lunes, 3 de octubre de 2016

Martirologio Romano 3 de octubre


SANTA TERESITA 
DEL NIÑO JESÚS,
Virgen

n. 2 de enero de 1873 en Alençon, Francia;
† 30 de septiembre de 1897 en Lisieux, Francia

Patrona de las misiones; enfermos; tripulación aérea, pilotos y aviadores; floristas. Protectora contra la tuberculosis.

SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS, Virgen

Si tu ojo derecho es para ti ocasión de pecar,
sácalo y arrójalo fuera de ti.
(Mateo 5, 29)


  • Santa Teresa del Niño Jesús, Virgen, de la Orden de Carmelitas Descalzos, Patrona especial de todas las Misiones, cuyo tránsito se conmemora el día 30 de Septiembre.
  • En Roma, junto a la Puerta Mayor, san Cándido, Mártir.
  • En la antigua Sajonia, los dos santos Mártires llamados Ewaldo, que siendo Presbíteros, y comenzando a predicar allí a Cristo, fueron presos y muertos por los Paganos. Una gran luz, que apareció muchas noches sobre ellos, manifestó el lugar donde estaban los cuerpos, y de cuánto mérito eran sus almas.
  • El mismo día, los santos Mártires Dionisio, Fausto, Cayo, Pedro, Pablo y otros cuatro; los cuales primeramente sufrieron mucho siendo Emperador Decio, y finalmente, en tiempo de Valeriano, largamente atormentados de orden del Presidente Emiliano, merecieron la palma del martirio.
  • En África, san Maximiano, Obispo de Bagaya, el cual una y muchas veces cruelísimamente atormentado por los Donatistas, al fin, fue precipitado de una torre y dejado por muerto; pero recogido después por los transeúntes y curado con piadosa diligencia, no cesó de defender la fe Católica, hasta qué, ilustre por su gloriosa confesión, descansó en el Señor.
  • En León de España, san Froilán, Obispo de la misma ciudad, célebre por el celo de propagar la vida monástica, por su beneficencia para con los pobres, por las demás virtudes y los milagros.
  • En la diócesis de Namur, en Bélgica, san Gerardo, Abad.
  • En Palestina, san Esiquio, Confesor, que fue discípulo de san Hilarión y Compañero suyo en las peregrinaciones.
  • En Savona de Liguria, santa María Josefa Rosello, Fundadora del Instituto de Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia; a la cual, preclara por las obras de caridad, puso el Papa Pío XII en el número de las santas Vírgenes.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

R. Deo Gratias.





SANTA TERESITA 
DEL NIÑO JESÚS, 
Virgen


La rápida difusión del culto a Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz es uno de los acontecimientos más notables de la historia religiosa de nuestra época. Entró al Carmelo de Lisieux, a la edad de 15 años, en 1888, y murió en él el 30 de septiembre de 1897. En pocos años era conocida del mundo entero, y su caminito de sencillez y de perfección en las cosas cotidianas se hizo célebre en la espiritualidad cristiana. Numerosas gracias y milagros fueron atribuidos a su intercesión. Fue canonizada en 1925.



MEDITACIÓN
EL CRISTIANO DEBE SER
CIEGO, MUDO Y SORDO


I. Para ser dichoso en este mundo, para vivir en él santamente, hay que ser ciego para muchas cosas. Cierra los ojos a todo lo que pueda hacerte concebir malos pensamientos, causarte tristeza o inspirarte orgullo; no mires los defectos de tu prójimo, o los tuyos. Dios mío, hazme ver la fealdad del pecado y la hermosura de la virtud. Aparta mis ojos para que no vean la vanidad (El Salmista).

II. Hay que saber ser mudo para vivir como cristiano. Cuando se presenta una ocasión de hablar bien de ti mismo, de hablar mal del prójimo, de faltar la caridad, guarda silencio; porque generalmente sucede que quien habla mucho comete muchos pecados y profiere palabras que lamenta después amargamente. No hay nada más provechoso que vivir en el recogimiento, hablar poco con los demás y mucho consigo mismo (Séneca).

III. ¿Para qué querer oír todo y saber todo? ¡Muchas palabras criminales, muchas maledicencias, muchos discursos impíos o atrevidos turbarán la paz de tu alma y despertarán en ella pensamientos vanos o peligrosos! El retiro te facilitará la observancia los tres consejos que hemos dado. Retírate a la soledad, no con el cuerpo sino con el espíritu; la soledad del espíritu es la que se te recomienda, no la del cuerpo (San Bernardo).


El amor a la soledad
Orad por la Orden del Carmelo


ORACIÓN
Señor, que habéis dicho: “Si no os hacéis semejantes a niños, no entraréis en el reino de los cielos”, concedednos que imitemos de tal modo la humildad y sencillez de corazón de la virgen Santa Teresa, que logremos alcanzar las recompensas eternas. Por J. C. N. S.



Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo IV; Patron Saints Index.










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