jueves, 2 de febrero de 2017

Martirologio Romano 2 de febrero


FIESTA DE LA 
PURIFICACIÓN
DE LA BIENAVENTURADA
VIRGEN MARÍA

FIESTA DE LA PURIFICACIÓN

Cumplido asimismo el tiempo de la purificación de la madre,
según la ley de Moisés, llevaron el niño a Jerusalén,
para presentarlo al Señor.
(Lucas 2, 22)

  • La Purificación de la bienaventurada Virgen María, que los Griegos llaman el Encuentro del Señor.
  • En Cesarea de Palestina, san Cornelio, Centurión, a quien el Apóstol san Pedro bautizó y elevó al honor del Episcopado en dicha ciudad.
  • En Roma, en la vía Salaria, el martirio de san Aproniano, Alcaide, que, Gentil aún, como sacase de la cárcel a san Sisinio para presentarle al Prefecto Laodicio, y oyese una voz del cielo que decía: «Venid, benditos de mi Padre, recibid el reino que os está preparado desde el principio del mundo», creyó y fue bautizado, y después, confesando al Señor, condenado a pena capital, recibió la muerte.
  • En Roma igualmente, los santos Mártires Fortunato, Feliciano, Firmo y Cándido.
  • En Orleáns de Francia, san Flósculo, Obispo.
  • En Cantórbery de Inglaterra, el tránsito de san Lorenzo, Obispo, que después de san Agustín gobernó aquella Iglesia e hizo cristiano al mismo Rey.
  • En Prato de Toscana, santa Catalina de Riccis, Virgen Florentina, de la Orden de Predicadores, insigne por la abundancia de dones celestiales; a la cual, el Sumo Pontífice Benedicto XIV puso en el catálogo de las santas Vírgenes.
  • En Burdeos, santa Juana de Lestonnac, Viuda, Fundadora del Instituto de las Hijas de la Virgen santa María, insigne por su amor a la caridad y por la solicitud en la educación de las niñas; a la cual el Papa Pío XII agregó al número de las santas.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

R. Deo Gratias.


FIESTA DE LA PURIFICACIÓN

María va al templo a someterse a la ley de la purificación, aunque esté exenta de ella en su calidad de virgen y de Madre de Dios. Va al templo a presentar a Jesús a su Padre Eterno; lo rescata ofreciendo por él dos tortolitas. Simeón, a quien el Señor ha revelado que no morirá sin haber visto al Mesías, lo reconoce en los brazos de María, lo adora, y predice a su santísima Madre todo lo que Ella deberá sufrir.

MEDITACIÓN
SOBRE LA PURIFICACIÓN

I. Al presentarse para ser purificada, María sacrifica su gloria a la gloria de Dios, porque, para cumplir la ley, oculta sus dos admirables prerrogativas: la de virgen y la de Madre de Dios. Aprende de este misterio a poner tu honra en la obediencia a Dios. Aunque fuese preciso que pases por el mayor pecador de la tierra, siempre que Dios sea con ello glorificado, debes estar contento. Jesús te da el ejemplo sometiéndose a la circuncisión, y María observando la ceremonia de la purificación. La verdadera honra está en la estima que Dios tiene de ti.

II. Ella inmola a su querido Hijo, lo presenta a su Padre para que disponga de Él a su agrado. Da a Dios lo más precioso que tiene. ¡Gran lección para padres y madres! Es menester que ofrezcan a Dios sus hijos y no, por lo contrario, que les impidan consagrarse a su servicio cuando quieran hacerlo. Ofrezcamos hoy a Dios lo más querido que tenemos: nuestros corazones, nuestra voluntad, nuestras inclinaciones!

III. El Eterno Padre recompensa a María por su generosidad: le devuelve su Hijo y su honor por medio de Simeón, quien reconoce en Ella a la Virgen Madre de Dios y lo torna a sus brazos. Si sacrificas a Dios tu honra y tus inclinaciones, Él te recompensará liberalmente aun en esta vida. ¡Cuán bueno es servir a un Señor tan generoso! Él da los bienes del cielo a quien le sacrifica los de la tierra. ¿Por qué no cambiar la tierra por el cielo? ¿Por qué con bienes pasajeros, no comprar los eternos? ¿Por qué, con lo que es perecedero, no adquirir lo que dura siempre? (San Pedro Crisólogo).

La imitación de la Santísima Virgen.
Orad por las congregaciones de la Santísima Virgen.


ORACIÓN
Dios todopoderoso y eterno, escuchad benigno las súplicas que dirigimos a vuestra suprema Majestad, y así como vuestro Unigénito fue hoy presentado al templo, revestido de carne semejante a la nuestra, haced que nos presentemos ante Vos con un corazón purificado. Por J. C. N. S.





Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.



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