lunes, 4 de mayo de 2015

Martirologio Romano 4 de mayo

SANTOS DONACIANO
Y ROGACIANO,
Mártires

† alrededor del año 300 en Nantes, Francia


No hay más que un Dios, Padre de todos,
que está sobre todos, que obra por todos, que está en todos.
(Efesios 4, 6)


  • En Ostia, del Tíber, santa Mónica, madre de san Agustín, cuya preclara vida dejó atestiguada el mismo santo en el libro nono de sus Confesiones.
  • En las minas de Fenón en Palestina, el triunfo de san Silvano, Obispo de Gaza; el cual, en la persecución del Emperador Diocleciano, por orden del César Galerio Maximiano, fue con muchísimos de sus Clérigos coronado del martirio.
  • En Jerusalén, san Ciríaco, Obispo, que, visitando los Santos Lugares, fue allí muerto, imperando Juliano Apóstata.
  • En Camerino, san Porfirio, Presbítero y Mártir, el cual, siendo Emperador Decio y Presidente Antíoco, por haber convertido a muchos (y entre ellos a san Venancio) a la fe de Cristo, fue decapitado.
  • En las minas de Fenón, en Palestina, treinta y nueve santos Mártires, que, condenados a las dichas minas, después de sufrir las planchas de fuego y otros tormentos, fueron juntamente decapitados.
  • En Lorch de la Nórica Ripense, san Florián, Mártir, el cual, imperando Diocleciano, por orden del Presidente Aquilino, fue arrojado al río Ems con una piedra atada al cuello.
  • En Colonia, san Paulino, Mártir.
  • En Tarso de Cilicia, santa Pelagia, Virgen y Mártir, que imperando Diocleciano, metida en un buey de bronce candente, consumió el martirio.
  • En Nicomedia, el triunfo de santa Antonia, Mártir, la cual, después de sufrir varios y atroces tormentos, estuvo tres días colgada de un brazo, y dos años encarcelada; al fin, de orden del Presidente Prisciliano, mientras confesaba al Señor, fue quemada en la hoguera.
  • En Milán, san Venerio, Obispo, cuyas virtudes atestigua san Juan Crisóstomo en una carta que le escribió.
  • En el territorio de Perigord, san Sacerdote, Obispo de Limoges.
  • En Hildesheim de Sajonia, san Godehardo, Obispo y Confesor, que fue canonizado por el Papa Inocencio II.
  • En Auxerre, san Curcódomo, Diácono.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

R. Deo Gratias.


SANTOS DONACIANO Y ROGACIANO,
Mártires

Eran dos hermanos: Donaciano, el menor, convirtió a la fe a su hermano mayor. El tirano los hizo encarcelar, y como los amenazase con hacerlos morir, dijo Donaciano: Los tormentos que Dios te prepara en el infierno son infinitamente más crueles que aquellos con que nos amenazas. Rogaciano, instado a que adorase a los ídolos, dijo: No me atrevo a adorar lo que está por debajo de mí; estos ídolos no son sino metal, sin vida y sin alma. Los dos fueron decapitados en Nantes, hacia el año 300.



MEDITACIÓN
DIOS ES NUESTRO PADRE

I. Dios es nuestro Padre; tiene más amor por nosotros que nuestros mismos padres, pues estos se contentan a menudo con procurarnos los bienes de la tierra y Dios nos quiere poner en posesión de los bienes del cielo. Es un Padre omnipotente, nos puede hacer bien; es infinitamente bueno, quiere hacérnoslo. ¿Qué confianza tenemos en su bondad? ¡Ah! Padre mío, he pecado contra ti, no soy digno de ser llamado hijo tuyo.

II. Si Dios es el Padre de todos los hombres, todos los hombres son hermanos y cada uno debe tener para con su prójimo una caridad verdaderamente fraternal. Los reyes y los súbditos, los pobres y los ricos son hijos de un mismo Padre y herederos de un mismo reino. A nadie desprecies, pues, ama a todos los hombres como a hermanos tuyos. Aquellos que te parecen despreciables acaso tengan una parte mejor que tú en la herencia del Padre celestial.

III. En todas tus necesidades, acuérdate de que Dios es tu Padre, ten confianza en Él: Él puede y quiere aliviar tus miserias. Si te ha dado bienes en abundancia, sabe que es para que hagas partícipes de ellos a los pobres, que son tus hermanos. Acuérdate que este Padre está en el cielo y que no es aquí en la tierra donde quiere darte su herencia. En tus aflicciones reconoce la mano de tu Padre. Que castigue Dios cuanto quiera, Él es nuestro Padre; si nos aflige y nos abate, es todavía nuestro Padre (San Agustín).


La caridad.
Orad por acrecentamiento de la caridad.


ORACIÓN
Haced, Os lo suplicamos, oh Dios omnipotente, que la intercesión de vuestros mártires Santos Donaciano y Rogaciano, cuyo nacimiento al cielo celebramos, nos libre de todos los males que nos amenazan. Por J. C. N. S.



Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.











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