miércoles, 9 de marzo de 2016

R.P. Leonardo Castellani: El Fin de los Tiempos y la Parusía






"Catecismo Para Adultos"
R.P. Leonardo Castellani


Habrá un Fin de Siglo

Vamos a ver la revelación divina del fin del mundo; o mejor dicho, del fin del siglo; porque el mundo no finirá nunca, pues Dios no destruye nada de lo que ha creado, como dijo por Sap. XI, 25. No aniquilará nada de lo que existe, aunque podría. Esta tierra en que estamos será renovada, y por cierto, por el fuego, al fin del "ciclo adámico", o sea la época de Adán. El universo será renovado, "nuevos cielos y nueva tierra" dice el Apokalypsis y también el profeta Isaías, no por el agua sino por el fuego dijo Cristo. El agua acabó con el orbe habitado o una parte de él en el diluvio, pero el próximo diluvio no será el agua. Pero no hay que alarmarse, porque ese fuego no atormentará a los elegidos. 

Los físicos no saben, ni cómo empezó la humanidad, ni cómo acabará; eso lo sabe el Génesis y el Apokalypsis; sino es alguno de los seudo físicos (o sea macaneadores) como Renán, que dice que el Universo perecerá de frío o Darwin que dice que la vida empezó por evolución, lo cual creemos que es falso.

Tengo cinco o seis libros famosos de físicos famosos, Eddington, Einstein, Serrington, Laplace, Eddington otra vez, Whitehend y Galileo y ninguno se mete ni por sueños con el principio y fin del género humano. Más aún, Sherington en "El hombre y su naturaleza" (edit. Alhambra, Madrid 1947) escribe: "Así, la Ciencia Natural trata de evadirse de todo lo que es humano... Observando lo perceptible, el científico intenta sustraerse de las "Causas", de las Fuerzas, de los Tiempos Absolutos, de los Comienzos en el Caos, de la Terminación en la Nada, de la Realidad Ultima, de la Vida, de la Muerte, de la Deidad Personal... para no hablar de lo Malo, de lo Justo, de la Esperanza, de los Temores, etc. La ciencia no es buena ni mala; es falsa o verdadera".

Es decir, los físicos dicen que no tienen que ver nada con la moral que trata del hombre propiamente, de su conducta, de su fin. Hay uno de estos libros que es un monumento —o digamos sobriamente un "clásico"— que compré por recomendación del poeta Paul Claudel, y es "Man's Place in the Universe" de Alfred Russell Wallace (Chapman and Hall, 1903, Ld.). Es una larguísima y definitiva investigación sobre los mundos habitados —o mejor dicho, el mundo habitado, pues del estudio surge con evidencia que ningún otro planeta solar, y mucho menos ningún otro planeta que podría haber en las estrellas, son aptos para cobijar la vida, al menos de los vivientes superiores.

Hizo una investigación astronómica muy profunda usando todo lo que se sabía entonces en astronomía y llegó a la conclusión de que no puede haber hombres en la Luna o en Venus, ni en Marte, ni hombres o animales superiores, como vacas o caballos, ni cualquier otro animal que suplante al hombre o parecido al hombre, racional o por lo menos viviente.

¿Por qué? Porque o no hay atmósfera o no hay otras condiciones necesarias para la vida. El libro es sencillo y sumamente científico.

Lo que lo entusiasmaba a Claudel es que constituye una demostración de la existencia de Dios —indirecta— por el Orden, porque investigando los planetas uno encuentra un orden admirable de la Creación inanimada, hay una especie de artificio o de mecanismo increíblemente sabio de todo lo que da vueltas en el espacio. A mí me gusta porque confirma la revelación de que la Humanidad comenzó y la Humanidad debe terminar.

Comenzó porque en un tiempo la tierra no era apta para la vida del hombre, lo mismo que ahora los otros planetas, y con el tiempo se puso apta. Eddington dice taxativamente, en ''The nature of physical World", que eso pertenece a la religión —a la religión "mistica' dice, o sea revelada. Hay otros dos físicos que sí especulan sobre el fin del mundo: Kirwan, ''Comment peut fini Univers", donde expone la conjetura de Renán que acabará por frío "dentro de 20 ó 30 millones de años a lo más", pero prefiere la versión de San Pedro que acabará por fuego y dentro de poco, por el choque "con un cometa inmenso, como el de 1811" (¿y por qué no por una bomba atómica, digo yo?).

Otro físico más católico que este, Kaye (inglés), toma simplemente la noción de San Pedro y se atiene a ella: "Mas los cielos que ahora son, y la tierra, por la misma palabra creados, están reservados al fuego del día del juicio y la perdición de los impíos. . . Pues llegará el día del Señor como ladrón, en el cuál los cielos pasarán con ímpetu magno, los elementos se fundirán con el calor, la tierra misma y todas las obras que en ella están serán consumidas..." y después dice: "En el llegar del día del Señor por el cual los cielos ardiendo se disolverán y los elementos se desharán por el ardor del fuego... "(II Petr. ni,7, 10, 11) El día del Señor es el día del Juicio en toda la literatura de la Sagrada Escritura, en el Antiguo y Nuevo Testamento.

Pero el anuncio más reverendo del fin del tiempo, que es el llamado Discurso o Recitado Esjatológico de Nuestro Señor, nos ocupará esta clase. 

Los profetas del Antiguo Testamento habían predicho reiteradamente el fin de los tiempos, con el nombre de "el día del Señor magno y terrible", o como repite San Pablo: "día de la revelación del Justo Juicio de Dios". 

