sábado, 25 de junio de 2016

Martirologio Romano 25 de junio


SAN GUILLERMO,
Abad

n. 1085 en Vercelli, Italia;
† 25 de junio de 1142 en Guglietto, Italia



Tened un mismo sentir, conservad la paz,
y el Dios de la paz y del amor estará con vosotros.
(2 Corintios 13, 11)


  • En territorio de Guleto, cerca de Nusco, san Guillermo, Confesor, Padre de los Ermitaños de Monte Virgen.
  • En Berea, el triunfo de san Sosípatro, que fue discípulo de san Pablo Apóstol.
  • En Roma, santa Lucía, Virgen y Mártir, con otros veintidós.
  • En Alejandría, san Galicano, Mártir, varón Consular, condecorado con las insignias del triunfo y privado de Constantino Augusto; convertido a la fe de Cristo por los santos Juan y Pablo y bautizado, retiróse con san Hilarino a la ciudad de Ostia, y allí se consagró totalmente a la hospitalidad y servicio de los enfermos; a cuya fama, divulgada por todo el Orbe, concurrían las gentes de todas partes para ver a un hombre que, habiendo sido Patricio y Cónsul, lavaba los pies a los pobres, les ponía la mesa y daba aguamanos, asistía solícito a los enfermos y se ocupaba en las demás obras de caridad. Más tarde, desterrado por Juliano Apóstata, se fue a Alejandría, donde, compeliéndole el Juez Rauciano a ofrecer sacrificio y rehusándolo él, atravesado por la espada, fue hecho Mártir de Cristo.
  • En Sibápolis de Mesopotamia, santa Febronia, Virgen y Mártir, la cual, en la persecución de Diocleciano, por orden del Juez Sileno, por conservar la fe y la castidad, fue primeramente azotada con varas, atormentada en el potro, descarnada con peines de hierro, y abrasada con fuego, hasta que por fin, arrancándole los dientes y cortándole los pechos, la decapitaron, y engalanada con tantas joyas de tormentos, voló al Esposo.
  • En Riez, san Próspero de Aquitania, Obispo de aquella ciudad, ilustre en saber y piedad, el cual peleó valientemente contra los Pelagianos en defensa de la fe católica.
  • En Turín, el tránsito de san Máximo, Obispo y Confesor, en santidad y doctrina celebérrimo.
  • En Holanda, san Adelberto, Confesor, que fue discípulo de san Wílibrordo Obispo.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.


SAN GUILLERMO,
Abad


San Guillermo, para dedicarse más libremente a la oración, se retira al Monte Virgen en el reino de Nápoles; pero su reputación de santidad síguelo a su retiro y lleva a él a gran número de personas que desean practicar, bajo su dirección, los ejercicios de la vida ascética. Llégasele también una mujer para tentarlo. Revuélcase el santo sobre carbones encendidos y Dios no permite que sufra la menor quemadura. Su muerte, predicha por él, tuvo lugar el 25 de junio de 1142.



MEDITACIÓN
SOBRE LA PAZ DEL ALMA


I. Vive en paz con el prójimo; disimula, sufre antes de romper la paz y faltar a la caridad. Si algún acontecimiento viene a turbar esta paz, restablécela lo antes posible: cede algo de tus derechos, en interés de la paz y de la unión. En esto se conocerá si eres imitador de Jesucristo, si amas la paz y la caridad; y esta paz, que conservas con todos, es guerra cruelísima que haces al demonio. La paz entre vosotros es la guerra contra él (Tertuliano).

II. Con todo, es preciso romper esta paz con el prójimo, cuando ella te obligue a hacer la guerra a Dios. Tienes un amigo peligroso, un pariente que te arrastra al vicio, un inferior que se entrega al libertinaje; es preciso advertirle, aun a riesgo de que se aleje de ti y se haga tu enemigo: vale más romper con los hombres que con Dios. Ninguna paz con los pecadores, ninguna paz con el vicio. Esa calma sería una tempestad (San Jerónimo).

III. Conserva no obstante la paz de tu alma, al precio que sea. El espíritu de Dios ama a los corazones apacibles y a las almas tranquilas. Si siempre te acuerdas que Dios permite todo lo que te sucede, para su gloria y para tu mayor bien, los acontecimientos, aun los más fastidiosos, no podrán alterar tu paz, ni arrebatar tu dicha. ¿Qué más precioso y más dulce para el corazón, qué más calmo y más tranquilo en la tierra que una buena conciencia? (San Bernardo).


La paz del alma.
Orad por la paz en el seno de las familias.


ORACIÓN
Oh Dios, que habéis dado el ejemplo y la ayuda de los santos para abrir a nuestra flaqueza el camino de la salvación, haced que honrando los méritos del bienaventurado Guillermo, abad, aprovechemos sus sufragios y caminemos siguiendo sus huellas. Por J. C. N. S.




Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.




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