martes, 23 de enero de 2018

Sedevacante: ¿Puede Caer un Papa en Herejía en tanto que Doctor Privado?






"Misterio de Iniquidad"



¿UN PAPA PUEDE CAER EN HEREJÍA EN TANTO QUE “DOCTOR PRIVADO”?

Algunos teólogos sostienen que un papa puede caer en la herejía "en tanto que doctor privado". ¡Pero la expresión "doctor privado" es absurda en sí misma! Un papa es, en efecto, un doctor público en todos los instantes de su pontificado: si publica una encíclica o si hace una alocución, actúa siempre públicamente. Pues su escrito o su discurso resuena enseguida en el universo entero. Si hace el oficio de "doctor" enseñando, esta enseñanza, al ser recibida por un amplio público, de ninguna manera puede ser "privada". Cuando enseña, el papa deja inmediatamente la esfera de su vida privada. ¡El término de "doctor privado" es un contrasentido!

La tesis del "papa hereje en tanto que doctor privado" es una novedad (luego falsedad) aparecida en la época moderna (ver capítulo 5). Del siglo I al XVI, estrictamente ningún escritor católico de lengua latina ha empleado la expresión "doctor privado". En efecto, nosotros hemos efectuado una investigación filológica sobre la casi totalidad de los textos de autores latinos cristianos hasta el siglo XV, concilios y papas, y Obras completas de santo Tomás de Aquino comprendidos. La tesis del "papa doctor privado hereje" no se apoya sobre ningún Padre de la Iglesia, ningún papa, ningún concilio, ninguna línea de Santo Tomás de Aquino y ningún caso histórico auténtico. (cf. Capítulo 2.4).

Ciertos pseudo teólogos invocan sin razón, la autoridad del doctor de la Iglesia San Roberto Belarmino, que habría, según ellos, hablado de "doctor privado hereje". Ahora bien, jamás este escritor ha empleado el término de "docteur privatus". Él habla únicamente de "particularem personam", lo que puede traducirse por "simple particular". Y además, cuando habla de ello, demuestra que el papa no se desviará jamás de la fe, aun como simple particular, como lo veremos más abajo.

La opinión del papa "doctor privado hereje" es totalmente caduca desde la definición de la infalibilidad permanente del papa por Vaticano I. Hemos citado ya los textos conciliares Dei Filius y Pastor aeternus, más las interpretaciones auténticas de los monseñores Simor, Martin y d’Avanzo durante el concilio, más la bula de apertura del concilio del papa Pío IX de 1868, más el juicio interpretativo auténtico del papa Pío XI de 1928 (cf. Capítulo 2.2), estableciendo claramente que el papa está todos los días al abrigo del error.

En cuanto a aquéllos que fueran todavía partidarios de la teoría del "papa doctor privado hereje", les proponemos un complemento de informaciones de la más alta importancia, que emanan directamente de los actos (discusiones, intervenciones, reportes) del concilio Vaticano I. La tesis del "papa doctor privado hereje" fue, en efecto, debatida durante los trabajos preparatorios del concilio, pero ¡tenida por no fundada por los Padres!


EL RECHAZO DE LA NOCIÓN DE “DOCTOR PRIVADO” POR LOS PADRES DEL VATICANO I

Un postulatum de los obispos italianos, elaborado durante los trabajos preparatorios del primer concilio Vaticano, contenía justamente una frase en la que se admitía que el papa podía errar en tanto que simple particular, pero que era infalible en tanto que doctor público. Los obispos italianos propusieron que esta frase servía de base para la preparación de la definición de la infalibilidad pontificia.

Ahora bien, este postulatum ¡NO FUE CONSERVADO por los Padres, precisamente a causa del pasaje sobre el doctor privado falible! Vaticano I definió justamente que el pontífice romano tiene una fe "eternamente indefectible" y que ella "no podría sufrir desfallecimiento" (Pastor aeternus, ch. 4).

* * *

En el curso de las deliberaciones del concilio, el relator de la Diputación de la Fe, Mons. Zinelli tuvo esta intervención contra la tesis del "doctor privado hereje": 

"Y no tienen ningún peso válido los casos hipotéticos del pontífice caído en la herejía en tanto que persona privada o siendo incorregible, que pueden ser puestos en paralelo con otros casos, tales como pontífice caído en demencia, etc. …Teniendo confianza en la providencia sobrenatural, estimamos, con una probabilidad largamente suficiente, que esto (un papa hereje) no llegará jamás" (informe de de Mons. Zinelli, relator de la Diputación de la Fe, en el primer concilio Vaticano, in: Gerardus Schneemann (ed.): Acta et decreta sacrosanti oecumenici concilii Vaticani cum permultis aliis documentis concilium ejusque historiam spectantibus. Freiburg 1892, col. 357). 


