SAN LONGINOS,
Mártir
n. ? - † siglo I
El centurión y los que con él estaban guardando a Jesús,
visto el terremoto y las cosas que sucedían, se llenaron
de grande temor, y decían: Verdaderamente que
este hombre era Hijo de Dios.
(Mateo, 27,54).
- En Mántua, Italia, San Longinos, mártir;
- En Pario, en el Helesponto, san Menigno, mártir, el cual, según la tradición, padeció bajo el emperador Decio;
- En Vercelli, san Eusebio, obispo;
- En Rieti, san Probo, obispo;
- En Roma, san Zacarías, papa;
- Cerca de Burgos, en la región de Castilla, en España, san Sisebuto, abad de Cardeña;
- En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, santa Leocricia, virgen y mártir, que, nacida de familia musulmana, ocultamente abrazó la fe de Cristo y, detenida en casa junto con san Eulogio, cuatro días después del martirio de éste pasó a la gloria eterna al ser degollada;
- En París, en Francia, santa Luisa de Marillac, viuda;
- En Viena, en Austria, san Clemente María Hofbauer, presbítero;
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.
SAN LONGINOS
Mártir
El Santo, cuya fiesta celebramos hoy, se dice que es el soldado que con un lanzazo abrió el costado de Jesús en la cruz. La llaga que hizo en el Corazón adorable del Salvador fue, para él, la puerta de salvación, y la sangre que de ella brotó, el baño sagrado que lavó su iniquidad. Dio testimonio del Salvador en su resurrección, y murió mártir.
MEDITACIÓN
SOBRE LAS LLAGAS DE JESUCRISTO
I. Para amar a Jesucristo, basta mirar las sagradas llagas que florecen en sus pies, en sus manos y en su adorable costado. ¿Podría no amarte, oh dulce Jesús, contemplando lo que sufriste por mi amor? Me arrancaste del infierno derramando por mí tu sangre toda; me diste todos los méritos de tu santa Pasión. Penetremos, alma mía, hasta el Corazón de Jesús por la abierta llaga de su costado; hablémosle y oigamos lo que nos dirá. A través de las llagas de su Corazón, entreveo los secretos de su Corazón. (San Agustín).
II. ¿Estás tentado de desesperación a la vista da los pecados que cometiste y de las dificultades que encuentras en el camino del cielo? ¿Te sientes proclive al orgullo, a la lujuria o a algún otro pecado? Refúgiate en la llaga del costado de Jesús; óyele decir: "¿Podría querer tu muerte, hijo mío, Yo, que he muerto por ti? y tú, ¿querrías ofenderme después de todo el bien que te he hecho? Si mi Padre ha castigado con tanta severidad en mí el pecado de Adán, ¿te perdonaría a ti si lo ofendes?"
III. ¿Estás afligido, abrumado de dolor, cargado de oprobios, sin apoyo, sin consuelo? Refúgiate en el Corazón de Jesús. He ahí tu asilo; en él encontrarás un consolador y un amigo. Confíale tus penas, tus sinsabores, tus inquietudes; cuéntale todos tus sufrimientos, pero, a tu vez, escúchale cuando te diga los suyos. Extiende Él los brazos en la cruz para abrazarte, abre su corazón para recibirte en él. No desprecies, Señor, la obra de tus manos; considera, te suplico, las heridas que las atraviesan. (San Agustín).
La devoción a las sacratísimas llagas de Jesús
Orad por la conversión de los pecadores.
ORACIÓN
Dios todopoderoso, haced, os lo suplicamos, que por la intercesión del bienaventurado Longinos, sean librados nuestros cuerpos de toda adversidad y nuestro espíritu de todo mal pensamiento. Por J. C. N. S. Amén.
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.
Visto en Tradición Católica
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