lunes, 8 de septiembre de 2014

Martirologio Romano 8 de septiembre


NATIVIDAD DE LA SANTÍSIMA
VIRGEN MARÍA

Bienaventurado el seno que llevó a Jesús,
y los pechos que lo alimentaron.
(Lucas 11, 27)



  • La Natividad de la santísima siempre Virgen María, Madre de Dios.
  • En España, festividad de la Virgen de Covadonga.
  • En Cuba, Nuestra Señora de la Caridad del Cobre.
  • En Venezuela, Nuestra Señora de Coromoto.
  • San Adrián, Mártir, cuyo triunfo se conmemora a 4 de Marzo, pero su fiesta se celebra en este día, en que su sagrado cuerpo fue trasladado a Roma.
  • En Valencia de la España Tarraconense, el tránsito de santo Tomás de Villanueva, de la Orden de Ermitaños de san Agustín, Obispo y Confesor, insigne por su ardiente caridad con los pobres; fue canonizado por el Papa Alejandro VII. Su fiesta se celebra el 22 del corriente.
  • En Alejandría, los santos Mártires Anmón, Teófilo, Neoterio y otros veintidós.
  • En Antioquía, los santos Timoteo y Fausto, Mártires.
  • En Gaza de Palestina, los santos hermanos Mártires Eusebio, Nestabo y Zenón, los cuales, en el imperio de Juliano Apóstata, acometidos repentinamente por una turba de Gentiles, fueron despedazados y muertos.
  • Allí mismo, san Néstor, Mártir, que, en tiempo del mismo Juliano, cruelísimamente atormentado por los mismos furiosos Gentiles, entregó su espíritu.
  • En Roma, san Sergio I, Papa y Confesor.
  • En Frisinga, san Corbiniano, que fue el primer Obispo de aquella ciudad. Ordenado por el santo Pontífice Gregorio II y enviado a predicar el Evangelio, consiguió abundantes frutos en Francia y Alemania, y por último, señalado en virtudes y milagros, descansó en paz.
  • En Cartagena de la América meridional, san Pedro Claver, Sacerdote de la Compañía de Jesús y Confesor, que con admirable abnegación de sí mismo y caridad eximia, consagrado por más de cuarenta años a la instrucción de los esclavos Negros, bautizó por su propia mano cerca de trescientos mil de ellos. El Sumo Pontífice León XIII le puso en el número de los Santos, y más tarde le declaró celestial y peculiar Patrono de las sagradas Misiones entre los Negros. Su fiesta se celebra el día siguiente.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

R. Deo Gratias.




NATIVIDAD DE LA SANTÍSIMA 
VIRGEN MARIA


Las plegarias y las lágrimas de San Ana le merecieron, después de veinte años de esterilidad, la gloria de dar al mundo a la Bienaventurada Virgen María. He aquí la aurora mensajera del Sol de justicia: demonios, retiraos al infierno; ángeles, regocijaos: pronto los justos ocuparán los lugares abandonados por los ángeles rebeldes. Hombres, triunfad: María ha nacido para ser la Madre de Dios que será vuestro Hermano y vuestro Redentor. Almas santas que gemís en el limbo, consolaos: la puerta de vuestra prisión muy pronto será abierta por el Hijo de la que acaba de nacer.


MEDITACIÓN
SOBRE LA NATIVIDAD DE MARÍA


I. Considera las mercedes con que Dios honra a María el día de su dichoso nacimiento. El Padre eterno, que la consideraba como Hija suya, le dio el nombre de María; la hizo Soberana del cielo y de la tierra, Reina de los ángeles y de los hombres. El Verbo eterno la eligió para ser su Madre; diole a todos los hombres como hijos adoptivos, con pleno poder para acordar la gloria eterna a los que la sirvan fielmente. El Espíritu Santo colmó de gracias a su divina Esposa. Regocíjate con María por todos estos favores.

II. María responde a los beneficios del Señor con los sentimientos del más vivo agradecimiento. Dotada, desde su primer instante, del uso de razón, se sirve de ella para adorar al Padre eterno: se humilla a la vista del honor que el Verbo encarnado le hace al elegirla por Madre suya: ofrece su corazón por un acto de amor al Espíritu Santo, su divino Esposo. Haz tú, por lo menos hoy, lo que hizo María en el día de su Natividad. Adora al Padre eterno, humíllate delante de Jesús, da tu corazón al Espíritu Santo.

III. ¿Qué harás tú para honrar a María en el día de su Natividad? Respétala, porque es todopoderosa en el cielo y en la tierra. Ámala, porque es la Madre de Jesucristo, y la nuestra por adopción. Ten confianza en Ella, porque es la Madre de los predestinados. Sé su fiel y constante servidor, como fue Ella la constante y fiel Esposa del Espíritu Santo. Imita, durante tu vida, lo que Ella hizo el día de su nacimiento. En medio de las olas del siglo, debemos refugiarnos junto a María y regular nuestra vida según sus ejemplos (San Epifanio).


La devoción a la Santísima Virgen.
Orad por las congregaciones de la Santísima Virgen.


ORACIÓN
Dignaos, Señor, conceder a vuestros servidores el don de la gracia celestial, a fin de que la solemnidad del Nacimiento de la Virgen Bienaventurada, cuyo alumbramiento ha sido para nosotros el principio de la Salvación, nos obtenga un acrecentamiento de paz. Por J. C. N. S.




Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo III; Patron Saints Index.





Visto en Tradición Católica



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