lunes, 22 de junio de 2015

Martirologio Romano 22 de junio


SAN JUAN FISHER,
Obispo y Mártir

n. 1469 en Yorkshire, Inglaterra;
† 22 de junio de 1535 en Inglaterra


Era libre respecto de todos
y de todos me hice siervo, para ganar más almas.
(1 Corintios 9, 19)


  • En Nola, ciudad de Campania, el nacimiento para el cielo de san Paulino, Obispo y Confesor, el cual, de nobilísimo y opulentísimo que era, se hizo pobre y humilde por Cristo, y no quedándole más, se vendió a sí mismo por esclavo, para rescatar al hijo de una viuda que los vándalos, devastada Campania, habían llevado cautivo a África. Floreció, no sólo por su ciencia y gran santidad de vida, sino por su poder contra los demonios. Los santos Ambrosio, Jerónimo, Agustín y Gregorio Papa le celebran en sus escritos con grandes encomios. Su cuerpo, trasladado primero a Benevento y de allí a Roma, fue devuelto a Nola por mandato del Papa Pío X.
  • En Londres de Inglaterra, san Juan Fischer, Obispo Rogense y Cardenal; el cual, por la fe católica y por el Primado del Romano Pontífice, de orden de Enrique VIII fue degollado.
  • En el monte Ararat, el triunfo de diez mil santos Mártires, que fueron crucificados.
  • En Verulam de Inglaterra, san Albano, Mártir, el cual, en tiempo de Diocleciano, cambiando los vestidos con un Clérigo que tenía hospedado en su casa y de quien había sido instruido en la fe Cristiana, se entregó a sí mismo en vez de él; por lo cual, después de los azotes y otros crueles tormentos, fue decapitado. Padeció juntamente con él uno de los soldados que le conducían al suplicio, y en el camino convertido a Cristo, fue al punto degollado, y así mereció ser bautizado con su propia sangre. Este noble y prolongado combate de san Albano y su Compañero por la honra de Dios fue descrito por san Beda el Venerable.
  • En Samaria de Palestina, mil cuatrocientos ochenta santos Mártires, que siendo Cosróes Rey de los Persas, fueron muertos por la fe de Cristo.
  • En el mismo día, san Nicetas, Obispo de la ciudad de Aquileia, esclarecido en doctrina y santas costumbres.
  • En Nápoles de Campania, san Juan, Obispo, a quien san Paulino, Obispo de Nola, llamó al reino celestial.
  • En el monasterio Cluniacense, en Francia, el tránsito de santa Consorcia, Virgen.
  • En Roma, san Inocencio V, Papa, de la Orden de Predicadores, Confesor, que trabajó con suavidad y prudencia para defender la libertad de la Iglesia y la concordia de los Cristianos. Su culto lo aprobó y confirmó el Sumo Pontífice León XIII.
  • Asimismo en Roma, la Traslación de san Flavio Clemente, varón consular y Mártir, que fue hermano de santa Plautila y tío materno de santa Flavia Domitila, Virgen y Mártir; al cual hizo matar, por la fe de Cristo, el Emperador Domiciano, que había ejercido con él el Consulado. Su cuerpo, hallado en la Basílica de san Clemente Papa, fue allí mismo con solemne pompa sepultado.


Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.



SAN JUAN FISHER,
Obispo y Mártir

Juan Fisher, nacido en 1469, cursó sus estudios en Cambridge y llegó a ser canciller de esta universidad. En 1502, fue nombrado capellán de lady Margarita Beaufort, madre del rey de Inglaterra, y en 1504 obispo de Rochester. En todos sus cargos distinguiose por su piedad y amor al estudio. Bajo Enrique VIII, se opuso a los deseos del rey que quería obtener la anulación de su matrimonio y la dignidad de jefe supremo de la Iglesia en Inglaterra. Fue encarcelado en la Torre de Londres y, después, decapitado en 1535.



MEDITACIÓN
SOBRE EL AMOR AL PRÓJIMO


I. Bien está amar a los demás más que a sí mismo al punto de sacrificar la propia libertad para sacar a un desdichado de la esclavitud, tal como hizo San Paulino. Imita esta heroica virtud, amando al prójimo por lo menos como a ti mismo. Sírvele, complácele, habla en su favor; en una palabra, trátalo como quisieras que te trataran a ti, si estuvieras en su lugar. ¿Por ventura podría decirse de ti lo que se decía de los primeros cristianos: Ved cómo se aman; están dispuestos a morir unos por otros (Tertuliano)?

II. Te inclinas naturalmente a hablar favorablemente de ti mismo, a encontrar excelentes tus acciones, a disculpar tus defectos, a interpretar bien lo que te concierne. Haz lo mismo respecto de tu prójimo; trátalo con indulgencia. No quieres que se tengan ojos para tus faltas ni lengua para hablar de ellas. ¿Eres ciego y mudo tú cuando los otros hacen mal?

III. Tu amor por el prójimo debe ser universal, sin acepción de personas. Todos los hombres llevan la imagen de Dios, todos han sido redimidos por la sangre de Jesucristo, todos pueden ir al cielo; así, debes amarlos a todos, sin dejarte guiar jamás por tu humor y tu capricho. De otro modo, tu amor no es más que amor natural que no tiene derecho a recompensa alguna en el cielo. San Paulino se hizo esclavo para rescatar a un hombre que no conocía, pero en quien veía la imagen de Dios. Nuestro amor, decía él, no considera ni la persona ni la condición de los hombres; ve sólo las almas.


El amor al prójimo.
Orad por el acrecentamiento de la caridad.


ORACIÓN
Oh Dios, que todos los años nos proporcionáis nuevo motivo de alegría en la solemnidad de vuestro mártir y pontífice, el bienaventurado Juan, haced, por vuestra bondad, que honrando la nueva vida que ha recibido en el cielo,
experimentemos aquí abajo los efectos de su protección.
Por J. C. N. S.






Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.




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