SANTO DOMINGO DE GUZMÁN,
Confesor
n. 1170 en Caleruega, Burgos;
† 4 de agosto de 1221 en Bolonia
Patrono de la astronomía y los astrónomos; científicos; personas falsamente acusadas; República Dominicana.
Brille vuestra luz ante los hombres,
Brille vuestra luz ante los hombres,
a fin de que vean vuestras buenas obras
y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
(Mateo 5, 16)
- Santo Domingo, Confesor, Fundador de la Orden de Frailes Predicadores, el cual descansó en paz el día 6 de este mes.
- En la aldea de Ars, diócesis de Belley en Francia, el tránsito de san Juan Bautista María Vianney, Presbítero y Confesor, insigne en el ministerio parroquial, a quien el Papa Pío XI puso en el número de los Santos y le instituyó celestial Patrono de todos los Párrocos. Su fiesta se celebra el 8 de Agosto.
- En Salónica, el triunfo de san Aristarco, que fue discípulo y compañero de san Pablo, de quien el mismo Pablo escribe a los Colosen-ses: «Os saluda Aristarco, mi compañero en la prisión». Ordenado por el mismo Apóstol Obispo de Tesalónica, finalmente, después de muchos combates en tiempo de Nerón, coronado por Cristo descansó.
- En Roma, santa Perpetua, la cual, bautizada por el Apóstol san Pedro, convirtió a la fe de Cristo a Nazario, su hijo, y a Africano, su marido, enterró muchos cuerpos de santos Mártires, y, por último, colmada de méritos y santas obras, pasó al Señor.
- En Roma asimismo, en la vía Latina, el suplicio de san Tertulino, Presbítero y Mártir, que, imperando Valeriano, después de bárbaramente apaleado, quemados los costados, deshecha a golpes la boca, extendido en el potro y azotado con nervios, por sentencia del Juez cortada la cabeza, consumó el martirio.
- En Constantinopla, san Eleuterio Mártir, del orden Senatorio, que en la persecución de Maximiano fue, por Cristo, degollado.
- En Persia, las santas Mártires Ía y sus Compañeras, las cuales, con nueve mil Cristianos cautivos, en tiempo del Rey Sapor, afligidas con varios tormentos, pasaron el martirio.
- En Verona, san Agabio, Obispo y Confesor.
- En Tours de Francia, san Eufronio, Obispo.
- En Colonia, la conmemoración de san Protasio, Mártir, que junto con su hermano Gervasio padeció el martirio el día 19 de Julio.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.
SANTO DOMINGO DE GUZMÁN,
Confesor
Santo Domingo, fundador de la Orden de los Hermanos Predicadores, es representado con un lirio en la mano, símbolo de la virginidad que conservó durante toda su vida. El can que su madre vio en sueños llevando una antorcha encendida, representa la guerra que hizo a los herejes y la luz que difundió en el corazón de los pecadores por la pureza de su doctrina y la santidad de su vida. Acaeció su muerte en 1221.
MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA DE SANTO DOMINGO
I. Se ve brillar una estrella sobre la frente de Santo Domingo inmediatamente después de su bautismo. Era el presagio del fulgor admirable que debía proyectar sobre la Iglesia de Dios. En efecto, desde tierna edad, edificó a cuantos lo rodeaban por su piedad, su austeridad y la práctica de las virtudes cristianas en general. ¿Has consagrado tú, como Santo Domingo, las primicias de tu vida a Dios? ¡Desgraciado el tiempo en el que no te amé, oh Dios mío! (San Agustín).
III. Este astro, tan radiante al levantarse, brilló con esplendor más deslumbrador aun a su mediodía. Santo Domingo alumbró y abrasó toda la tierra con el fuego del amor divino, con sus predicaciones y las de los religiosos de su Orden. Si tu profesión no te obliga a trabajar por la salvación de las almas mediante la predicación del Evangelio, debes por lo menos trabajar seriamente por tu propia salvación y edificar al prójimo con tus buenos ejemplos.
III. Los astros no por ocultarse a nuestra vista pierden sus rayos; su fulgor no es menor a su ocaso que a su mediodía. Santo Domingo trabajó hasta su muerte por la gloria de Dios y la salvación de las almas, sin desalentarse por los obstáculos y sin perder nunca su primer fervor. Trabaja tú, mortifícate, haz penitencia hasta el último suspiro; y si alguien te invita a disiparte y a abandonar las austeridades de la penitencia, respóndele: Eso está bien para los bienaventurados; pero, para mí, que he ofendido a Dios, me hace correr el riesgo de perecer para toda la eternidad (Paciano).
El celo por la salvación de las almas.
Orad por las órdenes religiosas.
ORACIÓN
Oh Dios, que os dignasteis esclarecer la Iglesia por los méritos y la doctrina de vuestro confesor Santo Domingo, haced, por su intercesión, que nunca se vea privada de los socorros temporales, y que siempre logre nuevos progresos en las obras espirituales. Por J. C. N. S.
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo III; Patron Saints Index.
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