SAN ROBERTO BELARMINO REFUTA A LOS PARTIDARIOS DE LA  TESIS DEL “DOCTOR PRIVADO HEREJE”

En lo que concierne al papa en tanto que doctor privado, Mons. Zinelli confía en la providencia; se refiere sin duda a un pasaje bien conocido del cardenal Belarmino sobre las relaciones entre providencia e inerrancia del papa en tanto que persona particular. San Roberto Belarmino (1542 – 1621), doctor de la Iglesia, sostiene que un papa no puede errar, aún en cuanto simple particular. He aquí sus palabras, de un capítulo titulado "del papa en tanto que simple persona particular":

"Es probable y se puede creer piadosamente, que el soberano pontífice, no solamente no puede errar en tanto que papa, sino también que no podrá absolutamente ser hereje o creer con pertinacia cualquier error en la fe en tanto que simple particular (particularem personam). Esto se prueba primeramente porque es requerido por la suave disposición de la providencia de Dios. Pues el pontífice no solamente no debe y no puede predicar la herejía, sino que también debe siempre enseñar la verdad, y sin duda lo hará, siendo que Nuestro Señor le ha ordenado confirmar a sus hermanos (…). Por lo tanto, yo pregunto, ¿cómo un papa hereje confirmaría a sus hermanos en la fe y les predicaría siempre la verdadera fe? Dios podría, sin duda, arrancar de un corazón hereje una confesión de verdadera fe, como en otro tiempo, Él ha hecho hablar la burra de Balaam. Pero esto sería más bien violencia y en absoluto conforme a la manera de actuar de la divina providencia, la que dispone todas las cosas con dulzura. 

Esto se prueba en segundo lugar por los hechos, pues hasta hoy, ninguno ha sido hereje (…); luego esto es un signo de que tal cosa no puede ocurrir. Para más información consultar el manual de teología realizado por Pighius" (San Roberto Belarmino: de romano pontífice, IV, ch. 6).

San Roberto Belarmino remite para más informaciones a Pighius. ¿Quién es Pighius? El holandés Albert Pighius (1490 – 1542) era un teólogo muy apreciado por los papas de su época. Compuso un Tratado de la jerarquía eclesiástica (hierarchiae ecclesiasticae assertio, Colonia 1538). En este tratado sobre todo en el libro IV, ch. 8) Pighius demuestra que un papa está en la imposibilidad de desviar de la fe, aún como simple particular

San Roberto Belarmino (De romano pontífice, libro 11, cap. 30) emite este juicio sobre la tesis de Pighius: ¡"Es fácil de defender"!

Contrariamente a los que muchos de los comentadores de San Roberto Belarmino sostienen, el santo cardenal no cree en absoluto en la posibilidad de un papa hereje. Adhiere, en efecto, a la tesis de Pighius. No es más que a título de especulación intelectual puramente hipotética que estudia la eventualidad de un "papa hereje". Citamos el pasaje en el que adhiere a la tesis de Pighius, y anuncia que estudiará las proposiciones contrarias:

Para probar sus dichos, él presentaba siete argumentos teológicos, más una demostración histórica:
a. El papa es la regla de la fe de todos los fieles católicos: si errara, un ciego guiaría a otro ciego (lo que sería contrario a la providencia divina) 
b. Que Pedro no pueda errar es una creencia de la Iglesia universal (todos los católicos de todos los tiempos y de todos los lugares lo han creído: luego, esto es verdad)
c. La promesa de Cristo en Mateo XVI, 18 
d. La promesa de Cristo en Lucas XXII, 32
e. La necesidad de guardar la cohesión: es necesario un centro estable y sólido (Roma) para oponerse a las fuerzas centrípetas (tantos pueblos diversos, viviendo a veces en regiones herejes, tienen necesidad de un polo que los mantenga en la fe). 
f. Es necesario evitar a los herejes (Tito III: 2. Tesalonicenses III) "Por lo tanto, no nos es permitido en ningún caso separarnos de la cabeza del cuerpo de la Iglesia: separarse es ser cismático". Pedro es el fundamento unido indisolublemente a la Iglesia contra la cual las puertas del infierno (…los herejes) jamás prevalecerán: "lo que no se puede si el papa fuera hereje"  
g. El hereje o el cismático no tienen el poder de atar o desatar (San Atanasio, Agustín, Cipriano; Hilario). Por lo tanto, la plenitud del poder es necesaria a la cabeza de la Iglesia visible. Luego, Dios no permitirá que el papa caiga en herejía. El autor emprende enseguida una refutación de los pretendidos casos históricos de papas que se habrían desviado de la fe.

