domingo, 6 de noviembre de 2016

R.P. Leonardo Castellani: Parábola del Trigo y la Cizaña





En aquél tiempo: Dijo Jesús a las turbas esta parábola: «El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y produjo fruto, apareció entonces también la cizaña. Los siervos del amo se acercaron a decirle: “Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?” Él les contestó: “Algún enemigo ha hecho esto.” Dícenle los siervos: “¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla?” Díceles: “No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo. Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero.”» 
San Mateo XIII, 24-30


"Domingueras Prédicas II"
R.P. Leonardo Castellani


Domingo XXV después de Pentecostés (V móvil después de Epifanía)
Parábola del Trigo y la Cizaña (1968)


La Parábola de la Cizaña y el Trigo es muy importante; viene a ser como la silueta de lo que iba a ser la Iglesia por fundar entonces: digamos, como su base constitucional; o al menos, una parte principal de su Constitución. Esta Parábola se lee en las Iglesias el Domingo antes de Septuagésima.

Hay tres cosas muy importantes en ella:

1°. En la Iglesia -futura (entonces) y perenne (ahora)- habrá trigo y cizaña, o sea "luello", que es el nombre castellano de un yuyo que no existe aquí; yuyo que es parecido al trigo y da también harina, pero que es venenosa. Quiere decir que en la Iglesia futura y perenne habrá siempre, no sólo justos y pecadores, mas aun herejes.

2°. Cristo nos avisa seriamente que no intentemos eliminar las malas yerbas, porque dañaríamos el trigo: la separación perentoria la hará Dios al fin del siglo por medio de sus ángeles.

3°. Existe un Enemigo nocturno, dueño del luello, el cual puede mucho, como se ve por lo que hizo.

Días pasados un sacerdote me decía, mientras comía (o sorbía) un sorbete de chocolate: "Estamos en una situación pavorosa. La crisis en la Iglesia es total. Vivimos días apokalypticos." Yo le dije: "¿No ha leído Ud. la Parábola del Trigo y la Cizaña?" Sin duda la había leído, porque siguió comiendo el helado.

En cierto modo siempre ha habido crisis en la Iglesia: no hay más que leer las Siete Cartas a las Siete Iglesias del comienzo del Apokalypsis. Desde el siglo I han surgido herejía tras herejía. El haber la Iglesia condenado una tras otra, no es intentar cortarlas sino simplemente dar a conocimiento al trigo de que eso es cizaña o luello. El intentar cortarlas es usar la violencia contra los herejes por parte del poder civil, aprobando o no la Iglesia. N o me atrevo a poner ejemplos destas tentativas de cortar, porque todas ellas (como el Edicto de Constantino, la condena a muerte de los heresiarcas, la Inquisición Romana y la Española, el Contra-Edicto de N antes de Luis XIV, etc.) son discutibles y defendibles; y son defendidas por grandes y honrados talentos. Y el resumen de la defensa de todos ellos se cifra en una frase muy sencilla: "N os otros los cortamos, porque de no, ellos nos cortan a nosotros." Sin embargo, a mí me parece que todos estos casos, si trajeron bienes pasajeros, también males: o sea, dañaron al trigo. Han sido, si acaso, un mal menor o una triste necesidad. Y no han sido cosas religiosas sino políticas(2).

* * *

Este hecho fundamenta el precepto de Cristo: "No juzguéis."(3) Por de pronto, no sabemos quién es realmente justo y quién es realmente pecador, porque la gracia de Dios es invisible; y de nosotros mismos no sabemos con seguridad si estamos o no en gracia. 

Segundo, si por sus obras yo veo que un prójimo es realmente malo, siempre puede convertirse; puede haberse convertido en el momento en que lo juzgo malo, y viceversa; un santo no es impecable por santo que sea. Esta verdad está representada en la famosa comedia "El Condenado por Desconfiado" de Tirso de Malina.

¿Quiere decir que hemos de renunciar al sentido moral, a discernir el bien y el mal moral? Eso es lo que pretenden por desgracia algunos Superiores religiosos con su "obediencia ciega". Si me hacen una injusticia, yo tengo que ver que es una injusticia; lo que no debo hacer es condenarlo enseguida al Infierno al otro. En suma, hay dos máximas igualmente falsas. Una es: "Piensa mal y acertarás", y la otra: "Hay que pensar bien de todos." Lo que cumple es pensar LO QUE ES, o sea, simplemente PENSAR. Antes de otorgar confianza o desconfianza a una persona hay que pensar; y para eso hay que suspender el juicio, no precipitarlo; o sea, hay que tener cautela o precaución (aunque no suspicacia), que son partes de la prudencia: aviso a las muchachas casaderas. Eso nos prescribió Cristo al decirnos: "Prudentes como la serpiente y sencillos como la paloma"(4), y también : "He aquí que os envío como corderos en medio de lobos."

