domingo, 11 de enero de 2015

Martirologio Romano 11 de enero


SAN HIGINIO,
Papa y Mártir
n. en Grecia; † hacia el año 142

SAN HIGINIO, Papa y Mártir

Crucifican de nuevo en sí mismos al Hijo de Dios,
y lo exponen al escarnio.
(Hebreos 6, 6)

  • En Roma, san Higinio, Papa y Mártir, que en la persecución de Antonino consumó gloriosamente el martirio.
  • En Roma también el triunfo de san Melquíades, Papa y Mártir, que en la persecución de Maximiano padeció muchas penalidades, y restituída la paz a la Iglesia, descansó en el Señor.Su fiesta se celebra el 10 de Diciembre.
  • En Fermo del Piceno, san Alejandro, Obispo y Mártir.
  • En Amiéns de Francia, san Salvio, Obispo y Mártir.
  • En África, san Salvio, Mártir, en cuya fiesta predicó san Agustín un sermón al pueblo de Cartago.
  • En Alejandría, los santos Mártires Pedro, Severo y Leucio.
  • En Brindis, san Leucio, Obispo y Confesor.
  • En Judea, san Teodosio Cenobiarca, natural de Magariaso, aldea de Capadocia; el cual, habiendo padecido mucho por la fe católica, al fin descansó en paz en el monasterio que él había edificado sobre un monte solitario de la diócesis de Jerusalén.
  • En la Tebaida, san Palemón, Abad, que fue maestro de san Pacomio.
  • En Supentonia, al pie del monte Soractes, san Anastasio, Monje, y sus Compañeros, los cuales, llamados del cielo, pasaron felizmente al Señor.
  • En Pavía, santa Honorata, Virgen.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

R. Deo Gratias.


SAN HIGINIO,
Papa y Mártir

San Higinio, sucesor del mártir San Telésforo en la cátedra de San Pedro, desplegó gran celo en la defensa de la ortodoxia contra los heresiarcas Cerdón y Valentino. Tuvo que sufrir mucho durante los cuatro años que ocupó el trono pontificio. Por eso fue puesto entre los mártires. Murió en el año 142.


MEDITACIÓN
LOS PECADORES CRUCIFICAN
DE NUEVO A JESUCRISTO

I. Jesús ha sufrido una vez en el Calvario por nuestros pecados. No acusemos ni a Judas ni a Caifás ni al pueblo judío ni a Pilatos de haberlo hecho morir, sin pensar que también nosotros somos los autores de su muerte; nuestros crímenes son los que lo clavaron en la cruz. ¡Ah, Jesús!, ¿cómo podré verte morir en un cadalso para expiar mis pecados, sin amarte y sin llorar mis prolongados extravíos?

II. No sólo una vez he sido la causa de tu muerte en el Calvario, sino que renuevo esta causa cada vez que cometo pecado mortal. Alma mía, ¿no son ya bastantes los dolores que Jesús ha soportado? ¿Debo renovar su causa para quedar bien con un amigo, para satisfacer una pasión, para gozar de un placer transitorio?

III. Jesús fue crucificado en el Calvario una vez y por los judíos que no lo conocían; todos los días, en todo el mundo, hay cristianos, a quienes ha rescatado al precio de su sangre, que renuevan la causa de su suplicio. Nada escatima Jesús para apartarnos del pecado; ¡y nosotros continuamos ofendiéndolo! Escucha, pecador, los reproches que te dirige el divino Salvador: ¿Por qué, con tus pecados, me clavas a una cruz más cruel que aquélla a la que se me clavó hace tiempo? (San Agustín).

La huida del pecado.
Orad por los pecadores.


ORACIÓN
Pastor eterno, mirad con benevolencia a vuestro rebaño y conservadlo con protección constante, por vuestro bienaventurado Mártir y Soberano Pontífice Higinio a quien constituiste pastor de la Iglesia universal. 
Por J. C. N. S.




Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo I; Patron Saints Index.



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