Desde el primer libro, el Génesis, donde Jacob llama a sus hijos (Cap. 47,1) diciendo "Venid, juntaos aquí, que os anunciaré lo que va a pasar cuando se acaben los días" hasta el último libro, donde el Apokaleta termina:


Y el Espíritu y la Novia dicen: ¡Ven!
Y el que escucha que responda ¡Ven!
Y el sediento acuda a recibir Agua de Vida gratis
Dice el que testifica esto ¡Cierto, vengo pronto! —Ya, Señor
Ven Señor Jesús!


Toda la Escritura hormiguea de alusiones al "Día del Señor", sobre todo el profeta Isaías; las cuales culminan en la solemne proclama del Fin del siglo por Nuestro Señor Jesucristo, el cap. 24 de San Mateo, llamado el "Discurso esjatológico" o con más exactitud "El Recitado esjatológico", con jota.

Es el centro de la profecía en la Escritura. Esta profecía que hizo Cristo, es el centro de toda la profecía en el Antiguo y Nuevo Testamento. Es difícil y desconcertante. Parecería que trata una parte del fin de Un Mundo, o sea Jerusalén; o de las dos partes a la vez. Y esto último es la verdad, pero hay que entenderlo. La solución del enigma del cap. 24 de San Mateo es que trata de las dos cosas a la vez, conforme a ese lenguaje profético, que siempre trata de dos cosas a la vez, que llaman el "Tipo" y el "Antitipo".

Un exégeta extravagante imaginó que Cristo trató de los dos sucesos por medio de estrofas en ese recitado diciendo por ejemplo: estos 7 versículos tratan del fin de Jerusalén, estos 12 versículos que siguen tratan del Fin del Mundo y así el resto, como si Cristo hubiese hecho una poesía en estrofas. Trata de las dos cosas, pero de las dos cosas a la vez, no dividido en estrofas. Porque la ruina de Jerusalén fue el tipo del fin del Mundo.

Todos los profetas han descrito un suceso próximo, que era como el símbolo o la figura de otro suceso remoto, que era muy difícil de entender; no lo hubiesen entendido ni creído. De manera que hacían primero la profecía de un suceso próximo, que iba a suceder dentro de 30 ó 40 años y eso iba a ser el símbolo de un suceso que iba a suceder por ejemplo dentro de 20 siglos, como va a pasar con el fin del mundo.

Otro exégeta, Maldonado, muy famoso, después de cansarse reseñando la cantidad de opiniones de los antiguos Exégetas, termina diciendo que él por su parte opina que Cristo dio una respuesta confusa a los que le hicieron una pregunta confusa; solución que adjudica a San Agustín, lo cual dudo mucho; no es digna de San Agustín y mucho menos de Jesucristo. Jesús era el Maestro y no debía responder adrede confuso; y además la pregunta de los Apóstoles no fue confusa sino errónea, que no es lo mismo.

Porque le preguntaron; "¿Cuándo será esto que has dicho?" Es decir, que del templo de Jerusalén no quedará piedra sobre piedra. "¿Y la señal de tu venida?" Creían que la destrucción del templo ocurriría al fin del Mundo. De manera que preguntaron dos cosas diferentes a la vez y Jesucristo les contestó las dos cosas a la vez, haciendo a una figura de la otra. El templo de Jerusalén estaba edificándose en tiempos de Jesucristo, lo había empezado Herodes, y siguió edificándose 40 años más. O sea, casi hasta que destruyeron a Jerusalén.

El año 63 se acabó de edificar y el año 70 un soldado romano le prendió fuego y se acabó para siempre, tanto que el General Tito, cuando vio el desastre que había ocurrido en Jerusalén, después de las matanzas que habían hecho los soldados romanos y las matanzas de los judíos peleándose entre sí, quedó tan horrorizado que dijo: "Yo no he hecho esto, esto lo ha hecho algún dios que está enojado con los judíos".

Jesús les debía haber respondido en todo caso como en otra ocasión: "Erráis, no conociendo la Escritura y el Poder de Dios".

Uno de los Apóstoles, o bien los cuatro Apóstoles principales (Pedro, Andrés, Santiago y Juan) cuando diciéndoles Cristo que "dése templo herodiano que veían construyéndose no quedará piedra sobre piedra" le habían preguntado "¿qué señales habrá de eso, de la ruina del Templo y del fin del Mundo?" les contestó a las dos cosas juntas, haciendo a la más próxima, que estaba a cerca de 40 años símbolo y figura de la remota, que estaba en la lejanía desconocida; desconocida incluso por el mismo Hijo del hombre, como dijo El misteriosamente. Como Dios lo sabía ciertamente, ahora como Hijo del hombre, el nombre que El se ponía como Mesías, no lo sabía, porque no tenía que revelar eso como Mesías ni podía entonces revelarlo, porque el fin del Mundo depende de dos libres albedríos que son: el libre albedrío de Dios y el libre albedrío del hombre.

El Cardenal Newman resolvió esta dificultad diciendo: "No es que no quisiese decir que no estaba en la Revelación preparada por El cuándo sería el fin del Mundo, sino que El, como Hijo del hombre, no sabía el fin del Mundo".

Dios sólo sabía el fin del Mundo. Porque la marcha de la humanidad es como una línea sinuosa o quebrada, que se va aproximando al fin del Mundo y después aparecen Santos o aparece una especie de conversión del Mundo y entonces se aparta la "ira de Dios", quedando más tiempo. Así tenemos que en el siglo XIII San Vicente Ferrer pronunció que el fin del mundo estaba cerca y hasta resucitó un muerto para comprobar al Arzobispo de París que era verdad lo que él decía.