Acerca desto hay un epigrama sobre un famoso Monseñor, hoy difunto:

Este Padre -lo dicen en Roma-
Es sencillo a la vez que prudente:
Es prudente corno una paloma,
Y sencillo como una serpiente.


* * *

Lo tercero (y acabo) es que existe un enemigo ¡de Dios! que tiene un gran poder porque se mete de noche en el campo del Paterfamilias y le causa un daño casi irreparable. Para nosotros en un casi-dios, como lo llama al Diablo San Pablo: "el Dios deste mundo"(5). Uno destos teólogos alocados actuales -no recuerdo el nombre, me lo dijo el P. Meinvielle, creo que Du Base- escribió esto: "Eso de los ángeles buenos y malos es un género literario; no existen en la realidad. El Diablo ha muerto." La respuesta es: "Ya lo verás cuando sea demasiado tarde."

El danés Kirkegord puso entre sus categoría filosóficas LO DEMONÍACO: sabía que existen hoy libros demoníacos, conductas demoníacas, crímenes demoníacos y fenómenos demoníacos (6). Para no ir muy lejos, días pasados un joven de Chascomús me contó esta anécdota, que creo verídica: el Padre Reinoso, un amigo mío de Córdoba, fue a una sesión espiritista, donde una muchacha italiana hacía el truco de la copita, con gran asombro y concurrencia de la juventud chascomúsica. Ya saben lo que es: se pone una copita de licor sobre un alfabeto, se evoca al espíritu y se le hacen preguntas en voz alta. Estando el P. Reinoso, la copita no se movió. Salió el P. Reinoso del salón, y la copita empezó a marcar letras corriendo rápidamente. Recogiendo las letras marcadas salió un mensaje ininteligible para los presentes, que no sabían latín. Decía: "Non poteram quia persona sacra aderat": No podía porque había una persona sacra.

Para mí, éste es un fenómeno demoníaco. Y los que se entregan a ese juego, porque lo creen un juego, a veces se llevan chascos tremendos.

Hay que guardarse pues del Enemigo que daña y engaña de cuantas maneras puede, sobre todo posando de espíritu bueno. No podemos impedir que haga de las suyas, pero podemos impedir que las suyas se vuelvan MÍAS.



Notas

1. La ubicación de los Evangelios de los domingos quinto y sexto de Epifanía varía según la fecha de la Pascua.

2. "En la Inquisición (Española) la fe servía al Estado más que el Estado a la fe. Por lo menos en este caso*. Felipe U es responsable principal del vergonzoso caso de Carranza, en el cual la fe no ganó nada, a no ser la fe de Carranza." 

"Por la violencia no se puede persuadir a nadie que la Iglesia es santa, ni al que la padece ni al que la ve padecer. A lo más se puede conseguir que se queden quietos, y después quizá que presten oídos a razones algunos tipos extremadamente endurecidos, criminalmente inquietos y socialmente peligrosos. Eso es todo. Es lo que concedió San Agustín, que se opuso al castigo de los Donatistas.

El del Arzobispo de Toledo, Bartolomé Carranza, a quien la Inquisición tuvo injustamente preso 17 años. Carranza recién quedó en libertad cuando estaba a punto de morir

mientras éstos no comenzaron a cometer verdaderos crímenes. 'Mientras se pueda, no hay que castigar a los herejes. Si perturban y el Príncipe los reprime, no es asunto nuestro pastoral"' (Castellani, "Las Parábolas de Cristo", Parábola del Trigo y la Cizaña - II).
3. Mateo 7, l.
4. Mateo 10, 16.
5. II Corintios 4, 4.
6. "Todo hombre es un angustiado, incluso el más dichoso. Hay en la dicha, incluso la más chata, una angustia imperceptible. Que el Desasosiego sea una cosa general y esencial al hombre se ve mejor si se considera los tres caminos que él puede tomar: la desesperación, la solicitud humana y el cauce religioso. La angustia sin la fe (o con la fe al revés) produce lo Demoníaco. ¿Qué es lo Demoníaco? Es la angustia ante el Bien."
"La perversidad consiste en hacer el mal por gusto, por el mal mismo: 'sadismo' le dicen hoy, con una palabra inexacta. Puede hallarse en un grado mínimo y ya es perversidad, como ... Un niño de 12 años puede ser ya un perverso, si ha sido educado a contrapelo, educado en forma que se ha creado en él un 'resentimiento contra el bien"' (Castellani, "De Kierkegord a Tomás de Aquino", Capít. XIX - El Desasosiego, Edit. Guadalupe, Bs. As., 1973, págs. 188-190. La cita está abreviada).





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