lunes, 25 de abril de 2016

Dom Gueranger: Letanías Mayores o Rogativas






"Año Litúrgico"
Dom Gueranger


La Procesión de San Marcos

Historia

Es de notar este día en los fastos litúrgicos por la célebre procesión llamada de San Marcos. Sin embargo de eso, este nombre no es exacto, ya que la procesión estaba ya fijada el 25 de abril, antes de la institución de la fiesta del Santo Evangelista, que aún no tenía día fijo en la Iglesia romana en el siglo vi. El verdadero nombre de esta procesión es el de "Letanías Mayores." El nombre de Letanía, significa Súplica, y se dice de una procesión religiosa durante la cual se ejecutan cánticos cuyo fin es alcanzar algo del cielo. Esta palabra significa también la exclamación que se profiere al decir: "¡Señor, tén piedad de nosotros!" Este es el sentido de las palabras griegas: "Kyrie eleison." Más tarde se ha dado el nombre de Letanías a todo el conjunto de invocaciones que se añadieron a las palabras griegas, de forma que llegaron a constituir una oración litúrgica, que en circunstancias importantes emplea la Iglesia. 

A las Letanías Mayores, se le da este nombre para distinguirlas de las Letanías Menores o procesiones de Rogativas, instituidas en las Galias en el siglo V. Sabemos por un pasaje de San Gregorio Magno que era costumbre de la Iglesia de Roma, celebrar cada año una Letanía Mayor, en la que tomaban parte el clero y el pueblo y que esta costumbre era ya antigua. El Santo Pontífice no hizo sino fijar al 25 de abril esta Procesión, y señalar para estación la Iglesia de San Pedro. Muchos liturgistas han confundido con esta institución las procesiones que San Gregorio prescribió muchas veces en calamidades públicas y que son distintas de la de hoy. Esta era anterior, aunque no se conoce la fecha de su origen. Va fija a este día y no a la fiesta de San Marcos que es posterior. Si sucede que el 25 de abril cae en la semana de Pascua, la Procesión tiene lugar el mismo día, a no ser que en él caiga la Pascua. En cuanto a la fiesta del Evangelista se la traslada después de la octava.

Acaso se pregunte por qué se ha escogido el 25 de abril para fijar en él una Procesión y una Estación en que todo respira compunción y penitencia, en una estación del año en que la Iglesia se entrega a las alegrías de la Resurrección del Señor.

Entre los antiguos romanos el 25 de abril se celebraba la fiesta de las Robigales. Consistía en una procesión muy popular que iba de la vía Flaminia al templo del Robigo. En él se ofrecían sacrificios y oraciones a dicha divinidad para que preservarse los sembrados de la roya. En efecto, estamos en la época de las heladas tardías de la luna roja. Una vez más la Iglesia sustituyó una creencia pagana por otra cristiana.

No se puede dejar de consignar el contraste tan fuerte que existe entre las alegrías del momento presente y los sentimientos de penitencia que deben acompañar a la Procesión y Estación de las Letanías Mayores, instituidas ambas con el fin de alcanzar la misericordia divina. Colmados de toda clase de favores en este santo tiempo, inundados por las alegrías pascuales no nos entristezcamos porque la Iglesia ponga por unas horas sentimientos de compunción que tanto convienen a los pecadores como nosotros. Se trata de desviar los azotes que merecen las iniquidades de la tierra, de obtener por la humildad, y con la invocación de la Madre de Dios y de los Santos, el término de las enfermedades y la conservación de las mieses: de ofrecer a la justicia divina una compensación por el orgullo y malicia del hombre. Entremos en estos sentimientos y reconozcamos humildemente la parte que corresponde a nuestros pecados en los motivos que han excitado la cólera divina; y nuestras pobres súplicas, unidas a las de la Iglesia, obtendrán gracia para los culpables y para nosotros mismos que formamos parte de ellos.

Este día consagrado a la reparación de la gloria divina no podía pasar sin las expiaciones con que el cristiano debe acompañar la ofrenda de su corazón arrepentido. Hasta la reciente reforma del Derecho eclesiástico, en este día, se exigía en Roma la abstinencia de carne, y cuando fue implantada en Francia la Liturgia romana por Pipino y Cario Magno, como la gran Letanía del 25 de abril ya estaba en uso, se promulgó el precepto de abstinencia. El Concilio de Aquisgrán de 836 añadió la obligación de suspender los trabajos serviles y esta disposición se halla en los capitulares de Carlos el Calvo. En cuanto al ayuno propiamente tal, como el tiempo pascual no lo permite, parece no haberse observado por lo menos de un modo general. En el siglo IX afirma Amalario que no se observaba en Roma. Mientras la procesión se cantan las Letanías de los Santos seguidas de numerosos versículos y oraciones que las completan. La Misa de la Estación se celebra según el rito de la Cuaresma, sin gloria y con color morado. Los fieles encontrarán la Misa y las Letanías en sus devocionarios. Nos falta espacio para reproducirlas aquí.