Y no sucedió. Y esto produjo mucha dificultad luego cuando se quería canonizar a San Vicente Ferrer, hasta que uno de los teólogos que se ocupaban de este proceso dijo —No se equivocó, porque el fin del mundo estaba cerca, realmente. Lo que pasa es que surgieron una cantidad tan grande de Santos en Europa (algunos por la misma predicación de San Vicente Ferrer) que Dios prorrogó el tiempo de su ira. Entonces canonizaron a San Vicente y después el Cardenal Newman hizo una teoría de que la humanidad va al fin del mundo en forma de una línea quebrada por la cual está siempre rozándolo, pero cuando los hombres empiezan a portarse bien, cuando no hay la gran apostasía que dice San Pablo todavía, aunque muchas veces empezó y ahora parece que ha empezado, entonces cuando no hay eso. Dios espera porque no quiere que nadie se pierda sino que todos lleguen a penitencia.

Esa es la característica del lenguaje profético, hablar a la vez de dos cosas, una próxima llamada Tipo y otra remota, que llaman hoy Antitipo.

El que llamó la atención sobre esa peculiaridad fue el exégeta Alfredo Fenillet: no se desconocía antes, se había olvidado; recordó a los exégetas el lenguaje profético que siempre es doble; fue seguido de inmediato por Bainnel, Billot, Lagrange O. P. y hoy por la generalidad. El profeta Jeremías profetizó a la vez el fin del cautiverio de Babilonia y el fin del cautiverio del demonio por la Redención; el profeta Isaías predijo la vuelta del hebreo a Palestina y la segunda vuelta de Cristo. San Pablo habló de la conversión de los judíos junto con la venida del Anticristo; y Jesucristo predijo la Destrucción de Jerusalén y su Segunda Venida, que no es segunda sino repetición o conclusión de la primera.

¿Está respondido del todo con esto? No, es la mejor respuesta que hay, pero subsisten dificultades: por ejemplo cuando Cristo recomienda la presteza en huir de Jerusalén sitiada, eso no puede aplicarse literalmente al fin del mundo (vers. 15, 23); porque entonces no se va a poder huir o bien cuando Cristo saca toda esa fenomenología meteorológica de "el sol se obscurecerá, la luna se pondrá color de sangre, las estrellas caerán del cielo" y todo eso, que son metáforas usadas continuamente por los profetas, no se puede aplicar eso al fin del templo de Jerusalén, aunque puede ser que haya pasado algo de eso, pero de suyo se refiere al fin del mundo. De modo que hay dificultades en la interpretación esa, en los dos sentidos, aunque en general sí se puede aplicar a los dos sentidos, como veremos.

Y se puede suponer que son defectos de los cronistas, es decir de los evangelistas, porque al fin y al cabo el Evangelista que más cerca de Jesucristo habló —San Mateo— lo escribió a 30 años después de la muerte de Jesucristo. De manera que no hay que buscar en los Evangelios una perfección total que no puede ser. Tomaron los recitados que habían oído a Jesucristo y retenían de memoria e hicieron recitados con las obras de Jesucristo, estando reunidos en el Cenáculo probablemente, y los hicieron conforme a los usos de ellos y de eso constan los cuatro Evangelios.

Veamos ahora todo seguido lo que profetizó Cristo, añadiendo al capítulo largo de Mateo, lo que hay en Marcos y Lucas.

1° Guerras y rumores de guerras, terremotos, pestilencias y hambre: esto se realizó antes del año 70, según las historias de Josefo y Tácito, que describen un tiempo calamitoso. Pero esto, dice Cristo, es sólo el comienzo de los dolores.

2° Una encarnizada persecución religiosa a los Apóstoles y los cristianos en general; pero de cualquier modo se predicará el Evangelio en todo el orbe. También se verificó. En tiempo de San Pablo se había predicado en todo el mundo conocido.

3° La desolación abominable o la desolación, la palabra de Daniel ya aplicada a la tiranía de Antíoco varios siglos antes. También se verificó ahora, el año 70, aunque es dudoso cuál fue. Ahora en el fin de los tiempos sabemos por San Pablo que el Anticristo profanará el Templo de Dios, entronizándose en él como Dios; y eso es realmente una horrible profanación.

4° Habrá una tribulación tal como no se ha visto desde el Diluvio acá. Esa tribulación se cumplió según la historia de Josefo ("De bello judaico") que después reprodujo Bossuet. Realmente describen algo horroroso. No quedó piedra sobre piedra. El General Tito se asustó de las matanzas; madres que comían a sus hijos acosadas por el hambre y cosas así. Tito dijo: "Yo no he hecho esto. Esto lo ha hecho algún dios que está enojado con los judíos". Y acertó. Porque él no quería que pasara todo eso. Y pasó.

5° Caerán al filo de espada y serán llevados cautivos a todas las naciones; también se cumplió. Eso no se verificará a la letra en el fin del mundo.

6° Prevención a los Apóstoles otra vez contra los falsos Cristos y falsos Profetas: abundaron antes de la caída de Jerusalén; y abundarán más antes de la del mundo. Digamos que abundan yá ahora.

7° Perturbaciones del sol, la luna y las estrellas: un lugar común de los Profetas, con significado metafórico; se secarán los hombres de miedo y angustia, "las fuerzas uránicas se desquiciarán". La Vulgata Latina dice: "las Virtudes de los cielos se conmoverán", pero el texto griego dice: "las virtudes uránicas se desquiciarán". "Uránicas" significa del cielo, pero significa también un metal con el cual se fabrica la bomba atómica: uranio.

8° Fin: verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes, y los ángeles con trompetas; y congregarán los elegidos desde los cuatro vientos. Juicio Finad y la Resurrección.

La herejía de los "esjatólogos". La secta protestante (o más bien impía) más fuerte deste tiempo es la llamada "esjatóloga" fundada por Wilhem Wrede, alemán, seguida por Wellhausen (Joannes) y sellada por "el Suizo Schweitzer que acabó de liquidar a Jesucristo en su "The Guest of historical Jesus" (publicada en alemán en 1906, traducida al inglés en 1926 y del inglés al español en Buenos Aires, no hace mucho).