"Hay cinco opiniones sobre esta cuestión. La primera es la de Albert Pighius (Hierarchiae ecclesiasticae assertio, libro IV, ch. 8), para quién el papa no puede ser hereje y por lo tanto no puede ser depuesto en ningún caso. Esta opinión es probable y fácil de defender, como lo veremos más adelante en tiempo oportuno. No obstante aceptando que esto no es cierto y que la opinión común es la opuesta, es útil examinar la solución a dar a esta cuestión, en la hipótesis de que el papa pueda ser hereje" (De romano pontífice, libro II, ch. 30).

Después de haber anunciado así que adhiere a la primera opinión, el santo cardenal presenta enseguida las otras cuatro opiniones. Una vez hecha esta presentación de las cinco hipótesis, San Roberto Belarmino demuestra que la tesis de Pighius es la única verdadera: 1) por la suave disposición de la providencia de Dios; 2) por los hechos (libro IV, cap. 6; ver el texto citado más arriba).

El libro del cardenal Belarmino figura en la bibliografía especial sobre la infalibilidad, establecida por los Padres de Vaticano I (ver nuestro capítulo 2.4). A decir verdad, la obra especializada del cardenal Belarmino sobre el pontífice romano es el punto de referencia constante de los Padres del concilio Vaticano. Se refieren a él constantemente durante sus trabajos, citándolo para probar sus postulatums e intervenciones. Se puede decir que el libro De romano pontífice es, de alguna manera, la "Biblia" de los Padres del Vaticano, tanto como la Summa theolgiae de santo Tomás ha sido la "Biblia" de los Padres de Trento.

En una declaración común sobre el esquema preparatorio de Pastor aeternus los Padres, reconociendo la autoridad doctrinal del santo cardenal ("Bellarmini auctoritatem"), le dan largamente la palabra, con exclusión de todos los otros autores (¡!), para la interpretación auténtica de Lucas XXII, 32, lo que prueba que consideran como siendo el mejor de los "autores aprobados" ("probatos auctores"). Este doctor de la Iglesia refuta victoriosamente a los galicanos negadores de la infalibilidad pontificia y prueba que "el Señor ha rogado para obtener dos privilegios para Pedro. Uno consiste en que Pedro no podrá jamás perder la fe (…) El otro consiste en que en tanto que papa Pedro no podrá jamás enseñar algo contra la fe, es decir que no se encontrará jamás que él enseñe contra la verdadera fe desde lo alto de su cátedra".

El privilegio de no enseñar jamás el error "permanecerá sin ninguna duda en sus descendientes o sucesores" (De romano pontífice libro IV, cap. 4, citado por los Padres: Relatio de observationibus reverendissimorum concilii Patrum in schema de romani pontificis primatu, in: Scheneemann: Acta…col. 288).


LOS PADRES DEL VATICANO COMENTAN EL “FORMULARIO DE HORMISDAS” LOS PONTÍFICES ROMANOS ESTÁN “INMUNIZADOS CONTRA EL ERROR”

Que un papa de ninguna manera pueda desviarse de la fe resulta claramente de la profesión de fe del papa San Hormisdas, que fue integrada (en resumen) en el texto mismo de Pastor aeternus. El 11 de agosto de 515, el papa San Hormisdas publica su Libellus fidei (literalmente se traduce como "programa u opúsculo de la fe"; pero este texto es más conocido bajo la denominación de Formulario de Hormisdas). El papa Adriano II impone el Formulario de Hormisdas durante le VIII concilio ecuménico (Constantinopla IV) a todos los obispos de Oriente y de Occidente. El concilio ecuménico de Vaticano I integra una cita abreviada del Formulario en el capítulo 4 de Pastor aeternus. "Tú eres Pedro y sobre esta piedra construiré mi Iglesia" (Mateo XVI, 18); lo que ha sido dicho y probado por los hechos; pues la religión católica siempre ha sido guardada sin mancha en la Sede apostólica y la doctrina católica siempre profesada en su santidad. (…) Nosotros esperamos merecer el permanecer en la comunión con Vos que predica la Sede apostólica, comunión en la cual reside, entera y verdadera, la solidez de la religión cristiana". ¿No es este formulario claro como el agua?

Según el Formulario de Hormisdas, el dogma de la infalibilidad pontificia "se ha verificado en los hechos". Los Padres de Vaticano comentan: "Esto debe ser entendido no solamente como un simple hecho (facto) sino también como un derecho (jure) constante e inmutable, en (…virtud) de las palabras de Cristo ("Tu eres Pedro, etc."), que permanecen inmutables. Tanto tiempo como dure la piedra sobre la cual Cristo funda la Iglesia, tanto tiempo la religión católica y la doctrina santa serán guardadas inmaculadas en la Sede apostólica, y esto por el derecho divino (iure divino)".

