miércoles, 5 de agosto de 2015

Martirologio Romano 5 de agosto


NUESTRA SEÑORA
DE LAS NIEVES

NUESTRA SEÑORA DE LAS NIEVES

Manda a los ricos de este mundo que sean caritativos y benéficos,
que se hagan ricos en buenas obras
y que den limosna de corazón.
(1 Timoteo 6, 17-19)


  • En Roma, en el monte Esquilino, la Dedicación de la Basílica de santa María de las Nieves.
  • En Chalons de Francia, san Memmio, ciudadano Romano, que, consagrado Obispo de aquella ciudad por san Pedro Apóstol, trajo a la verdad del Evangelio el pueblo que se le había encomendado.
  • En Roma, el triunfo de veintitrés santos Mártires, que, en la persecución de Diocleciano, fueron decapitados en la vía Salaria Vieja, y allí mismo, en la cuesta del Cohombro, sepultados.
  • En Áscoli del Piceno, san Emigdio, Obispo y Mártir, el cual, ordenado Obispo por el Papa san Marcelo y enviado allá a predicar el Evangelio, allí mismo, confesando a Cristo, en tiempo del Emperador Diocleciano, recibió la corona del martirio.
  • En Antioquía, san Eusignio, soldado, que siendo ya de ciento diez años, como echase en cara a Juliano Apóstata la fe de Constantino el Grande, a cuyas órdenes había peleado, y le reprendiese como desertor de la piedad de sus padres, fue, por orden del mismo, decapitado.
  • Igualmente los santos Mártires Egipcios Cantidio, Cantidiano y Sobelo.
  • En Augsburgo de Baviera, el triunfo de santa Afra, Mártir, que de gentil se convirtió a Cristo por la enseñanza de san Narciso Obispo, y con toda su familia fue por él bautizada; más tarde, por confesar a Cristo, arrojada a la hoguera, consumó felizmente su martirio, siete días antes que su madre santa Hilaria y tres criadas suyas fuesen con el mismo tormento coronadas.
  • En Autún, san Casiano, Obispo.
  • En Teano de Campania, san Páris, Obispo.
  • En Inglaterra, san Oswaldo, Rey, cuyos hechos conmemora san Beda el Venerable.
  • En el mismo día, santa Nona, que fue madre de los santos Gregorio Nacianceno, Cesáreo y Gorgonia.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

R. Deo Gratias.



NUESTRA SEÑORA DE LAS NIEVES


Juan, patricio romano, como careciese de hijos, decidió, con su mujer, consagrar sus bienes a la Santísima Virgen. Durante un buen tiempo le rogaron que les hiciese conocer qué empleo habrían de dar a sus riquezas. La Santísima Virgen se les apareció y les ordenó construir una iglesia en el lugar que, al día siguiente, encontrasen cubierto de nieve. El Papa Liberio tuvo la misma revelación, y, en pleno verano, se encontró una parte del monte Esquilino cubierto de nieve. Se edificó allí una iglesia bajo la advocación de Nuestra Señora de las Nieves o basílica Liberiana, hoy Santa María la Mayor. En el siglo VII fue en ella depositado el Pesebre de Belén.



MEDITACIÓN
SOBRE EL BUEN USO DE LAS RIQUEZAS


I. Si Dios te ha dado riquezas, debes hacer buen uso de ellas. Él te permite que emplees una parte para tu sostén, según tu condición, y conforme con las reglas del Evangelio. No las malgastes, pues, en locuras; no las emplees en satisfacer tu vanidad, en alimentar tu lujo, en procurarte criminales placeres. Sería oponerse al fin que se propuso Dios al concedértelas.

II. Dios quiere que emplees parte de tus riquezas en el decoro de sus templos y en el alivio de los pobres. ¿Qué mejor uso podrías hacer de ellas, sobre todo si no tienes hijos? Y si los tienes, ¿no es justo, acaso, que destines parte de tus bienes, adquiridos con tanto trabajo, en el alivio de tu propia alma, redimiendo tus pecados mediante tus limosnas? ¡Extraña ceguera! ¡Fatigase la gente por dejar muchos bienes sobre la tierra y no piensa en hacer que sus riquezas den frutos para la eternidad!

III. El apego que se tiene a los bienes de la tierra es la causa del mal uso que de ellos se hace. Será preciso dejarlos el día menos pensado, ¿por qué, pues, te condenas y te haces desgraciado aun en este mundo, para que aprovechen herederos ingratos que impacientemente esperan tu muerte? Se alegrarán ellos, mientras ardas tú por haberlos enriquecido; y si estás en el purgatorio, preferirán dejarte allí antes de sacrificar, para alivio de tu alma, la más mínima parte de las riquezas que tan locamente les abandonaste.


La devoción a la Santísima Virgen María.
Orad por las Congregaciones de María.


ORACIÓN
Dignaos, Señor, concedernos la salud del alma y del cuerpo; y acordadnos, por la intercesión de la Bienaventurada Virgen María, que seamos librados de los males de la vida presente y que gocemos en el cielo de la eterna felicidad. Por J. C. N. S.




Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo III; Patron Saints Index.




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