lunes, 30 de octubre de 2017

Martirologio Romano 30 de octubre


SAN MARCELO
Mártir

† martirizado hacia el año 298 en Tánger, Marruecos

Patrono de los objetores de conciencia.


Es preciso pasar por medio de muchas tribulaciones
para entrar en el reino de Dios.
(Hechos 14, 21)


  • En Cerdeña, el triunfo de san Ponciano, Papa y Mártir, que deportado a aquella isla por el Emperador Alejandro juntamente con Hipólito, Presbítero, muerto allí a palos, consumó el martirio. Su cuerpo fue trasladado a Roma por el Papa san Fabián y sepultado en el cementerio de Calixto. Pero su fiesta se celebra el 19 de Noviembre.
  • En Egea de Cilicia, el suplicio de los santos Cenobio, Obispo, y Cenobia, su hermana, en tiempo del Emperador Diocleciano y del Presidente Lisias.
  • En Altino, en territorio de Venecia, san Teonesto, Obispo y Mártir, que fue muerto por los Arrianos.
  • En África, el triunfo de doscientos veinte santos Mártires.
  • En Tánger de la Mauritania, el suplicio de san Marcelo, Centurión, que fue padre de los santos Mártires Claudio, Lupercio y Victorio, y consumó el martirio siendo decapitado de orden de Agricolao, lugarteniente del Prefecto Pretoriano.
  • En Alejandría, trece santos Mártires, que padecieron con los santos Julián, Euno y Macario, en tiempo del Emperador Decio.
  • En Cáller de Cerdeña, san Saturnino, Mártir, que en la persecución de Diocleciano, de orden del Presidente Bárbaro, fue decapitado.
  • En Apamea de Frigia, san Máximo, Mártir, en tiempo del mismo Diocleciano.
  • En León de España, los santos Mártires Claudio, Lupercio y Victorio, hijos de san Marcelo Centurión, los cuales, en la persecución de Diocleciano y Maximiano, por orden del Presidente Diogeniano, fueron degollados.
  • En París, san Lucano, Mártir.
  • En Alejandría, santa Eutropia, Mártir, que visitando a los Mártires, fue apresada y, con ellos cruelísimamente atormentada, entregó su espíritu.
  • En Antioquía, san Serapión, Obispo, muy esclarecido por su doctrina.
  • En Capua, san Germán, Obispo y Confesor, varón de gran santidad, cuya alma, al salir del cuerpo, vio san Benito ser llevada por Ángeles al cielo.
  • En Potenza de Lucania, san Gerardo, Obispo.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.


SAN MARCELO
Mártir


San Marcelo, centurión del ejército romano, que como sus compañeros celebraba mediante sacrificios paganos el aniversario del emperador, exclamó arrojando sus insignias militares: “Yo sirvo a Jesucristo, el Rey eterno. Si es necesario, para ser soldado, sacrificar a los dioses y a los emperadores, me niego a servir”. Fue condenado a muerte y decapitado el 30 de octubre del año 298, en Tánger.



MEDITACIÓN
ES PRECISO TRABAJAR PARA GANAR EL CIELO


I. No nos lisonjeemos de ganar el cielo sin que ello nos cueste mucho trabajo. El reino de los cielos sufre violencia; únicamente los animosos pueden conquistarlo. Esta vida no es lugar de descanso; es campo de batalla. Jesucristo nos ha señalado el camino del cielo con las huellas de su sangre; los santos lo han regado con sus sudores, sus lágrimas y su propia sangre. ¡Qué cobardes que somos! ¿Quisiéramos tener sin trabajo lo que tanto ha costado a nuestros antepasados en la fe?

II. Todo lo que hacemos, todo lo que sufrimos es poco, si lo comparamos con lo que Dios pide, con lo que vale el cielo y con lo que Jesucristo ha hecho para abrirnos su puerta. Sufro yo un momento para librarme de una eternidad de dolores, para gozar una gloria infinita y eterna. Vuestros sufrimientos duran sólo un momento; la gloria que esperáis es eterna (San Pedro Damián).

III. El mundo exige de sus partidarios servicios mucho más penosos de los que pide Jesucristo a sus servidores. Mira lo que hace un soldado para alcanzar gloria, un comerciante para enriquecerse, un cortesano para agradar a su príncipe. ¿Qué no haces tú mismo para contentar tu vanidad o tus placeres? ¿Cuándo, pues, trabajarás tanto por Dios cuanto trabajaste para el mundo? ¿Cuándo harás por tu alma tanto cuanto hiciste por tu cuerpo?


El cuidado de la salvación.
Orad por los que están en pecado mortal.


ORACIÓN
Haced, os lo rogamos, oh Dios omnipotente, que la intercesión de vuestro mártir San Marcelo, cuyo nacimiento al cielo celebramos, nos fortifique en el amor de vuestro santo Nombre. Por J. C. N. S.



Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo IV, Patron Saints Index.










Sea todo a la mayor gloria de Dios.

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