viernes, 29 de mayo de 2015

Martirologio Romano 29 de mayo

SANTA MARÍA
MAGDALENA DE PAZZI,
Virgen

n. 1566 en Florencia, Italia; † 25 de mayo de 1607

Patrona de los enfermos. Protectora contra las enfermedades y las tentaciones que atentan contra la virtud de la pureza

SANTA MARÍA MAGDALENA DE PAZZI, Virgen

Si alguno quiere venir en pos de Mí,
que se renuncie a sí mismo,
que tome su cruz cada día y que me siga.
(Lucas 9, 23)



  • Santa María Magdalena de Pazzis, de la Orden Carmelitana, Virgen, cuyo tránsito se celebra a 25 de este mes.
  • En Roma, en la vía Aurelia, el triunfo de san Restituto, Mártir.
  • En Iconio de Licaonia. el triunfo de los santos Conón y un hijo suyo de doce años, los cuales, en tiempo del Emperador Aureliano, sufrieron constantes el ser extendidos en unas parrillas candentes sobre brasas rociadas con aceite, la suspensión en el ecúleo y la pena del fuego; y finalmente, desmenuzadas las manos con un mazo de madera, dieron el alma a Dios.
  • En la campiña de Trento, el triunfo de los santos Mártires Sisinio, Martirio y Alejandro, los cuales, imperando Honorio, en el país de Anaunia, según escribe Paulino en la vida de san Ambrosio, perseguidos de los Gentiles, consiguieron la corona del martirio.
  • En Camerino, el suplicio de mil quinientos veinticinco santos Mártires.
  • En Cesarea de Filipo, las santas Mártires Teodosia, que fue madre de san Procopio, y otras doce nobles matronas, que, en la persecución de Diocleciano, acabaron decapitadas.
  • En Tréveris, san Maximino, Obispo y Confesor, que acogió con grande honra al Obispo san Atanasio cuando andaba desterrado por la persecución de los Arrianos.
  • En Verona, san Máximo, Obispo.
  • En Arce del Lacio, san Eleuterio, Confesor.



Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.



SANTA MARÍA
MAGDALENA DE PAZZI,


Santa María Magdalena de Pazzi, aun en la flor de la edad, obtuvo, a fuerza de insistencia, de sus padres, el permiso para entrar en el monasterio de las carmelitas de Florencia. Mostró, desde el comienzo, una virtud consumada. Tan admirable era su oración, que pasaba a veces ocho días en éxtasis. Éstas y otras gracias extraordinarias fueron tachadas de ilusiones, y la santa fue sometida, durante cinco años enteros, a las más rudas pruebas. Finalmente, Dios devolviole la calma y la consoló con su divina presencia. Recibió el don de milagros y de profecía, y murió en el año 1607, a la edad de 41 años.


MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA DE SANTA MARÍA MAGDALENA DE PAZZI



I. Esta santa amó a Dios desde que tuvo suficiente razón como para conocerlo. Aislábase para orar; pasaba horas enteras ante el Santísimo Sacramento; su Bienamado sin cesar estaba presente en su memoria. ¿Has comenzado tú a amar a Dios? ¡Desde hace ya mucho tiempo lo conoces y muy poco lo has amado!

II. Ella despreció todas las ventajas temporales que le aseguraban sus hermosas cualidades, y desde que conoció la vanidad del mundo, apresurose a dejarlo, protestando que estaba dispuesta a soportar todos los suplicios antes que permanecer en él. Mira tú las grandezas, las riquezas y los placeres con los ojos de la fe, y no tendrás sino desprecio por lo que el mundo adora. Pon los ojos en el cielo, allí es donde debes poner todas tus esperanzas. He aprendido a pisar la tierra y no a adorarla, no me es lícito poner en las cosas inanimadas las esperanzas de mi vida (San Clemente de Alejandría).

III. La oración continua de esta santa era la fuente de todas sus virtudes. Hacíala amar a Dios únicamente y despreciar todo lo que no fuera Dios. Tú no podrás formarte alta idea de Dios, porque no piensas en Él, porque no conversas con Él. Gusta de la oración, ella te desasirá de la tierra y te unirá por entero a Dios; haz tu jaculatoria el lema de esta santa: ¡Sufrir o morir!



La castidad.
Orad por los que están afligidos.


ORACIÓN
Oh Dios, amador de la virginidad, que habéis abrasado de vuestro amor y adornado con vuestros dones celestiales a vuestra bienaventurada virgen María Magdalena,
haced que honrando su memoria, imitemos su pureza
y su castidad. Por J. C. N. S.




Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.




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