sábado, 15 de noviembre de 2014

Martirologio Romano 15 de noviembre

SAN ALBERTO MAGNO
Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia
n. hacia el año 1206 en Lauingen, Baviera;
† 15 de noviembre de 1280 en Colonia, Prusia

Patrono de estudiantes de teología; filósofos; estudiantes en general; técnicos médicos; científicos; ciencias naturales.

SAN ALBERTO MAGNO, Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia

Vosotros sois el cuerpo de Cristo
y miembros unos de otros.
(1 Corintios 12, 27)

  • En Colonia, san Alberto, Obispo y Confesor, de la Orden de Predicadores, apellidado Magno, célebre en santidad y doctrina, al cual el Papa Pío XI declaró Doctor de la Iglesia universal; y Pío XII le constituyó celestial Patrono ante Dios de los que cultivan las ciencias naturales.
  • El mismo día, el triunfo de san Eugenio, Obispo de Toledo y Mártir, que fue discípulo de san Dionisio Areopagita, y en el territorio de París, terminado el curso de su martirio recibió del Señor la corona de los Mártires. Su cuerpo fue más tarde trasladado a Toledo en España.
  • En Nola de Campania, san Félix, Obispo y Mártir, que, desde la edad de quince años resplandeció en milagros, y presidiendo Marcialno, terminó con otros treinta Compañeros la lucha del martirio.
  • En Edesa de Mesopotamia, el martirio de san Abibo, Diácono, que, imperando Licinio y siendo Presidente Lisania, despedazado con uñas de hierro, fue arrojado a la hoguera.
  • Allí mismo, los santos Mártires Gurías y Samonas, en tiempo del Emperador Diocleciano y presidiendo Antonino.
  • En África, los santos Mártires Segundo, Fidenciano y Várico.
  • En Archiac, territorio de Saintes, el tránsito de san Macuto, Obispo de Alet en Francia, el cual, nacido en Inglaterra, desde su primera niñez comenzó a resplandecer en milagros.
  • En Verona, san Luperio, Obispo y Confesor.
  • En Kahlemberg, cerca de Viena de Austria, san Leopoldo, Marqués de aquella provincia, a quien el Papa Inocencio VIII puso en el catálogo de los Santos.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

R. Deo Gratias.


SAN ALBERTO MAGNO
Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia

Habiendo entrado en la Orden de Santo Domingo, en sus comienzos entonces, San Alberto perseveró en ella a pesar de la oposición de su familia. Fue dedicado a los estudios y a la enseñanza de la filosofía y de la teología, en las que se distinguió como uno de los más grandes espíritus de su siglo y como maestro de Santo Tomás de Aquino. Obligado por el Papa a aceptar, en 1260, el obispado de Ratisbona, pronto obtuvo su relevo para poder retomar sus lecciones. En el concilio de Lyon, en 1274, empleó toda su influencia para restablecer la unión con los griegos cismáticos. Murió a edad muy avanzada, el 15 de noviembre de 1280.


MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA ACTIVA Y
SOBRE LA VIDA CONTEMPLATIVA

I. Todos los fieles componen un cuerpo cuya cabeza es Jesucristo; es menester, pues, que los miembros tengan oficios diferentes. ¡Cuán dulce es no tener comercio con las creaturas y conversar sólo con Dios! Es hacer en la tierra lo que los Ángeles y los santos hacen en el cielo. Si nuestra alma no busca ni ama sino a su Creador, en quien encuentra encantos infinitos, las creaturas no ejercen ya atractivo sobre ella. Señor, atraed mi alma a Vos, desembarazadme de tantos inútiles cuidados que me impiden platicar con Vos.

II. La caridad, la obediencia y tu posición no te permiten llevar una vida puramente contemplativa con Magdalena; es preciso vivir una vida activa con Marta. Tienes más ocasiones de caer en los lazos del demonio; mantente, pues, en guardia. No imites a los malos con los cuales vives; conviértelos si puedes. Entre las creaturas, conserva la unión de tu corazón con Dios. Realiza, a imitación de los santos, obras de misericordia; alivia a tu prójimo por amor a Jesucristo; considéralo en la persona de aquéllos con quienes estás en relación; entonces les prestarás todos los buenos oficios, sin esfuerzo y sin peligro para ti; las creaturas elevarán tu corazón a Dios.

III. Une los ejercicios de la vida contemplativa con las ocupaciones de la vida activa, de modo que la una no impida a la otra. Cumple todos los deberes de cortesía y de caridad que los compromisos del mundo te imponen, Dios lo quiere; pero evita todas las conversaciones inútiles, y administra tu tiempo de manera que te quede el suficiente para conversar con Dios. Es la vida que Jesucristo llevó en la tierra. ¡ Ay! ¿qué hacen los cristianos? ¡Dan a los negocios del mundo todas las horas del día, y no reservan ni un momento para pensar en Dios y en su salvación! Nos traicionamos a nosotros mismos entregándonos por entero a lo que no puede seguirnos a la otra vida (San Juan Crisóstomo).

La práctica de las buenas obras
Orad por los profesores de teología


ORACIÓN
Oh Dios, que hicisteis grande al bienaventurado Alberto, vuestro pontífice y doctor, en la sumisión de la sabiduría humana a la fe divina, concedednos que nos adhiramos a su enseñanza y gocemos así en el cielo de la luz perfecta.
Por J. C. N. S.






Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo IV, Patron Saints Index.




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