(… La infalibilidad pontificia) es perfectamente contenida en el Formulario de Hormisdas (con el añadido de Adriano II), que dice: en virtud de las palabras de Cristo "Tú eres Pedro, etc.", en la Sede apostólica, es decir por Pedro y por aquéllos que le suceden en esta cátedra, la religión y la doctrina han sido siempre guardadas inmaculadas, y (como ha sido mostrado más arriba), de derecho divino, ellas serán siempre guardadas (en lo porvenir). Esto equivale ciertamente a la proposición que dice: Los obispos romanos que ocupan la Sede de Pedro son, con respecto a la religión y a la doctrina, INMUNIZADOS contra el error” (Relatio de observationibus Reverendissimorum concilii Patrum in schema de romani pontificis primatu, in: Schneemann: Acta…, col. 281 – 284).


UN PAPA NO DESFALLECERÁ “JAMÁS” EN LA FE: TAL ES EL DOGMA DEFINIDO POR PÍO IX Y LOS PADRES DE VATICANO I

¡Es necesario terminar de una vez por todas con esta maldita opinión del "papa que puede ser hereje en tanto que doctor privado", calumnia soberanamente injuriosa para el honor del papado! Dos simples citas extraídas del capítulo 4 de Pastor aeternusque define el dogma de la infalibilidad pontificia, serán suficientes para clausurar el debate de una vez por todas.

Primera cita: "Petri Sedem ab omni SEMPER errore illibatam". Segunda cita "fidei NUNQUAM deficientes carisma".

Así pues, según Pío IX y los Padres de Vaticano I, el papa es "SIEMPRE" puro de todo error doctrinal y su fe es "ETERNAMENTE indefectible". Si las palabras tienen todavía un sentido, esto significa que la tesis del "papa doctor privado hereje" es un error en la fe.

Por otra parte, la definición de la infalibilidad pontificia debe ser comprendida en el sentido en que la Iglesia la ha definido. La Santa Iglesia católica, apostólica y romana, Madre y Maestra de todos los fieles, ha definido la infalibilidad pontificia en el sentido de una inmunidad COTIDIANA del soberano pontífice contra el virus del error. El parágrafo final del capítulo 4 de Pastor aeternus estipula: "Si alguno, lo que Dios no quiera, tuviera la presunción de contradecir esta definición, sea anatema".

Un concilio ecuménico con una autoridad infinitamente superior a la de no importa qué teólogo, que no es infalible en todo lo que él escribe, la Iglesia ha zanjado en 1870: la opinión de aquéllos que estiman “que un papa puede caer en la herejía en tanto que doctor privado” no es más una opinión libre, sino una opinión contraria a la fe solemnemente definida por un concilio ecuménico.

Que ciertos teólogos sean de una opinión contraria al magisterio no nos impresiona en absoluto, pues en caso de desacuerdo, es la Iglesia la que tiene la última palabra. "Uno podría preguntarse si es la palabra de los teólogos o la del magisterio de la Iglesia la que tiene más peso y ofrece una mejor garantía de verdad. A este respecto se lee en la encíclica Humani generis: "Este depósito (de la fe) no está en cada uno de los fieles, ni es a los teólogos mismos que nuestro Divino Redentor ha confiado la interpretación auténtica, sino al sólo magisterio de la Iglesia (…). También, Pío IX, nuestro predecesor de inmortal memoria, cuando enseña que el rol muy noble de la teología es mostrar cómo la doctrina definida por la Iglesia está contenida en sus fuentes, agrega, no sin grave razón estas palabras: "en el sentido que la Iglesia las ha definido" (Inter gravíssimas, octubre 28 de 1870). Luego, para el conocimiento de la verdad, lo que es decisivo no es la "opinión de los teólogos, sino el "sentido de la Iglesia". Sino, sería hacer de los teólogos casi "maestros del magisterio"; lo que es un error evidente" (Pío XII: alocución a la sexta semana italiana de adaptación pastoral, 14 de septiembre de 1956).


CONCLUSIÓN

Que un papa pueda desviarse de la fe en tanto que "doctor privado" es una herejía absurda condenada solemnemente por el concilio Vaticano.


RESUMIDO: QUE UN PAPA PUEDA DESVIAR DE LA FE EN TANTO QUE DOCTOR PRIVADO ES UN ERROR CONDENADO EXPLÍCITAMENTE POR EL CONCILIO VATICANO I






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