martes, 4 de noviembre de 2014

Martirologio Romano 4 de noviembre

SAN CARLOS
BORROMEO
Obispo y Confesor
n. 2 de octubre de 1538 en Arona (Milán), Italia;
† 3 de noviembre de 1584 en Milán, Italia

Patrono de obispos; catequistas; catecúmenos; seminaristas; directores espirituales. Protector contra las úlceras; cólicos; desórdenes intestinales; enfermedades del estómago.

SAN CARLOS BORROMEO, Obispo y Confesor

Conozco tus obras, y tu fe, y caridad,
y tus servicios y paciencia.
(Apocalipsis 2, 19)


  • San Carlos Borromeo, Cardenal, Obispo de Milán y Confesor, que pasó al cielo el día de ayer.
  • En Bolonia, los santos Mártires Vidal y Agrícola; el primero fue antes esclavo del segundo, y después consorte y colega en el martirio. Contra Vidal usaron los verdugos toda suerte de tormentos, de modo que no quedó en su cuerpo parte sin herida; todo lo cual sufrió él con fortaleza, y puesto en oración, entregó el alma a Dios. A Agrícola, fijándole a una cruz con muchísimos clavos, le quitaron la vida. A la traslación de estos Santos asistió san Ambrosio, y refiere que él mismo recogió los clavos, la sangre triunfal y el madero de la cruz, y los colocó debajo del sagrado altar.
  • En el monasterio de Ciervofrío, territorio Meldense, el tránsito desan Félix de Valois, Presbítero y Confesor, que fue Fundador de la Orden de la santísima Trinidad, Redención de cautivos; su fiesta, por decreto de Inocencio XI, se celebra a 20 de este mes.
  • El mismo día, el triunfo de los santos Filólogo y Patrobas, discípulos de san Pablo Apóstol.
  • En Autún, san Próculo, Obispo y Mártir.
  • En Mira de Licia, los santos Mártires Nicandro, Obispo, y Hermas, Presbítero, siendo Presidente Libanio.
  • En la aldea de Vexín de Francia, san Claro, Presbítero y Mártir.
  • En Éfeso, san Porfirio, Mártir, en el imperio de Aureliano.
  • En Rodez de Francia, san Amancio, Obispo, cuya vida fue gloriosa en santidad y milagros.
  • En Roma, el tránsito de san Pierio, Presbítero de Alejandría, varón muy versado en las divinas Letras, de vida purísima, y desembarazado y totalmente libre para el estudio de la Cristiana filosofía; el cual, en tiempo de los Emperadores Caro y Diocleciano, y gobernando la Iglesia Alejandrina el Obispo Teonás, instruyó con grandísima aceptación al pueblo y dio a luz diversos tratados; finalmente, terminada la persecución, pasó el resto de sus días en Roma, donde descansó en paz.
  • En Bitinia, san Juanicio, Abad.
  • En Alba Real de Hungría, el tránsito de san Emerico, Confesor, que fue hijo de san Esteban, Rey de los Húngaros.
  • En Tréveris, santa Modesta, Virgen.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

R. Deo Gratias.

SAN CARLOS BORROMEO
Obispo y Confesor


San Carlos Borromeo, hijo de un senador de Milán y sobrino de Pío IV, cardenal y arzobispo de Milán a los 22 años de edad, consagrose a Dios desde su juventud. Distribuyó a los pobres el precio de un principado que había vendido y se expuso a la peste sirviendo a los atacados por ella; alimentó a tres mil pobres durante una época de hambre, vendiendo para ello su platería y sus muebles más preciosos. Todos los años se retiraba durante ocho días a un lugar solitario para hacer sus ejercicios espirituales. Murió vestido de cilicio en 1584, a la edad de 46 años.



MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA DE SAN CARLOS BORROMEO


I. La caridad de San Carlos Borromeo se extendía a todas las necesidades temporales y espirituales de su diócesis. Fundó hospitales, colegios y seminarios; catequizaba y confesaba a los pobres. Y vosotros, hombres sin corazón, ¡no pensáis sino en vuestra propia ventaja! Hasta olvidáis a vuestras almas, para ocuparos únicamente de vuestros intereses temporales. ¿Por qué eres tan mezquino con los pobres? Sabe que las riquezas, que idolatras, no te harán dichoso sino cuando las desprecies y las des a los pobres por amor de Jesucristo. Las riquezas dejan pobres a los que las aman, hacen ricos y dichosos a los que las desprecian por Jesucristo (Guerrico).

II. El amor a la oración de tal modo unía a este prelado con Dios, que a veces se lo vio permanecer ocho horas seguidas en ella. Un día, un hombre perverso le lanzó un tiro de arcabuz mientras oraba; interrumpió su oración sólo para prohibir a sus servidores que persiguieran al criminal. ¡Cuán diferente a la vuestra es nuestra oración, oh gran santo! La menor cosa nos distrae. Obtenednos el espíritu de oración. Saber orar bien es saber vivir bien (San Agustín).

III. Tanto aborrecimiento tenía para consigo, como caridad para con el prójimo. Sus ayunos, sus disciplinas, sus peregrinaciones a pie, el cilicio que llevaba, hasta en su lecho de muerte, son otras tantas pruebas de su austeridad. ¿Cómo tratas a tu cuerpo? ¿Acaso tú no desprecias las mortificaciones que se imponía este prelado recargado de trabajos? ¡Ah! ¡teme no sea que ellas te acusen en el día del juicio final!

La caridad
Orad por el Colegio de Cardenales


ORACIÓN
Señor, guardad vuestra Iglesia con la protección continua de San Carlos, vuestro confesor y pontífice, y que la intercesión de este santo, a quien su solicitud pastoral condujo a la gloria eterna, para siempre nos haga fervorosos en vuestro amor. Por J. C. N. S.





Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo IV, Patron Saints Index.



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