domingo, 24 de septiembre de 2017

R.P. Leonardo Castellani Sermón: La Contienda del Sábado





En aquel tiempo: Entró Jesús un sábado a comer en casa de uno de los príncipales fariseos, ellos le estaban acechando. Había allí, delante de él, un hombre hidrópico. Entonces preguntó Jesús a los legistas y a los fariseos: «¿Es lícito curar en sábado, o no?» Pero ellos se callaron. Entonces le tomó, le curó, y le despidió. Y a ellos les dijo: «¿A quién de vosotros se le cae un hijo o un buey a un pozo en día de sábado y no lo saca al momento?» Y no pudieron replicar a esto. Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dijo una parábola: «Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido convidado por él otro más distinguido que tú, y viniendo el que os convidó a ti y a él, te diga: “Deja el sitio a éste”, y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto. Al contrario, cuando seas convidado, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga el que te convidó, te diga: “Amigo, sube más arriba.” Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa. Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado.»
Lc. XIV, 1-11




"Domingueras Prédicas"
R.P. Leonardo Castellani


Domingo decimosexto después de Pentecostés
La Contienda del Sábado (1968)

Hay aquí tres cosas: la curación de un hidrópico, la constante contienda acerca del Sábado y la parábola del Ultimo Lugar. De los milagros y de la Parábola he hablado ya más de una vez; hoy hablaremos desta manía de los fariseos acerca del Sábado legal, que fue la única acusación que hicieron a Cristo durante su Predicación y sale siete veces en los Evangelios; a la cual acusación Cristo respondió indirectamente, en este caso ad hominem" (67), como dicen; y en todos los casos respondió que el Sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el Sábado"; o sea, que ese precepto positivo de Dios de descansar el Sábado había que cumplirlo pero no era el único ni el mayor de los mandatos y no había que hincharlo de modo que oprimiese al hombre en vez de ayudarlo.

Esa hinchazón ridícula del descanso semanal convertido en superstición es típica del fariseísmo. El fariseísmo es un desecamiento de la religión que la convierte en superstición y después en fanatismo, incluso en ferocidad. Y todas las religiones están expuestas a ese desecamiento. La católica también.

Los psicólogos actuales hablan mucho de la religión cerrada y la religión abierta: después que el filósofo Bergson escribió su gran libro Las Dos Fuentes de la Moral y la Religión. La religión cerrada, como su nombre lo dice, es una religión limitada y externa; limitada a una nación o una tribu (como las Iglesias nacionales, la Iglesia Luterana Danesa); y es externa, o sea que consta sobre todo de exterioridades, como guardar el Sábado. "¿En dónde hay que adorar, en el monte Garizim o en el Templo de Jerusalén?". "Mujer en verdad te digo que llegará la hora, y ya es, en que los veros adoradores adorarán a Dios en todas partes en espíritu y en verdad" -respondió Cristo a la Samarita.

Las religiones cerradas están al servicio de la sociedad, la cual la usa para su propia defensa; y por medio de la facultad de "fabulación" que hay en el hombre inventa fábulas o mitos. La religión griega, que luego pasó a los romanos, es el ejemplo más a la vista; a Sócrates lo mató Atenas como "ateo" porque se había libertado de la mitología. Se puede decir que hay tres religiones: la religión A, la religión de los paganos, que es natural; la religión B, la religión de los cristianos, que es sobrenatural; y la religión A', enmedio de las dos, que fue la religión de Sócrates. Sócrates se libertó de los mitos griegos hacia el Dios único: pero no llegó al Dios único, el Dios del Misterio, ni podía tampoco. Chocó contra un muro, que era lo Sobrenatural, el Misterio; se halló ante una gran oscuridad, y por eso decía: "Sólo sé que no sé nada". Más tarde Aristóteles, que había recogido la herencia de Sócrates, fue perseguido también como ateo y por un pelo salvó su vida.

Pero nosotros somos cristianos ... porque nos han bautizado cuando teníamos 5 días. ¡Ojalá que algunos cristianos de hoy, con bautismo y todo, tuvieran al menos la religión de Sócrates! El filósofo Suero Kirkegord se levantó contra la Iglesia Nacional Danesa, llamándola "la Iglesia Establecida", es decir asentada, habituada, rutinada: no seguía ya el Evangelio sino como los fariseos, la ley del Sábado. Él no pretendía reformarla: no tenía autoridad ni poder para eso, tenía inquina a los reformadores, empezando por Lutero. Quería ayudar a los particulares a "volverse cristianos" -o sea volver a la religión de Cristo dejando la religión desecada de Cristián IV y el Arzobispo Mynster. La Iglesia Establecida lo puso al margen, se negó a ordenarlo sacerdote siendo cultísimo y religiosísimo y le hizo el vacío, de tal modo que del mejor de sus libros Nonadas Filosóficas, que es una maravilla, vendió 5 ejemplares. Al fin de su vida, agotado por esfuerzos enormes en favor de su país y de la religión abierta, dijo: "Dinamarca es un país cristiano¡ pero en toda Dinamarca no hay ni un solo cristiano". Era un ejemplo de lo que llamó Bergson religión cerrada: una iglesia dominada por el fariseísmo. Kirkegord pereció en su lucha y ¿qué consiguió? Ciertamente no consiguió reformar a Dinamarca. Salvó su alma.

Bien, nosotros no somos una secta protestante. Kirkegord mismo dijo que en la Iglesia Católica era mucho más difícil sucediera ese torcimiento sutil que él tenía adelante que él solo percibía entre 16 millones de hombres. Bien es más difícil pero no es imposible: el desecamiento es siempre posible.

