domingo, 19 de marzo de 2017

Martirologio Romano 19 de marzo

SAN JOSÉ,
Esposo de la Bienaventurada
Virgen María

Patrono de la Iglesia Católica; trabajadores; carpinteros; artesanos; personas en trance de muerte; familia; padres de familia; mujeres embarazadas; matrimonios; niños por nacer; tesoreros; emigrantes e inmigrantes; viajeros; ingenieros; justicia social; quienes luchan contra el comunismo. Se lo invoca cuando se quiere comprar o vender una propiedad; en los momentos de duda; para pedir, por su intercesión, una buena y santa muerte.

(Traslado al 20 de marzo)


Teniendo, pues, qué comer, y con qué cubrirnos,
contentémonos con esto.
(1 Timoteo 6, 8)


  • En Judea, el dichoso tránsito de san José, Confesor, Esposo de la bienaventurada Virgen María y Patrono de la Iglesia universal.
  • En Sorrento, los santos Mártires Quinto, Quintila, Cuartila y Marcos, con otros nueve.
  • En Nicomedia, san Pancario Romano, el cual, por congraciarse con el Emperador Diocleciano, renegó de Cristo y adoró a los falsos dioses; pero pronto, por las instancias de su madre y hermana, volvió a la verdadera fe y, permaneciendo en ella con inconmovible constancia, azotado con nervios y degollado, recibió la corona del martirio.
  • El mismo día, los santos Apolonio y Leoncio, Obispos.
  • En Gante de Flandes, los santos Landoaldo, Presbítero Romano, y Amancio, Diácono; los cuales, enviados por el Papa san Martín a predicar el Evangelio, ambos cumplieron fielmente el ministerio apostólico, y después de muertos resplandecieron con muchos milagros.
  • En la ciudad de Penne, la feliz muerte de san Juan, varón de gran santidad, que vino de Siria a Italia, y edificando allí un monasterio, fue por cuarenta y cuatro años Padre de muchos siervos de Dios, e ilustre en virtudes, descansó en paz.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

R. Deo Gratias.



MEDITACIÓN
SOBRE LA PUREZA DE INTENCIÓN

I. Haz buenas obras; mas, hazlas con intención pura y santa. Si tu intención es pura, tu obra será luminosa; si es mala, sólo harás obra de tinieblas. ¿Qué fin te propones al realizar tus actos, aun los más santos? A menudo trabajas sin pensar para qué lo haces. Cuídate en tus intenciones; Dios no recompensará sino lo que se haya hecho por su amor.

II. ¿No es acaso la vanidad, la que, muy a menudo, te impulsa a obrar? Practicas la virtud, das limosna, frecuentas la Iglesia; ¿no es acaso para adquirir fama de hombre de bien? Si fuere así, tendrás tu recompensa en este mundo: los hombres te alabarán; pero Dios te castigará. ¡Qué ceguera preferir una vana honra a la gloria eterna, alabanzas de hombres a la estima de Dios!

III. Haz, pues, tus buenas acciones en secreto y no delante de los hombres. Si es necesario que se manifiesten, purifica tu intención, renuncia a la vanidad que puede corromper las acciones más santas. Pon tu intención desde la mañana; renuévala al comienzo de tus principales actos. Todo lo que hago, Señor, quiero hacerlo para agradaros. Sólo Vos tenéis derecho a mi amor.


La pureza de intención.
Orad por los que están constituidos en dignidad.


ORACIÓN
Concedednos, os lo rogamos, Dios omnipotente, que ejemplo de los santos,
aumente nuestra devoción y nos conduzca a la salvación.
Por J. C. N. S.



Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.







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