martes, 29 de agosto de 2017

Dubia: "La Corrección Formal"






LA CORRECCIÓN FORMAL

Mons. Donald Sanborn



El cardenal Burke, un conservador bien conocido, dio, recientemente, una entrevista en la que hizo declaraciones que necesitan, por sí mismas, ser corregidas. Ya en noviembre del año 2016, dijo: 

"Hay, en la Tradición de la Iglesia, la práctica de la corrección del Romano Pontífice. Es algo que es claramente bastante raro. Pero si no hay respuesta a estas preguntas, diría que sería una cuestión que tomaría la forma de un acto de corrección, de un serio error".

Por "preguntas" se refiere a la Dubia que él y otros tres cardenales presentaron a Bergoglio en 2016. No tuvo respuesta de Bergoglio, así que desde finales del año pasado ha estado diciendo que debería haber una "corrección formal" del "Papa". Él afirma que hay una tradición de hacerlo. Esto no es verdad. Nunca hubo un caso de ningún cardenal o obispo que corrigiera el magisterio del Papa. Hay casos de correcciones públicas de su comportamiento. San Pablo corrigió a San Pedro por haber concedido a los judíos una separación de los gentiles cuando comían. No había aquí, sin embargo, ninguna cuestión de doctrina. Los teólogos de la Universidad de París corrigieron públicamente a Juan XXII sobre una cuestión de doctrina, pero que él enseñaba sólo como doctor privado y no como magisterio de la Iglesia.

Yo reto al Cardenal a que nos diga (1) en donde, el magisterio de la Iglesia, estuvo alguna vez equivocado acerca de asunto alguno; Y (2) cuando y donde los prelados de la Iglesia corrigieron el magisterio del Papa.

La misma noción de corregir a un Papa en una cuestión de magisterio arruina la autoridad docente de la Iglesia. ¿A qué doctrina damos asentimiento? ¿A la doctrina del Papa o a la doctrina de quienes le corrigen? Bergoglio ya ha caracterizado a Amoris Lætitia como magisterio ordinario, por lo que, si fuera un verdadero Papa, requeriría nuestro asentimiento bajo pena de pecado mortal. Lo único que un grupo de cardenales podría hacer, lo que estaría de acuerdo con la constitución de la Iglesia, sería acusarlo de herejía, y proceder a revocar su elección al pontificado, y elegir a otro. Pero no cumplirían con su deber simplemente "corrigiendo" al "Papa".

Sólo contribuye a la confusión. Es como tratar de arreglar una herida de puñalada profunda con un pequeño parche. Un Papa que enseña una doctrina falsa es una daga en el corazón de la Iglesia Católica. Debe ser removido.

En segundo lugar, el cardenal Burke dijo, en una entrevista reciente al diario online The Wanderer, que el Papa Honorio I fue depuesto del papado. Esto no es verdad. El Papa San León II no mantuvo la deposición del Papa Honorio contenida en las actas del Tercer Concilio de Constantinopla, sino que atenuó la sentencia diciendo que él avivó las llamas de la herejía por su negligencia en condenarla. Nunca ha habido un caso en el que un Papa haya sido depuesto debido a que enseñara de una herejía. Pero el cardenal Burke tiene razón, ya que enseñar o incluso sostener públicamente una herejía, merece la deposición de la sede. De hecho, la enseñanza de la herejía como magisterio es una señal de que nunca fue Papa en primer lugar.

Pero el cardenal y los prelados que están de acuerdo con él, están en condiciones de hacer mucho bien. Incluso una "corrección formal", aunque no tiene sentido por las razones que expongo, sería al menos un paso en la dirección correcta. Alertaría, a las personas que todavía dicen ser católicos fieles, así como a la jerarquía de Novus Ordo, acerca del hecho de que hay un problema doctrinal en Bergoglio. Por la gracia de Dios, tal vez otros pasos podrían ser tomados en la dirección correcta desde allí.



Fuente: In Veritate

Traducción. Cristo Vuelve




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