Es un libro impiísimo acerca de Jesucristo; la búsqueda del Jesucristo histórico, se llama. La llamada "Escuela Esjatológica" ha ido progresando (o despaturrándose) hasta llegar a dudar de la existencia de Jesucristo en esta forma: Wrede dijo que el único Evangelio histórico era el de Marcos; pero eso no quería decir que se aceptaran los milagros y todo lo sobrenatural: suprimir todo eso; añadiendo una teoría de la personalidad, medio chiflada, de Jesucristo.

Wellhausen dio un paso más allá, negando que Marcos fuese un libro, siendo una serie de trocitos añadidos y escritos por los primeros cristianos: Marcos fue su coleccionador. En realidad Marcos se guió por los recuerdos de San Pedro. Jesús había creado una nueva idea del Mesías, el cual iba a triunfar después de una catástrofe, al fin del siglo, que lo iba a entronizar a El mismo como Mesías. Esto es lo que enseñaban estos señores. 

Alberto El Suizo le da el golpe de gracia al Jesucristo histórico (cree él) diciendo que ni siquiera Marcos es de fiar, y que hay que investigar de nuevo al Jesús histórico, lo cual él se propone hacer, con total fracaso, pues desemboca en una completa incertidumbre o escepticismo; y al final de su "Encuesta" termina mandando a sus antiguos feligreses luteranos (pues fue un tiempo jefe de la Iglesia Luterana de Berlín) que creen o recreen ellos a Jesucristo en sus corazones practicando la moral que dejó Cristo en el Evangelio, que es una moral provisoria, porque es una moral de tiempo de guerra o de tiempo de viaje, porque Jesucristo creía que el fin del mundo iba a ser pronto y entonces no se ocupó de hacer una moral permanente. Se olvidó por ejemplo de poner que había que tener compasión de los animales, pues ésta era una de las cosas principales, para él, de la moral.

Alberto el Suizo murió hace tiempo y no sé quién es ahora el jefe de los Esjatólogos. Pero leo en un reciente "Comentario inglés de la Sda. Escritura" que esa escuela pasó de moda (en realidad, se agotó) y fue sustituida en la moda (en la novedad) por la Formcritícism (Formgeschichte), la teoría de la estructura, de Martín Dibeluis y Martín Bultman; en Inglaterra Lightfoot, que rechaza no solamente a Marcos sino todos los Evangelios, considerándolos compuestos de una amalgama de unidades independientes, las cuales hay que investigar y escudriñar, por medio de la crítica para ver de qué fecha es cada fragmento y cuál sigue a cuál otro, como un rompecabezas.

A eso le llaman la teoría de la estructura. Es decir, hay que hacer con los Evangelios una especie de descuartizamiento y componerlos de nuevo de acuerdo con esta teoría. Y dicen que son fragmentos independientes que reflejan los pareceres de los primeros cristianos y no tienen nada que ver con la historia. 

Bultmann y Dibeluis se golpean entre ellos. Parece que esta teoría es la más avanzada de todas, después de los esjatólogos. Esjatólogos significa la teoría del fin del mundo.

Ahora los periodistas y los diccionarios dicen escatología, pero escatología significa pornográfico en griego, de manera que el pobre San Juan Evangelista se convierte en un escritor pornográfico. Scathos significa excremento.

El núcleo desta enseñanza de dementes es que Jesucristo erró, y por ende no fue ni profeta, ni Mesías, ni Dios, ni cosa que se le parezca, y prueban que se equivocó destamanera:

1° Dijo que no pasaría esta generación (ni Su vida) sin que sobreviniese el fin del mundo; y se equivocó.

2° Otro error de Cristo: "El Hijo del Hombre ha de venir en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada cual según sus obras. En verdad os digo que hay algunos aquí presentes que no probarán la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre viniendo en Su Reino" (Mt. XVI, 28); y exactamente con las mismas palabras en Lc. IX, 27.

3° Añaden otros textos disparates como, "Haced penitencia, porque está cerca el Reino de Dios..." (Mt. IV, 17 ó Lc. X, 9). Eso lo había dicho Juan Bautista y lo dijo muchas veces Cristo, pero ellos le dan el significado de que Cristo creía que ya no más iba a venir el fin del mundo, antes de morir El.

La respuesta a estas cavorias la da por ejemplo Billot en su libro especializado "La Parousie" que no trata casi más que de esto; y más brevemente en el tratadito latino "De Novisimis" que fue mi manual en Roma, a saber:

Los "hipercríticos" no leen entero el lugar de San Mateo. En él hay una referencia clara a dos sucesos diferentes, los consabidos typo y antitypo de la profecía, a saber: "en verdad os digo que no pasará esta generación hasta que todas estas cosas se cumplan. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Pero de aquel otro día ahora nadie sabe, ni los ángeles del cielo sino sólo el Padre. . ." Los adjetivos esto y aquel significan diversidad y distancia. Está hablando de dos cosas: de la destrucción de Jerusalén, que no pasaría esa generación sin que la viesen y del fin del mundo que ni El mismo sabía cuando iba a ser. "Ni el Hijo del Hombre, dijo El, sabe cuándo va a ser".

De manera que primero dijo; "estas cosas, no pasará esta generación sin que se cumplan" y después dijo. . . "Pero de aquel día y aquella hora nadie sabe nada, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo del Hombre, sino sólo Dios.”

No puede decirse más claro. De manera que éstos no quieren entender, no quieren leer bien el Evangelio.

