis y Victoriano, mártires, los cuales juntamente con santa Flavia Domitila, estuvieron mucho tiempo desterrados en la isla Poncia en confesión de Cristo; después en tiempo del emperador Nerva se levantó el destierro, y como no dejasen de convertir almar a Jesucristo, en persecución de Trajano mandó el juez Valeriano que fuesen muertos con diversos géneros de suplicios.
  • En Persia, santos Máximo y Olimpiadas, mártires, los cuales en el imperio de Decio primeramente fueron azotados con manoplas de plomo y con manojos  de varas, y después les dieron palos en la cabeza  hasta que expiraron.
  • En Ferentino, en Toscana, san Eutiquio, mártir.
  • En Mira, de Licia, san Crescente, mártir, el cuál consumó el martirio quemado en una hoguera.
  • En Mira, de Licia, santos Teodoro y Pausilipo, mártires, quienes padecieron bajo el emperador Adriano,
  • En Bretaña, san Paterno de Ceredigion, obispo y fundador

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.






SANTA ANASTASIA
Virgen y Mártir

Santa Anastasia fue una ilustre matrona romana, discípulo de los apóstoles san Pedro y san Pablo. Su principal afán era animar a los cristianos al martirio, y redimir sus reliquias para darles un digno entierro. Pero he aquí que siendo la voluntad de Nerón acabar radicalmente con los cristianos, perseguía con especial encarnizamiento a los que cuidaban de conservar la memoria y el culto de los mártires. 



MEDITACIÓN
SOBRE LA RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS

I. Todos resucitaremos: es una verdad muy consoladora para las almas santas. Sí, este cuerpo ahora en el oprobio, en el dolor y la pobreza, este cuerpo será un día glorioso, inmortal, sutil, impasible y semejante a los espíritus. ¡Con qué júbilo las almas de los santos volverán a los cuerpos que fueron sus compañeros de trabajo e instrumentos de su victoria! Ánimo, cuerpo mío; resucitaremos y tu gloria será proporcional a los sufrimientos que hayas soportado por Jesucristo. Yo veré a Dios, mi Salvador, en mi carne (Job).

II. Los malos resucitarán, pero, ¡ay! ¡qué horror sentirán al retomar sus cuerpos que han sido la causa de su condenación! ¿Nada menos que tú, dirán esos míseros, nada menos que tú, que eres podredumbre, has perdido a un alma inmortal? ¡Qué! ¡por estos ojos, estas manos, este corazón, esta boca, esta lengua, este cuerpo, he perdido mi alma! Piénsalo a menudo: “Un día, me encontraré con este mismo cuerpo en el valle de Josafat; ¿en qué estado será?”

III. Los bienaventurados irán, en cuerpo y alma, al cielo después de la resurrección de los muertos, y los condenados descenderán al infierno con sus cuerpos semejantes a tizones ardientes. Está en tus manos hacer glorioso a tu cuerpo o hacerlo maldito para siempre. Amemos los júbilos que deben durar eternamente; temamos los tormentos eternos reservados para los que se condenan (San Gregorio).



La esperanza.
Orad por los afligidos.





ORACIÓN
Oh Dios, que, por los maravillosos efectos de vuestro poder, habéis concedido la victoria del martirio al sexo más frágil, haced, te rogamos, que, celebrando la nueva vida que ha recibido, en el cielo, la bienaventurada Anastasia, vuestra virgen y mártir, nos aprovechen sus ejemplos, para caminar por la vía que conduce hacia vos. 
Por J. C. N. S.




Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grossez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.








Sea todo a la mayor gloria de Dios.

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