Permítasenos protestar contra la negligencia de muchos cristianos, de personas más o menos dadas a la piedad, a las cuales jamás se las ve asistir ni a la Procesión de San Marcos, ni a la de las Rogativas. La relajación en este punto ha llegado al colmo, sobre todo en las ciudades. Estos mismos fieles han recibido con satisfacción la dispensa de la abstinencia, que limitada al principio a algunas diócesis, en nuestros días ha sido extendida a todos los fieles, Al parecer, esta indulgencia debiera hacerles tomar mayor parte en la oración, ya que la dispensa ha aliviado la parte correspondiente a la penitencia. La Procesión de los fieles en las Letanías, forma parte esencial de este rito reconciliador, y Dios no está obligado a tener en cuenta unas oraciones en las que no toman parte aquellos que están llamados a ofrecérselas. Este es uno de los muchos puntos en que una pretendida devoción privada tiene engañadas a muchas personas. Cuando San Carlos Borromeo entró en la ciudad de Milán, también halló que su pueblo dejaba solos a los clérigos en la Procesión del 25 de abril. Se impuso a sí mismo la obligación de asistir e iba
con los pies descalzos. No tardó el pueblo en seguir los pasos de su pastor.


Letanías Mayores o de los Santos


-Señor ten piedad de nosotros, Se repite
-Cristo ten piedad de nosotros,
-Señor ten piedad de nosotros,
-Cristo óyenos
-Cristo escúchanos,
-Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros,
-Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros,
-Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros,
-Trinidad santa un solo Dios, ten piedad de nosotros,


-Santa María, Ruega por nosotros.
-Santa Madre de Dios,
-Santa Virgen de las vírgenes,
-San Miguel,
-San Gabriel,
-San Rafael,


-Todos los santos ángeles y arcángeles, Rogad por nosotros.
-Todos los santos coros de los espíritus bienaventurados,


-San Juan Bautista, Ruega por nosotros.
-San José,


-Todos los santos patriarcas y profetas, Rogad por nosotros.


-San Pedro, Ruega por nosotros.
-San Pablo,
-San Andrés,
-San Juan,
-Santo Tomás,
-Santiago,
-San Felipe,
-San Bartolomé,
-San Mateo,
-San Simón,
-San Tadeo,
-San Matías,
-San Bernabé,
-San Lucas,
-San Marcos,


-Todos los Santos apóstoles y evangelistas, Rogad por nosotros.
-Todos los Santos discípulos del Señor,
-Todos los Santos inocentes,


-San Esteban, Ruega por nosotros.
-San Lorenzo,
-San Vicente,


-San Fabián y San Sebastián, Rogad por nosotros.
-San Juan y San Pablo,
-San Cosme y San Damián,
-San Gervasio y San Protasio,
-Todos los santos mártires,


-San Silvestre, Ruega por nosotros.
-San Gregorio,
-San Ambrosio,
-San Agustín,
-San Jerónimo,
-San Martín,
-San Nicolás,

-Todos los santos obispos y confesores, Rogad por nosotros.
-Todos los santos doctores,


-San Antonio, Ruega por nosotros.
-San Benito,
-San Bernardo,
-Santo Domingo,
-San Francisco,

-Todos los santos sacerdotes y levitas, Rogad por nosotros.
-Todos los santos monjes y ermitaños,


-Santa María Magdalena, Ruega por nosotros.
-Santa Agueda,
-Santa Lucía,
-Santa Inés,
-Santa Cecilia,
-Santa Catalina,
-Santa Anastasia,


-Todas las santas vírgenes y viudas, Rogad por nosotros.


-Todos los Santos y santas de Dios, Interceded por nosotros.


-Muéstratenos propicio, Perdónanos, Señor.


-Muéstratenos propicio, Escúchanos, Señor.


-De todo mal, Líbranos, Señor.
-De todo pecado,
-De tu ira,
-De la muerte súbita e imprevista,
-De las asechanzas del demonio,
-De la cólera, del odio y de toda mala intención,
-Del espíritu de fornicación,
-Del rayo y de la tempestad,
-Del azote de los terremotos,
-De la peste, del hambre y de la guerra,
-De la muerte eterna,
-Por el misterio de tu santa encarnación,
-Por tu venida,
-Por tu natividad,
-Por tu bautismo y santo ayuno,
-Por tu cruz y tu pasión,
-Por tu muerte y sepultura,
-Por tu santa resurrección,
-Por tu admirable ascensión,
-Por la venida del Espíritu Santo, nuestro Consolador,
-En el día del juicio,


Nosotros, pecadores, te rogamos 
- que nos oigas, 
- que nos perdones,
- que nos seas indulgente, 
-que te dignes conducirnos a verdadera penitencia, 
- que te dignes regir y gobernar tu santa Iglesia, 
- que te dignes conservar en tu santa religión al Sumo Pontífice y a todos los órdenes de la jerarquía eclesiástica, 
- que te dignes abatir a los enemigos de la santa Iglesia, 
- que te dignes conceder a los reyes y príncipes cristianos la paz y la verdadera concordia, 
- que te dignes conceder la paz y la unión a todo el pueblo cristiano, 
- que te dignes devolver a la unidad de la Iglesia a los que viven en el error, y traer a la luz del Evangelio a todos los infieles, 
- que te dignes fortalecernos y conservarnos en tu santo servicio, 
- que levantes nuestro espíritu al deseo de las cosas celestiales, 
- que concedas a todos nuestros bienhechores la recompensa de los bienes eternos, 
- que libres nuestras almas, las de nuestros hermanos, parientes y bienhechores, de la condenación eterna, 
- que te dignes damos y conservar las cosechas de la tierra, 
- que te dignes conceder el descanso eterno a todos los fieles difuntos, 
- que te dignes escucharnos, Hijo de Dios.


-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos, Señor.


-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos, Señor.


-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros.


-Cristo, óyenos, Se repite. 
-Cristo, escúchanos,
-Cristo, ten piedad de nosotros,
-Señor, ten piedad de nosotros,


Concluir con un Padrenuestro.






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