Y para Mayor abundamiento, en San Lucas está lo que llaman "el Intersticio"; es decir, entre la ruina de Jerusalén y el fin del mundo hay un "intersticio", un período de tiempo que San Lucas lo expresa de esta manera: "caerán al filo de la espada, y serán dispersos por las gentes, y Jerusalén permanecerá desolada hasta que se cumpla el Tiempo de las Naciones" O sea el día del Juicio de las Naciones, como explica San Pablo; hasta que las naciones hayan caído en la misma culpa en que cayó Jerusalén, es decir, hayan caído en la apostasía y entonces las Naciones sean juzgadas y los judíos entren en la Verdad —dice San Pablo—.

Además, por San Mateo, Cristo dice que "primero se predicará este Evangelio del Reino por todo el orbe, y después vendrá la consumación". No ha venido todavía la predicación del Evangelio por todo el orbe; hay regiones a donde no ha llegado el Evangelio y aunque algunos se esfuerzan en afirmar que el año 70 ya se había predicado el Evangelio en todo el orbe, es vano. Es cierto que San Pablo dice una cosa que suena a eso; les dice a los Romanos: "Vuestra fe es conocida en el universo mundo", Pero el universo mundo era para San Pablo el Imperio Romano, el mundo habitado y civilizado, Y esa predicación total del Evangelio "Id y predicad a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo" que será antes del fin del mundo. No sé si será predicado de manera que se formen Iglesias en todas partes, o bien si habrán oído hablar de Jesucristo.

Además, Jesucristo en varias parábolas supone claramente que su Reino va a crecer lentamente y por mucho tiempo, y no va a ser instantáneo o pocos menos, como dicen éstos que El creía. Por ejemplo el Trigo y la Cizaña, el Grano de Mostaza.

El otro texto que ellos aducen como error de Cristo es donde dice que "hay quienes están presentes y antes de morir verán la gloria del Hijo del Hombre". Pero ese término se refiere con toda claridad al milagro de la Transfiguración que los Evangelistas narran inmediatamente después. La Transfiguración es una ligera señal de la Gloria futura de Cristo, o sea de su Resurrección; y eso vieron Pedro, Santiago y Juan.

Billot se da el gusto de hacer trizas a los sofismas anticrísticos destos "hipercríticos"; esos textos tienen siglos de existencia y han sido leídos y manejados por letrados inteligentísimos y no vieron ni notaron lo que después de 20 siglos de repente descubrieron estos cuitadillos.

Realmente, cuando uno alcanza a leer las mismas palabras y discursos arbitrarísimos destos desaforados, se tienta de no creerlos normales.

En fin final, en religión estamos en tiempos muy malos, y por consecuencia en todo lo demás, o si se quiere, en tiempos muy buenos por otro lado, pues estar cerca de cumplirse las profecías, para un cristiano es más bien muy bueno, por mucho que haya que pagar. Eso yo no lo sé, a pesar de que las monjitas de Méjico me tratan de "profeta". En eso no les voy a dar dato, como me dijo el coya cuando le pregunté cuantos dioses había.


HABRÁ UNA PARUSÍA

La Parusía es un tema sobre el cual yo hice un libro entero que se llama El Apokalypsis. La Parusía está contenida en El Apokalypsis.

Cuando empecé a traducir me di cuenta era demasiado largo y dejé.

La Parusía y sus señales hemos tocado en la clase anterior. Parusía es como sabemos la Segunda Venida, que no es como la primera, ni es la Bajada ni es Encarnación, sino compleción y culminación de la Primera Venida de Cristo.

Por eso la exégeta francés Frank Dukesne, se enoja mucho de que llamen la Segunda Venida de Cristo, dice: No hay segunda Venida, vino una vez, está presente, no se manifiesta pero se va a manifestar. Parusía significa manifestación, significa (estar al lado) y la aplicaban los griegos a un Rey que inesperadamente visitaba una ciudad grande.

La Parusía en su especie de Juicio Final está aludida y realudida en el Antiguo Testamento, con el nombre de "El día del Señor", "magno y terrible", añade Isaías. Pero fue después proclamada, por así decirlo, por el mismo protagonista, el Salvador y Juez; y esa proclamación tenemos en el Cap. 24 de San Mateo; y lo mismo abreviado en San Marcos y San Lucas.

Pero el enfoque desa proclama está en la salvación de los Apóstoles (y sus seguidores, es decir los judíos conversos). Jesucristo en el Sermón Esjatológico no se ocupa de El mismo ni un solo momento, se ocupa de los Apóstoles, de los peligros que van a correr, los previene sobre ellos: los falsos profetas, las guerras y rumores de guerra, los cataclismos que pasaron antes del año 70 y solamente al final del recitado Jesucristo se presenta. Y así vemos que la larga profecía doble comienza:

"Mirad que nadie os engañe... y la predicación de muchos falsos cristos, que seducirán a muchos. . .".

—y después "guerras" y grandes calamidades (guerras y rumores de guerras, pero todavía no es el fin, dice Jesucristo).
—más, una grandísima persecución religiosa (sucedió). Los Apóstoles tuvieron que salir todos de Jerusalén.
—más, aflojamiento de los vínculos de parentesco y convivencia; dice Jesucristo "á causa de que sobreabundará la injusticia, se perderá la convivencia, la amistad que hace que los hombres puedan vivir juntos, que en griego se llama ágape. Ágape es la caridad y todos los grados de la caridad empezando por el grado más inferior que es poder vivir juntos sin pelearse. Entonces se perderá la convivencia, se pelearán dentro de las naciones porque abundará la injusticia. Aquí en la Argentina casi no se puede vivir de tantos ladronzuelos que nos rodean, empezando por el gobierno y acabando por los comerciantes que no hacen más que aumentar los precios, a veces arbitrariamente.
—más, otra vez los pseudo profetas y la caída de muchos ("seducent multos") que quizá ya sea la segunda profecía, porque al principio dice "falsos cristos". Y realmente apareció una cantidad de falsos mesías, antes de la destrucción de Jerusalén. Y en tiempos del Anticristo aparecerán "falsos profetas" y el falso Cristo que aparecerá será el Anticristo — más el Evangelio en todo el orbe predicado y entonces vendrá el final.