La "Iglesia Establecida" existe hoy en todas partes: la religión exterior, la religión acostumbrada, la religión poco caritativa y poco humilde. Naturalmente la Iglesia tiene bienes, tiene puestos, tiene honores y tiene propaganda; si todo eso se hace exclusivo o se administra mal, la Iglesia comienza a parecerse a un partido político, o a una empresa comercial, o a una secta, o una repartición del gobierno (68).

El signo fatal de la Religión Cerrada o la Iglesia Establecida es el odio a la inteligencia¡ o al menos el desprecio de la inteligencia, o la no-percepción de la inteligencia. A la Iglesia rutinada o rutinaria lo que le interesa es la propaganda; y a la inteligencia lo que le interesa es la verdad; de modo que la Iglesia la deja a un lado, si es que no la maltrata o persigue (69). No digo siempre: en los grandes siglos cristianos se acordaban del dicho de Santo Tomás: "intelligentis est gubernare" (70). En cambio un funcionario curial de aquí ha dicho, según me cuentan: "¡Cuidado con los sacerdotes que escriben libros!" A los que escriben libros los tienen por enemigos natos. Un Obispo argentino (un obispo sacado) acaba de publicar un libro; por desgracia es bastante malo -flojo.

¿Para qué voy a hablar mal de mi madre? Pero la Iglesia establecida es mi madrastra. Hay una revista católica hecha por unos cuantos señores y sacerdotes muy piadositos y bien intencionados, pero que no son del oficio, no son escritores y periodistas, y por tanto la revista es mala, regular para abajo, como revista. Y un Obispo del Interior les escribió una carta diciendo que esa revista es lo mejor que se ha escrito en la Argentina. Es de lo peorcito. Pero es una revista de Propaganda.

Y todo esto, que parece murmuración ¿a qué viene? Viene simplemente a enseñar que existen religión abierta y religión cerrada, como era al máximo la religión de los fariseos con su maniática observancia del Sábado; y que todas las religiones están expuestas al cerramiento, la católica como todas, pero menos que todas. Les dije antes que el filósofo sueco Kirkegord al fin de su vida cargó como un rinoceronte contra su propia Iglesia Luterana Danesa, por haber llegado al colmo del cerramiento o fariseísmo; pero estampó solemnemente en su "Diario" que en la Iglesia Católica no podía darse eso, que era imposible al punto de rutinización y mundanidad de su propia Iglesia Luterana Danesa; porque había en ella algo que luchaba de continuo contra esa esclerotización; y explica elegantemente el por qué. 

Esto no lo inventé yo, lo dijo un gran teólogo luterano luterano por lo menos en los dos primeros tercios de su vida. Y el remedio que hay en la Iglesia tampoco lo inventé yo -ni Bergson, ni Kirkegord- es el Mandato primo y principal, amar a Dios sobre todo y al prójimo como a sí mismo; o sea la Caridad de Cristo.



Notas

67. N. del E.: El argumento" ad hominem" confunde al adversario oponiéndole sus propias palabras y actos.

68. "Antes los Emperadores achacaban a los cristianos el ser 'enemigos de la humanidad', ahora el Cristianismo es 'humanismo'. Antes los Emperadores achacaron a los cristianos el ser 'enemigos del Estado', ahora el cristianismo es 'patriotismo' y la Iglesia es del Estado" (De Kirkegord a Tomás de Aquino).

69. A la Iglesia le ha ido mal cuantas veces prefirió la Propaganda a la búsqueda y enseñanza de la Verdad: "En el siglo XVIII los jesuitas franceses tenían un matemático tan grande como Pascal, el P. Lallouere; pero no tenían un escritor como Pascal. Lástima grande. Nadie supo hacer una refutación maestra, ni siquiera elegante, de las Tartas Provinciales' ... que fueron para los jesuitas un golpe atroz. Me atrevo a decir que si ese libro no existiera, los jesuitas no hubiesen podido ser expulsados de Francia, y más tarde suprimidos ... Les faltaban teólogos, filósofos y buenos escritores. Tenían buenos profesores, 'apologistas' baratos y escritores 'piadosos' de mal gusto, en profusión; junto con el favor de la Corte y parte de la Nobleza; y un poder político enorme" ("Televisión Católica", en Cristo¿ Vuelve o no Vuelve?, DICTIO, Buenos Aires, 1976, p. 268 y 269).

En el siglo siguiente la Iglesia parecía haber alcanzado en Francia el máximo de prosperidad, pero" no tenía teólogos, ni siquiera buenos escritores, para responder a la furia destructora de Voltaire, al materialismo brutal y salvaje de un Diderot y de un Barón D'Holbach ... al terrible ataque que Rousseau llevó en nombre de la religión natural a la religión católica y a toda religión revelada ... Este ataque fue contestado por la Iglesia con persecuciones y no con estudios teológicos ... Con política, y con mala política, querían suplir su falta de saber" (Psicología Humana, Cap. X "Los Afectos", E d. Jauja, Meddoza, 1995, p. 194). Francia dejó de pensar como Bossuet y comenzó a pensar como Voltaire, Rousseau y los otros, y llevó ese pensamiento a sus últimas consecuencias.
Sobre la "Prensa Católica" se puede ver la "Carta a Monseñor Antonio Caggiano, Cardenal Arzobispo de Buenos Aires", en Seis Ensayos y Tres Cartas, Bs.As., DICTIO, 1978, págs. 224-225.


70. "Al inteligente compete el regir".




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