sábado, 28 de junio de 2014

Festividad de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

NUESTRA SEÑORA DEL
PERPETUO SOCORRO





En la iglesia de San Mateo, sobre el Esquilino, en Roma, se venera bajo esta gloriosa advocación una imagen milagrosa de la Virgen María conocida desde el s. XII, y que, después de haber sido durante seis siglos objeto de un culto popular, se perdió en el curso de las vicisitudes por que pasó la ciudad santa durante la primera mitad del s. XIX.

El cuadro fue encontrado de una manera providencial en 1866, y el Papa Pío IX, gran devoto de María, restableció su culto secular con una fiesta litúrgica.

Significado de la imagen


Atemorizado por la visión de dos ángeles que le muestran los instrumentos de la Pasión, el Niño Jesús ha corrido hacia su Madre, perdiendo casi una de sus pequeñas sandalias en su precipitada huida. María lo sostiene en sus brazos de manera protectora y amorosa. Pero, si prestas atención a sus ojos, su mirada esta fija no en Jesús sino en nosotros. ¿No es este detalle un toque de genialidad? ¿Qué mejor manera de expresar el interés de Nuestra Señora en nuestras vidas y crecimiento espiritual?

Las pequeñas manos de Jesús también están sujetas a las de María como una forma de recordarnos a nosotros que, así como en la tierra él se puso enteramente en su manos buscando protección, así ahora en el cielo él nos confía a cada uno de nosotros en sus tiernos y amorosos cuidados.

Éste es el mensaje principal del cuadro, un icono bizantino, que no obstante, esta repleto de otros símbolos. He aquí algunos de ellos:

  • Iniciales en griego para “Madre de Dios”.
  • Corona. Fue añadida al cuadro original por orden de la Santa Sede en 1867. Es un tributo a los muchos milagros obrados por Nuestra Señora bajo la advocación del “Perpetuo Socorro”.
  • Estrella en el velo de la Virgen. Ella es la Estrella del Mar que trajo la luz de la luz al mundo en tinieblas, la estrella que nos conduce al puerto seguro del Cielo.
  • Inicial griega para “San Miguel, el arcángel”. Sostiene la lanza y la esponja de la Pasión de Cristo.
  • Inicial griega para “San Gabriel, el arcángel”. Sostiene la cruz y los clavos.
  • La boca de María. Es pequeña para significar un recogimiento silencioso. Ella habla poco.
  • Los ojos de María. Son grandes para todos nuestros problemas. Están vueltos siempre hacia nosotros.
  • Túnica roja. Los colores que llevaban la vírgenes en los tiempos de Cristo.
  • Iniciales griegas para “Jesucristo”.
  • Las manos de Cristo. Con las palmas boca abajo y dentro de las de su madre, indican que las gracias de la redención están bajo su custodia.
  • Fondo amarillo. Es el símbolo del cielo, donde Jesús y María están ahora entronizados. El amarillo también brilla a través de sus ropas, mostrando así la felicidad celestial que puede traer a los cansados corazones humanos.
  • Manto azul obscuro. Es el color que usaban la madres en Palestina. María es las dos cosas a la vez: Virgen y Madre.
  • Mano izquierda de María. Sostiene de manera posesiva a Cristo. Ella es su madre. Es una mano consoladora para todo el que acuda a ella.
  • Sandalia caída. Casi ha perdido Jesús su sandalia corriendo hacia María en busca de consuelo ante el pensamiento de su Pasión.




ORACIÓN A
NUESTRA SEÑORA DEL PERPETUO SOCORRO

¡Santísima Virgen María, que para inspirarme confianza habéis querido llamaros Madre del Perpetuo Socorro! Yo os suplico me socorráis en todo tiempo y en todo lugar: en mis tentaciones, después de mis caídas, en mis dificultades, en todas las miserias de la vida y, sobre todo, en el trance de la muerte. Concededme, ¡oh amorosa Madre!, el pensamiento y la costumbre de recurrir siempre a Vos; porque estoy cierto de que, si soy fiel en invocaros, Vos seréis fiel en socorrerme. Alcanzadme, pues, la gracia de acudir a Vos sin cesar con la confianza de un hijo, a fin de que obtenga vuestro perpetuo socorro y la perseverancia final. Bendecidme y rogad por mí ahora y en la hora de mi muerte. Amén.

¡Oh Madre del Perpetuo Socorro! Rogad a Jesús por mí, y salvadme.

ORACIÓN

Señor Jesucristo, que nos has dado como madre dispuesta siempre a socorrernos a tu Madre María, cuya insigne imagen veneramos; concédenos, te suplicamos, que, implorando asiduamente su maternal ayuda, merezcamos experimentar por siempre el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas.



Fuentes: Patron Saints Index

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...