Entonces pasa Cristo al punto determinado de la huida: el cerco de Jerusalén y la abominación desoladora; y la matanza y la dispersión.

Y aquí pone San Lucas el "insterticio", o sea un período de tiempo entre los dos sucesos: será pisada por los gentiles Jerusalén hasta que se cumplan los tiempos de las naciones: separación desta catástrofe parcial de aquella catástrofe total. Ella se caracteriza, "señales y prodigios capaces de engañar hasta a los elegidos" o sea el Anticristo al cual Cristo jamás nombró, hará portentos que parecerán milagros.

Hay una novela de Selma Lagerloff, que es una gran novelista sueca, que se llama "Los milagros del Anticristo" en que dice lo mismo que se le ocurrió al Cardenal Newman.

El Cardenal Newman dijo: "los portentos que va a hacer el Anticristo son las maravillas de la técnica moderna que parecen milagros".

Y los dos portentos que pone San Juan en el Apokalypsis ya están inventados: uno es que el Anticristo va a poder hablar con todo el mundo y ser visto por todos, que es la T.V., que ahora ya está casi llegando a todo el mundo. Y la otra es que el Anticristo podrá hacer caer fuego del cielo y eso es la bomba atómica, que no es más que fuego.

Cristo no nombró al Anticristo quizá porque no era decente que El nombrase a ese enemigo suyo, sino por la palabra de "el otro"; quizá lo que dice de "el otro" se refiera al Anticristo; porque Cristo dijo a los judíos: "Yo he venido en nombre de mi Padre y no me habéis recibido; vendrá otro en su propio nombre y lo recibiréis".

Ese "otro" dicen los exégetas que debe ser el Anticristo; a quienes los judíos van a recibir antes de convertirse.

Yo he pergeñado una explicación completa de ese libro, "que tiene tantos enigmas como palabras" dijo San Jerónimo. Puede parecer temeridad. De hecho me han dicho que he sido temerario al ponerme a interpretar el Apokalypsis. Un salesiano, director de una revista de Rosario, escribió que era temerario y que estaba equivocado en todo.

Tengo la disculpa de que primero leí toda mi vida ese libro, comenzando a los 7 ó 9 años. Había un libro en mi casa, con figuras del Apokalypsis, y lo leí porque me parecía un cuento de hadas, era una cosa curiosísima. Después leí todos los comentarios que haber pude, incluso me fui a Montserrat, a la biblioteca de los benedictinos, a leer los comentarios del Apokalipsis que allí había y que son muchísimos. Y comentarios protestantes del Apokalipsis tengo unos ocho. Segundo que todo lo que puse allí está sólidamente afianzado en lo que han dicho los mejores escritores, los Santos Padres, los mártires, los Santos, pues desde San Jerónimo acá se ha trabajado enormemente en eso, y se ha conseguido mucho naturalmente. "Una profecía se aclara (porque todas son obscuras) cuando se aproxima su cumplimiento", dice Bossuet.

Y ahora estamos mucho más próximos de la Segunda Venida, que los primeros cristianos, naturalmente. Y pensamos mucho menos en eso. Y se han aclarado muchísimas cosas, por ejemplo lo que dije hace un momento sobre la televisión y sobre la bomba atómica.

Además en el Apokalypsis se menciona un ejército de doscientos millones de hombres y los intérpretes antiguos decían: ¡eso es imposible, es exagerado, figurado o simbólico, porque no puede haber un ejército de doscientos millones de hombres! Y hoy solamente la China puede alzar un ejército de 200 millones. De manera que se han ido cumpliendo las cosas del Apokalypsis, incluso las que parecían imposibles.

Como mi exposición está allí a disposición de quien quiera, y tenga mucha paciencia, mencionaré sólo sus rasgos principales.

1° —El Apokalypsis trata del Fin de los Tiempos y no ha sido inspirado por Dios para que no se entienda nunca; o sea, no es una monstruosidad.

2° —El cuerpo de la "Profecía" consta de tres Septenarios o sea tres series de predicciones proféticas que corren hasta la Parusía; la cual es siempre la predicción séptima: a saber, las siete Iglesias, las siete Trompetas y las siete Plagas. El Apokalypsis está escrito de una manera curiosa que ya vieron los antiguos, por ejemplo los Siete Septenarios: empieza a hablar dellos y al llegar al séptimo se para cuando llega la Parusía y vuelve atrás y empieza de nuevo con otra serie un poco más adelante. A eso le llaman "recapitulación"; es un sistema de San Juan Apokaleta.

3° —Después de la sexta Tuba, empieza a correr la mera e innegable Parusía; el mismo Bossuet que trató de hacer del Apokalypsis una profecía parcial y ya cumplida (la historia de la primitiva Iglesia y las diez Persecuciones, hasta el siglo V) reconoce que "hay otro significado más arcano" y que el final se refiere a la Persecución definitiva. Lo mismo su seguidor Billot. Pero los dos reconocen que puede haber otro significado más difícil con el cual no se quieren meter. Hay uno que no admite un significado más lejano y es Renán, quien saqueó a Bossuet, para su libro que se llama "El Anticristo"; donde relata la persecución de Nerón. Y omite lo dicho por Bossuet de otro significado. Otro que hace lo mismo es Alló, un comentador del Apokalypsis muy renombrado y muy erudito.

4° —Al sonar la Ultima Tuba aparecen las dos Fieras (o Bestias) que guerrean directamente contra Jesucristo en su Iglesia.

