sábado, 28 de junio de 2014

Martirologio Romano 28 de junio


Vigilia de los santos apóstoles 
Pedro y Pablo



  • La Vigilia de los santos Apóstoles Pedro y Pablo.
  • En Utrecht, san Benigno, Obispo y Mártir.
  • En Alejandría, y en la persecución de Severo, los santos Mártires Plutarco, Sereno, Heráclides, catecúmeno, Herón, neófito, y otro Sereno, Raída, catecúmena, y Potamiena con Marcela su madre; entre ellos principalmente resplandeció la Virgen Potamiena, la cual padeció primero infinitos y peligrosísimos combates por la virginidad, después también exquisitos e inauditos tormentos por la fe, y últimamente, junto con su madre, fue quemada en la hoguera.
  • El mismo día, san Papio, Mártir, que, en la persecución del Emperador Diocleciano, azotado con varas, sumergido en una caldera de aceite y grasa hirviendo, y atormentado con otros horribles suplicios, por fin, presentando el cuello a la cuchilla, fue coronado.
  • En Córdoba de España, san Argimiro, Monje y Mártir, que en la persecución Arábiga, por la fe de Cristo fue puesto en el ecúleo y atravesado por la espada.
  • En Roma, san Paulo I, Papa y Confesor.
  • En Lóvere, Diócesis de Brescia, santa Vicenta Gerosa, Virgen, Fundadora, juntamente con santa Bartolomea Capitanio, del Instituto de Hermanas de la Caridad; a la cual el Papa Pío XII agregó al catálogo de las santas Vírgenes.



Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.



Vigilia de los santos apóstoles 
Pedro y Pablo 


Introito: Juan 21.18-19; Salmo 18.2 
Hijo el Señor a Pedro: Cuando eras joven, tú te ceñías e 
ibas donde querías; cuando envejezcas, extenderás tus 
manos, y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras. Esto 
lo dijo indicando con qué muerte había de glorificar a Dios. 
Sl. Los cielos narran la gloria de Dios y el firmamento 
publica la obra de sus manos. ℣: Gloria al Padre...Dijo el 
Señor a Pedro… 
Colecta: 
No permitas, Señor, que inquietud alguna nos perturbe a 
quienes nos has cimentado en la sólida roca de la fe de 
los apóstoles. Por nuestro Señor Jesucristo… 

Epístola: Hechos 3.1-10 
En aquellos días: Pedro y Juan subían a la hora de la 
oración, que era la de nona. Había un hombre tullido 
desde el seno de su madre, que traían y ponían cada día a la 
puerta del templo llamada la Hermosa para pedir limosna a 
los que entraban en el templo. Este, viendo a Pedro y a Juan 
que se disponían a entrar en el templo, les pidió limosna. 
Pedro, mirándole atentamente, igual que Juan, le dijo: 
Míranos. El los miró esperando recibir de ellos alguna cosa. 
Pero Pedro le dijo: No tengo oro ni plata; lo que tengo, eso te 
doy: En nombre de Jesucristo Nazareno, anda. Y tomándole 
de la diestra, le levantó, y al punto sus pies y sus talones se 
consolidaron; y de un brinco se puso en pie, y comenzó a 
andar, y entró con ellos en el templo saltando y brincando y 
alabando a Dios. Todo el pueblo que lo vio andar y alabar a 
Dios, reconoció ser el mismo que se sentaba a pedir limosna 
en la puerta Hermosa del templo, y quedaron llenos de 
admiración y espanto por lo sucedido. 
Gradual: Salmo 18.5,2 
Su voz resuena por toda la tierra, y por todos los confines 
del orbe sus palabras. ℣: Los cielos cantan la gloria de 
Dios, y el firmamento pregona las obras de sus manos. 
Evangelio: Juan 21.15-19 
En aquel tiempo: Dijo Jesús a Simón Pedro: Simón, hijo 
de Juan, ¿me amas más que éstos? El le dijo: Sí, Señor, 
tú sabes que te quiero. Díjole: Apacienta mis corderos. Por 
segunda vez le dijo: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro 
le respondió: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: 
Apacienta mis ovejas. Por tercera vez le dijo: Simón, hijo de 
Juan, ¿me quieres? Pedro se entristeció de que por tercera 
vez le preguntase: ¿Me quieres? Y le dijo: Señor, tú lo sabes 
todo, tú sabes que te quiero. Díjole Jesús: Apacienta mis 
ovejas. En verdad, en verdad te digo: Cuando eras joven, tú 
te ceñías e ibas donde querías; cuando envejezcas, 
extenderás tus manos, y otro te ceñirá y te llevará a donde no 
quieras. Esto lo dijo indicando con qué muerte había de 
glorificar a Dios. Después añadió: Sígueme. 
Ofertorio: Salmo 138.17 
Oh Dios! Veo que honras sobremanera a tus amigos, y 
que su poderío se acrecienta grandemente. 
Secreta: 
Santifica, Señor, por la intercesión de tus Apóstoles, las 
ofrendas de tu pueblo, y purifícanos de las manchas de 
nuestros pecados. Por nuestro Señor Jesucristo… 
Prefacio: Común
En verdad es digno y justo, equitativo y saludable que en 
todo tiempo y lugar te demos gracias, Señor, santo 
Padre, omnipotente y eterno Dios, por Cristo nuestro Señor. 
Por quien los Ángeles alaban a tu majestad, las 
Dominaciones la adoran, tiemblan las Potestades, los Cielos 
y las Virtudes de los cielos, y los bienaventurados serafines 
las celebran con igual júbilo. Te rogamos que con sus 
alabanzas recibas también las nuestras cuando te decimos 
con humilde confesión... 
Comunión: Juan 21.15,17 
Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos? Señor, tú 
lo sabes todo; tú sabes, Señor que te amo. 
Poscomunión
Por la intercesión de los santos apóstoles, libra, Señor, de 
toda adversidad a los que has alimentado con el manjar 
celestial. Por nuestro Señor Jesucristo… 

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