miércoles, 2 de julio de 2014

Martirologio Romano 2 de julio

VISITACIÓN DE LA BIENAVENTURADA
VIRGEN MARÍA A SANTA ISABEL

Apenas oyó Isabel el saludo de María, exultó el niño en su seno,
y fue Isabel henchida del Espíritu Santo.
(Lucas 1, 41)


  • La Visitación de santa María Virgen a Isabel.
  • En Roma, en la vía Aurelia, el triunfo de los santos Mártires Proceso y Martiniano; los cuales bautizados por el Apóstol san Pedro en la cárcel Mamertina, y en la persecución de Nerón, deshecha a golpes la boca, distendidos en el potro, azotados con varas y nervios de buey, arrojados a la hoguera, despedazados con escorpiones, y, por último, degollados, fueron coronados del martirio.
  • En Roma también, el suplicio de tres santos soldados, que, convertidos a Cristo en el martirio del Apóstol san Pablo, merecieron ser participantes con él de la gloria celestial.
  • El mismo día, los santos Mártires Aristón, Crescenciano, Eutiquiano, Urbano, Vidal, Justo, Felicísimo, Félix, Marcia y Sinforosa; todos los cuales, en Campania, cuando era más furiosa la persecución del Emperador Diocleciano, fueron coronados del martirio.
  • En Vínchester de Inglaterra, san Swituno, Obispo, cuya santidad resplandece por el don de milagros.
  • En Bamberga, san Otón, Obispo, que predicó el Evangelio a los Pomeranos y los convirtió a la fe.
  • En Lecce de la Apulia, san Bernardino Realino, Confesor, que habiendo desempeñado egregiamente el cargo de Magistrado, entrando en la Compañía de Jesús y ordenado de Sacerdote, resplandeció por su caridad y por sus milagros.
  • En Tours de Francia, el tránsito de santa Munegunda, mujer de gran religión.


Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.



VISITACIÓN DE LA BIENAVENTURADA
VIRGEN MARÍA A SANTA ISABEL


No bien la Virgen hubo sabido, por boca del ángel, que Santa Isabel, su prima, iba a tener un hijo, se dirigió a las montañas de Judea para visitarla. Cuando estas dos santas mujeres se besaron, San Juan exultó de gozo en el seno de su madre y reconoció al Mesías que María llevaba en sus entrañas. En el mismo instante, San Juan Bautista fue purificado del pecado original y Santa Isabel henchida del Espíritu Santo.


MEDITACIÓN
SOBRE LA VISITACIÓN


I. María te enseña hoy qué visitas debes hacer y cómo debes comportarte en ellas. Va junto a Isabel por caridad y urbanidad: por caridad, porque es para ayudar a Santa Isabel y santificar a San Juan; por urbanidad, porque era su deber visitar a su prima de más edad que ella. No hagas visitas sin que la caridad o la necesidad te obligue a ello; todo lo demás es superfluo o peligroso. Visita a los pobres, a los enfermos y a los prisioneros; es un deber de caridad.

II. ¿Cuál es el tema de las conversaciones entre María e Isabel? Apenas se saludaron, como se hace entre parientes, enseguida se pusieron a hablar de Dios. ¿Se parecen tus visitas a ésta? ¿Las burlas, la murmuración, la interpretación maligna de la conducta del prójimo, las palabras de doble sentido, la calumnia, no constituyen, acaso, el fondo de tus conversaciones? Señor, si se os amase en el mundo, no se conversaría en él sino de Vos. Desvía con habilidad los discursos malos que se tienen en tu presencia, y siempre di algo que pueda edificar a tu prójimo.

III. María regresó a su casa una vez que Isabel pudo prescindir de sus servicios. Suprime las visitas ociosas: cuanto más permanezcas en tu casa, tanto menos disipará tu devoción. Es difícil frecuentar las reuniones mundanas sin encontrar en ellas malos ejemplos; y éstos arrastran mucho más que los buenos. Nos sentimos inclinados a imitar a los malos y más fácilmente reproducimos los defectos de aquellos cuyas virtudes no podemos igualar (San Jerónimo).



La caridad.
Orad por las religiosas de la Visitación.


ORACIÓN
Dignaos, os lo suplicamos, Señor, acordar a vuestros servidores el precioso don de la gracia celestial, a fin de que esta fiesta solemne de la Visitación de la Santísima Virgen nos obtenga el acrecentamiento de la paz, así como su alumbramiento ha sido para nosotros el principio de la salvación. Por J. C. N. S.




Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo III; Patron Saints Index.








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