5° —Antes del desenlace de la guerra, o sea de la victoria de Cristo y todos los suyos, se hallan los Episodios de los Dos Testigos, la Mujer Agua, la Mujer Ramera, las 144.000 Vírgenes, las siete Plagas, la Caída de la Mujer Bermeja. . . Los ingleses que son muy finos, no dicen la Mujer Prostituta, sino la Mujer Escarlata. La Mujer Escarlata porque está sentada encima de un dragón color rojo. 

6° —La Primera Fiera, la del Mar, para San Juan es un Emperador Plebeyo de todo el mundo, y Tirano Perseguidor: el Anticristo, que por síierte va a durar solamente tres años y medio, va a poder perseguir durante ese tiempo, va a ser Rey del Mundo. 

7° San Pablo retrató al Anticristo, es el Anomos (El Sin Ley) el Perverso y el entregado a Satanás, el cual le presta Poder para hacer prodigios o portentos; al cual el Señor Jesús derrotará con un soplo de su boca o sea, no necesitará cruzar la espada.

8° —La segunda Fiera, la de la Tierra, está caracterizada solamente por tener cuernos como de cordero, y palabras de dragón; parece debía ser al revés. Allí hay misterio. Posiblemente puede interpretarse que es un Obispo apóstata; los cuernos son la mitra. O bien un Antipapa, Porque dice que surge de la Tierra, que representa a la religión en el Apokalypsis, (así como el Mar representa al mundo). Y de ahí surge la Fiera de la Tierra, la cual se pone a hacer propaganda del Anticristo con grandísimo éxito y ella le hace los portentos. Solovief hace que sea un obispo apóstata que al mismo tiempo es un mago y es un técnico en electrónica. Ese es el que hace los portentos.

9° —Esta Fiera ejerce una actividad eficaz en favor de la otra o "el otro"; como he explicado antes.

10° —Después del hundimiento de las dos Fieras y de Satanás, el Apokaleta describe largamente la Jerusalén Celestial o Nueva Jerusalén. Hace una descripción poética que a muchos les parece rara; a mí también, porque es una descripción demasiado simbólica de la Nueva Jerusalén que representa el Mundo de los Resucitados.


Algunas preguntas:

1° —¿Qué significa el Primer Septenario?

Según una exégesis sólida, apoyada por ejemplo en San Alberto Magno y otros y ahora en Billot y sus discípulos, significa emblemáticamente las siete épocas de la Iglesia hasta el Fin del Mundo. En las cuatro primeras etapas todos coinciden; disienten en las últimas. Algunos dicen: no, son siete billetes que mandó a Siete Iglesias de Asia Menor San Juan, que era Obispo de Efeso. Pero es raro siete billetes intrascendentes, donde da avisos a los Obispos, en un libro que se llama "La Profecía" porque El Apokalypsis significa eso en griego o "La Revelación"; no pega, se despega del libro. Ahora, si es una profecía de las siete épocas de la Iglesia entonces ya se entiende mucho mejor que lo haya puesto San Juan en su libro. Hay muchísimos grandes exégetas que creen en eso: San Alberto Magno, San Jerónimo y Billot por ejemplo y Holzhauzer, un exegeta alemán muy famoso; todos ven en esas siete Iglesias las siete épocas sucesivas de la Iglesia. Ahora, cuando llega el momento de decir en que época estamos ahora, comienza la disensión; unos dicen la época de Filadelfia, otros dicen la época de La odisea, pero todos que estamos en las últimas. 

2°¿Qué significa el Segundo Septenario, las Tubas o Trompetas?

Significa según nosotros siete épocas del Mundo, encabezadas por siete grandes

Herejías, a saber:

A—Granizo con sangre: Arrio.

B— Volcán lanzado al mar: Mahoma.

C— La estrella amarga que cae en los ríos: Focio.

D— Los tercios astros obscurecidos: Lutero, los protestantes.
¿Tendré razón al interpretar así?, lo que dice en forma de figuras y de imágenes coincide con los períodos históricos. También coincido yo con varios exégetas.

E— La estrella con la llave del Infierno que cae en el abismo son los Enciclopedistas franceses, que trajeron la Revolución Francesa, que están figurados en una especie de langostas monstruosas y maléficas que salen en gran número del abismo y que van a durar durante cinco meses de años (es justo desde la Revolución Francesa hasta la 1° Guerra Europea). Y en ese tiempo ha habido libertad de prensa en el mundo, pero ahora no hay. Hablan mucho de libertad de prensa porque no existe, justamente. Y esas langostas están figuradas como andando por todo el mundo volando y haciendo muchísimo ruido con las alas. Los diarios serían las alas.

F — Los Cuatro Ángeles y los 200 millones. Hay cuatro ángeles que secan el río Eufrates para que puedan pasarlos Ejércitos del Asia a Europa. Y pasa un ejército de 200 millones de hombres. Solovief dice que ese ejército va a ser el de la China y el Japón aliados que se van a apoderar de Europa, por mucho tiempo, hasta que venga el Anticristo y liberte a Europa por medio de la guerra. Ahora mismo la China sola puede juntar 200 millones de hombres y si China conquista a la India, como dice Solovief, muchísimos más.

G— La Parusía todos los Septenarios terminan en la Parusía.


3° ¿Qué significa el Tercer Septenario, las Plagas?

Son las siete redomas o "fíalas" de la ira de Dios, o sea son castigos de la infidelidad y la maldad. "Fiala" (castellano antiguo) significa un vaso panzudo y con cuello estrecho que se usaban para los remedios: diríamos "redomas". Los siete Ángeles vuelcan las siete "fíalas" sobre la tierra para castigo de la apostasía que va creciendo cada vez más y se va enseñoreando de la tierra. Son castigos de Dios. Excepto en la primera y en la sexta no encuentro apoyo en los Santos Padres. Encuentro apoyo, en cambio, en un exegeta protestante que se llama Lear, un cordobés adventista que escribió trece discursos sobre el Apokalypsis y pone lo mismo que yo en la tercera y la quinta, sin conocer mi libro probablemente, y yo sin conocer el de él.

