DEDICACIÓN DE LAS
BASÍLICAS DE SAN PEDRO
Y SAN PABLO
¿No sabéis que vuestro cuerpo
es templo del Espíritu Santo
que reside en vosotros?
(1 Corintios 6, 19)
- En Roma, la Dedicación de las Basílicas de los santos Apóstoles Pedro y Pablo. La primera, reedificada y engrandecida, fue solemnemente consagrada en este día por el Papa Urbano VIII; la segunda, reducida a cenizas por un voraz incendio, y también levantada de nuevo con mayor magnificencia, fue consagrada con gran solemnidad a 10 de Diciembre por Pío IX, que trasladó al presente día su anual conmemoración.
- En Antioquía, el triunfo de san Román, Mártir, que en tiempo del Emperador Galerio, viendo al Prefecto Asclepíades penetrar a viva fuerza en una Iglesia e intentar destruirla del todo, exhortó a los demás Cristianos a que se le opusiesen; por lo cual, después de crueles suplicios y de cortada la lengua (sin la cual seguía en las alabanzas de Dios), ahogado con un dogal en la cárcel, consumó su ilustre martirio. Antes de él fue martirizado un tierno niño, llamado Bárula, que preguntado por el mismo Prefecto si era mejor adorar a un solo Dios o a muchos dioses, y respondiendo que sólo debía creerse en el único Dios que adoran los Cristianos, fue mandado azotar y degollar.
- En Antioquía también, san Esiquio, Mártir, el cual siendo soldado, y oyendo publicar que, quien no adorase a los ídolos, dejase el cinto militar, inmediatamente se despojó de él; por lo cual, atándole una gran piedra a la mano derecha, le arrojaron al río.
- En el mismo día, los santos Orículo y Compañeros, que en la persecución Vandálica padecieron por la fe católica.
- En Maguncia, san Máximo, Obispo, que habiendo padecido mucho en tiempo de Constancio de parte de los Arrianos, murió Confesor.
- En Tours de Francia, el tránsito de san Odón, Abad de Cluny.
- En Antioquía, santo Tomás, Monje, al cual los Antioquenos celebraron cada año una fiesta, por haber sido con su intercesión librados de la peste.
- En Luca de Toscana, la Traslación de san Frigdiano, Obispo y Confesor.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.
DEDICACIÓN DE LAS BASÍLICAS
DE SAN PEDRO Y SAN PABLO
DE SAN PEDRO Y SAN PABLO
Siempre los fieles han profesado una profunda veneración a la tumba de los apóstoles San Pedro y San Pablo. Ocho días después de su bautismo, según se refiere, el emperador Constantino trasladose al lugar donde descansaban los santos cuerpos; oró allí con gran abundancia de lágrimas. Cavose después la tierra, llenó doce canastas con ella en honor de los doce apóstoles, y echó los cimientos de la basílica de San Pedro. Terminado el edificio, el Papa San Silvestre lo consagró. Constantino hizo también edificar una iglesia en honor de San Pablo. La fiesta de este día fue instituida para recordar la consagración de la basílica de San Pablo extramuros, reconstruida después de un incendio, en 1854.
MEDITACIÓN
NUESTROS CUERPOS SON
TEMPLOS DEL ESPÍRITU SANTO
I. El Apóstol San Pablo nos enseña que los cuerpos de los cristianos son templos del Espíritu Santo. Dios ha edificado este templo, el Espíritu Santo lo ha consagrado el día de nuestro bautismo, y Jesús desciende a él cuando recibimos la Santa Eucaristía. Hay que tener cuidado, pues, de no profanar este templo con acciones indecentes o criminales; hay que vigilar sus puertas, es decir, nuestros sentidos, a fin de que no entre en él nada manchado; es preciso que nuestro corazón, que es su santuario, siempre esté puro y limpio.
II. Dado que nuestros cuerpos han sido consagrados a Dios por el Bautismo y honrados con la presencia de Jesucristo, debemos respetarlos como a lugares santificados; no es permitido dedicar un vaso sagrado a usos profanos: seria un sacrilegio semejante al que Dios castigó tan severamente en la persona de Baltasar. Y, sin embargo, tú haces servir a tu cuerpo para acciones criminales, cuando lo haces esclavo de tus infames voluptuosidades. Teme la amenaza que te hace San Pablo, diciéndote que Dios exterminará al que haya profanado el templo del Señor.
III. Consérvase en los templos un fuego que arde siempre ante el altar: asimismo es preciso que tu corazón esté siempre abrasado en el fuego del amor divino. Nunca dejes extinguir este hermoso fuego: desalojará de tu corazón todas las llamas impuras y el amor desordenado de las creaturas. ¿Amas a Dios más que a tus placeres, más que a tus riquezas, más que a tus parientes? ¿Podrías decir a Jesucristo: Señor, Vos sabéis que os amo?
La pureza
Orad por la Iglesia
ORACIÓN
Oh Dios, que todos los años renováis en favor nuestro el día de la consagración de este templo y nos permitís asistir a los santos misterios, escuchad los ruegos de vuestro pueblo y haced que todos los que entren en este templo para impetrar gracias, tengan la alegría de experimentar que son escuchadas sus plegarias. Por J. C. N. S.
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo IV, Patron Saints Index.
Visto en Tradición Católica
No hay comentarios:
Publicar un comentario