viernes, 29 de julio de 2016

Martirologio Romano 29 de julio


SANTA MARTA,
Virgen
† hacia el año 80

Patrona de las amas de casa; mayordomos; empleados domésticos; mucamas; criados; sirvientes; cocineros; dietistas; hosteleros; lavanderas; mujeres solteras; viajeros.


Marta, Marta, te afanas y turbas por muchas cosas;
sin embargo una sola es necesaria.
(Lucas 10, 41-42)




  • En Tarascón de la Galia Narbonense, santa Marta, Virgen, hospedadora de nuestro Salvador, y hermana de los santos María Magdalena y Lázaro.
  • En Roma, en la vía Portuense, los santos Mártires Félix, Simplicio, Faustino y Beatriz, en los tiempos del Emperador Diocléciano; los dos primeros, al cabo de muchos y diversos suplicios, fueron condenados a la pena capital; Beatriz, su hermana, por confesar a Cristo, fue ahorcada en la cárcel.
  • Allí mismo, los santos Mártires Lucila y Flora, Vírgenes, Eugenio, Antonino y Teodoro y dieciocho Compañeros; los cuales, en el imperio de Galieno, consumaron el martirio.
  • Asimismo en Roma, santa Serapia, Virgen, la cual, en tiempo del Emperador Adriano, fue entregada a dos jóvenes lascivos, y no pudiendo ser de ellos burlada, ni después abrasada con teas encendidas, por orden del Juez Dérilo fue apaleada y después degollada. Su cuerpo fue depositado por santa Sabina en el sepulcro que ésta tenía junto a un terreno de Vindiciano; pero la memoria de su martirio se celebra el 3 de Septiembre, en que el sarcófago de ambas fue allí mismo compuesto, y adornado, y aquel lugar consagrado a la oración.
  • En Gangres de Paflagonia, san Calinico, Mártir, el cual, azotado con varas de hierro y atormentado con otros suplicios, finalmente echado en un horno, entregó su alma a Dios.
  • En Noruega, san Olavo, Rey y Mártir.
  • En Troves de Francia, san Lupo, Obispo y Confesor, que, en compañía de san Germán, fue a Inglaterra a combatir la herejía de los Pelagianos, y con su continua oración defendió la ciudad de Troyes del furor de Atila, que devastaba las Galias; por fin, habiendo dignamente desempeñado cincuenta y dos años el cargo sacerdotal, descansó en paz.
  • En la ciudad de Brieuc, en Francia, san Guillermo, Obispo y Confesor.
  • También la dichosa muerte de san Próspero, Obispo de Orleáns.
  • En Todi de Umbría, san Faustino, Confesor.
  • En la ciudad de Mamia, santa Serafina.
  • En Roma, san Urbano II, Papa, el cual, siguiendo las pisadas de san Gregorio VII, resplandeció por el celo de la doctrina y de la religión, y excitó a los fieles cruzados a rescatar del poder de los infieles los Santos Lugares de Palestina. El culto que desde tiempo inmemorial se le tributaba fue ratificado y confirmado por el Sumo Pontífice León XIII.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

R. Deo Gratias.


SANTA MARTA, 
Virgen


Santa Marta, hermana de María Magdalena, tuvo la dicha de recibir a menudo en su casa a Jesucristo. Después de la Ascensión, los judíos la dejaron, con su hermano Lázaro y Santa Magdalena, en una barca sin remos ni timón en el mar; pero Dios les hizo de piloto y los hizo arribar a Provenza. Santa Marta construyó un convento en el que varias jóvenes, movidas por su ejemplo, consagraron a Dios su virginidad.


MEDITACIÓN
SOBRE LA ÚNICA COSA NECESARIA


I. Trabajas sin descanso en hacerte rico y sabio; sin embargo, no es éste el negocio importante; puedes ganar el cielo sin ser rico, sabio o estimado de los hombres. Deja esas ocupaciones, si ellas te impiden trabajar en tu salvación; da de mano las cosas del mundo para dedicarte a la sola cosa verdaderamente necesaria. Ojalá pudieses decir como Tertuliano: Me separé de la muchedumbre, no me ocupo ya sino de una sola cosa, no tengo ya sino un solo cuidado: ¡desembarazarme de todo cuidado!

II. La salvación es absolutamente necesaria para el bien de tu alma como para el de tu cuerpo. Hay que asegurar esta alma que es inmortal; hay que mortificar el cuerpo durante esta vida, para hacerle feliz durante la eternidad. Estos bienes, estos honores, estos placeres, que tú buscas con tanta avidez pasarán velozmente; pero lo que hayas hecho para tu salvación durará eternamente. Examina seriamente tu conciencia a este respecto y encontrarás motivo para humillarte y confundirte.

III. Habrás perdido todo si no trabajas seriamente en el negocio de tu salvación durante tu vida; después de la muerte ya no hay manera. No tendrás sino una vida, un cuerpo y un alma; el hombre muere solamente una vez, y para el lado en que cae el árbol, allí queda eternamente. ¿Cómo has trabajado hasta ahora en tu salvación? ¡Ah! ¡te has ocupado de bagatelas y has descuidado el único negocio de importancia! No hacemos caso de las cosas necesarias, no pensamos sino en cosas vanas y superfluas (San Juan Crisóstomo).



La caridad.

Orad por el clero.


ORACIÓN
Escuchadnos, oh Dios Salvador nuestro, a fin de que la fiesta de Santa Marta, vuestra virgen, al mismo tiempo que regocija nuestra alma la enriquezca con una tierna devoción.
Por J. C. N. S.




Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo III; Patron Saints Index.




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