La primera es la sífilis; segunda, el mar vuelto sangre; tercera, las vertientes vueltas sangre; cuarta, el sol exacerbado (es decir, aumenta el calor del sol); quinta, el Trono de la Fiera en Tinieblas; sexta, el río Eufrates secado, las Tres ranas diablescas y la Guerra de los Continentes (aparecen tres Ranas que son tres Demonios, dice San Juan, que sé ponen a preparar la tierra para la Guerra de los Continentes; se ponen a juntar la gente); séptima, la redoma volcada en el aire, hay un terremoto muy grande y la ruina de la Ciudad Grande y es ya la séptima "fíala", es decir, la segunda Venida de Cristo.

La primera plaga es llamada en la Vulgata “vulnus saevum et péssimum”, herida cruel y pésima." y en el griego “elkós kakós kaíponeros” “llaga mala y pésima”. Los Padres Latinos interpretan era una enfermedad en las partes genitales. La sífilis aparece en forma endémica al fin del siglo XV en el ejército francés de Carlos IV que sitiaba a Nápoles; por lo cual se llama hasta hoy "el mal francés".

La sexta plaga son tres herejías (tres diablos en figura de ranas) que charlan y charlan para preparar la Tercera Gran Guerra. Para mí son el Liberalismo, el Comunismo y el Modernismo. Estas dos plagas fijan las otras cinco. 

La segunda, "el mar vuelto sangre" sería el envenenamiento de las relaciones internacionales.

La tercera, "los ríos vueltos sangre" es el envenenar de la cultura.

La cuarta, son los daños de la "civilización", es decir la desbocada técnica moderna, que le llaman "Ciencia".

La quinta, el Trono de la Fiera en tinieblas es, según Sto. Tomás, el Poder Político.

Que ahora anda en tinieblas, es indudable.

La sexta, ya la dije. La séptima, es la Parusía.

La primera la encontré en los Doctores y la sexta la saqué del historiógrafo que murió hoy (22 de octubre a los 84 años, Arnold J. Toynbee). Un predicador adventista cordobés, G.N. y Lear, en su obra "Discursos sobre el Apokalypsis" interpreta la fiala tercera "el emponzoñe de la cultura" y la quinta la política en tinieblas, lo mismo que nosotros.


PREGUNTAS:

El Anticristo ¿será una persona o una comunidad?

En San Pablo aparece como una persona singular y casi todos los exegetas lo secundan, menos dos (que yo conozca) el hereje Ticonio, que escribió el primer comentario del Apokalypsis, siglo II y dijo el Anticristo es el conjunto de todos los impíos; y el Jesuita Manuel Lacunza, que dijo eran los enciclopedistas o pseudo filósofos del siglo XVIII, dirigidos por la Masonería. Eyzaguirre chileno que tradujo al latín el Lacunza {"Apokalypseos commentarium literale") consiguió su aprobación en Roma. Por desgracia introdujo ocurrencias suyas.


¿Quién fue Lacunza? 

Diré brevemente: es un grandísimo exégeta chileno (y argentino) que escribió un solo libro ''La Venida del Mesías en gloria y majestad'' con el pseudónimo de Josafat Ben Ezra; libro insigne según Menéndez y Pelayo; cuya primera edición en español la hizo en Londres su tocayo Manuel Belgrano, el prócer. El libro fue puesto en el Index, no por ser milenista, como pretenden ahora, sino por el pseudónimo judío y algunas alusiones oscuras, que hoy no se entienden, contra el Papa Clemente XIV, el que suprimió a los Jesuitas. Menendez Pelayo dijo en su tiempo que había que haber sacado del Index ese libro, por ser un libro de ciencia (exégetica) excelentísimo. Sobre él escribió una obra Daniel H. Dupuy con el título de "Una gran esperanza".

En Chile lo tienen a Lacunza por una gloria nacional. El se preciaba de ser argentino. Estudió en la Universidad de Tucumán y fue ordenado sacerdote por el Arzobispo cordobés Trejo y Sanabria. Yo le tengo devoción y lo he sacado en una novela. Dupuy enumera entre los "Lacunzianos" a Francisco Ramos Mejía, Sarmiento, San Martín, Bolívar, Cayetano Rodríguez, Ignacio Gorriti. No sabe cuando llegaron aquí.

Menendez Pelayo es quien mejor escribe acerca de Lacunza en "HETERODOXOS ESPAÑOLES", tomo IV, Cap. 6°, Apéndice. Solamente ignora quien hizo la primera edición del libro "La Venida del Mesías" y cree fue el marqués de Mora. Fue Manuel Belgrano, prócer argentino. (El libro de Daniel Hammerly Dupuy "LA GRAN ESPERANZA" es una propaganda cerrada pero respetuosa de los "Adventistas del Séptimo día" bien escrita y con mucha erudición.

El autor se enoja porque alguien definió a los adventistas "una pequeña secta protestante que cree muy cercano el último día y celebra el Sábado". Esta definición es exacta, son los dos ejes del Adventismo; mas en Un "Credo" final publica el autor en su último capítulo, tras de poner los dogmas católicos de la Trinidad, la inspiración de la Escritura y los Diez Mandamientos inmiscuye algunas macanas, como "la observancia del séptimo día", el abstenerse del tabaco y el whisky, el ser gobernados por pastores casados, ancianos y diáconos, el Bautismo por inmersión, el estado inconsciente de los muertos es "un Reino de Justicia, amor y gozo inefables". Que San Martín y Bolívar fueran milenistas es dudado, aunque es verdad que fueron religiosos —no mucho).







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