domingo, 28 de enero de 2018

Martirologio Romano 28 de enero


SAN PEDRO NOLASCO,
Confesor

n. hacia el año 1182 en Languedoc, Francia;
† 25 de diciembre de 1258

SAN PEDRO NOLASCO, Confesor

Nadie tiene amor mayor
que el que da su vida por sus amigos.
(Juan 15, 13)


  • San Pedro Nolasco, Confesor y Fundador de la Orden de santa María de la Merced, redención de cautivos; el cual durmió en el Señor el 25 de Diciembre.
  • En Roma, la segunda fiesta de santa Inés, Virgen y Mártir.
  • En Alejandría, el tránsito de san Cirilo, Obispo de la misma ciudad, Confesor y Doctor de la Iglesia, el cual, preclarísimo defensor de la fe católica e ilustre en santidad y doctrina, descansó en paz. Su fiesta se celebra el 9 de Febrero.
  • En Roma, san Flaviano, Mártir, que. padeció en tiempo de Diocleciano.
  • En Alejandría, el suplicio de muchísimos santos Mártires, los cuales, celebrando tal día como hoy en la Iglesia los sagrados misterios, fueron muertos con varias clases de suplicios por la facción de Siriano, Caudillo Arriano.
  • En Apolonia, los santos Mártires Leucio, Tirso y Calinico, atormentados de muchas maneras en el imperio de Decio; el primero y el último de ellos consumaron el martirio, siendo degollados; Tirso, llamado por una voz celestial, entregó su alma a Dios.
  • En la Tebaida, los santos Mártires Leónides y sus Compañeros; los cuales, en tiempo de Diocleciano, consiguieron la palma del martirio.
  • En Zaragoza de España, san Valerio, Obispo.
  • En Cuenca de España, el nacimiento para el cielo de san Julián, Obispo, el cual, distribuyendo a los pobres los bienes de la Iglesia y buscando para sí el sustento con el trabajo de sus manos, a imitación de los Apóstoles, esclarecido en milagros, descansó en paz.
  • En un monasterio de Riomé, en Francia, la dichosa muerte de san Juan, Presbítero, varón consagrado a Dios.
  • En Palestina, Santiago el Ermitaño, que, después de haber caído en pecado, vivió mucho tiempo escondido en un sepulcro, haciendo penitencia, y, esclarecido en milagros, pasó al Señor.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

R. Deo Gratias.


SAN PEDRO NOLASCO,
Confesor

San Pedro Nolasco fue toda su vida un modelo de caridad. Consagró su fortuna entera al rescate de los cristianos que caían en manos de los infieles. La Santísima Virgen se le apareció y le ordenó fundara una orden cuya principal finalidad sería la de ejercer la caridad para con los pobres cautivos. Emprendió el santo la obra y a la nueva orden llamola de la Merced. Murió el día de Navidad del año 1256.

MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA DE SAN PEDRO NOLASCO

I. El primer efecto de la caridad de nuestro santo fue consagrar todos los bienes al alivio de los desventurados; por ahí debes comenzar a imitarlo. ¿Qué has hecho hasta ahora para aliviar a tu prójimo en sus necesidades? ¿Qué puedes hacer? Por lo menos ruega a Dios por él, si no puedes hacer más. Sufre con paciencia las imperfecciones de los demás.

II. El segundo efecto de su caridad fue obligarse, con voto, a sacrificar su libertad, si era necesario, para el rescate de los cautivos. ¿Cómo comprometerías tu libertad por el prójimo, tú, que le rehusas una moneda? Sin embargo, por ti ha pagado Jesús y quiere que le pagues lo que le debes, en la persona del prójimo. Visita a los encarcelados, consuela a los afligidos y cuídate de no afligir a nadie con tus palabras o tu mal humor. Esa persona a quien menosprecias es más cara a Jesús que el mundo entero.

III. El propósito principal de este ilustre fundador fue arrancar de la perdición eterna las almas de los cristianos a quienes el tedio de una prolongada cautividad invita a renegar de la fe; así quería, al mismo tiempo, salvar el cuerpo y el alma de esos desventurados. La mejor caridad que puedes hacer a tu prójimo es contribuir a la salvación de su alma; no pierdas ocasión alguna de hacerlo, todas son preciosas.

La caridad para con el prójimo.
Orad por los pobres cautivos.


ORACIÓN
Oh Dios, que enseñasteis a San Pedro Nolasco a imitar vuestra caridad, inspirándole fundara en vuestra Iglesia una nueva familia para el rescate de los cautivos, concedednos por su intercesión que, libres de la servidumbre del pecado, gocemos en el cielo de libertad perpetua. 
Por J. C. N. S.





Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.



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