SANTOS CLETO 1
Y MARCELINO 2,
Papas y Mártires
1: † hacia el año 89
2: † hacia el año 304 en Roma, Italia
Haced, pues, penitencia y convertíos,
a fin de que se borren vuestros pecados.
(Hechos de los Apóstoles 3,19)
- En Roma, conmemoración de san Cleto (Anacleto), papa, que fue el segundo que rigió la Iglesia Romana después de san Pedro.
- En el lugar de Gabio, en el miliario treinta de la vía Prenestina, san Primitivo, mártir.
- En roma, san Marcelino, papa y mártir.
- En Amasea, del Ponto, san Basileo, obispo y mártir, en tiempo del emperador Licinio.
- En el eremo del bosque de Crézy, en la región de Amiens, en Neustria, san Ricario, presbítero, que, conmovido por la predicación de unos monjes escoceses, se convirtió a una vida de penitencia.
- En el monasterio de Corbie, en Neustria (hoy Francia), san Pascasio Radberto, abad, que expuso de modo claro y lúcido la verdad sobre el Cuerpo y la Sangre del Señor en el misterio de la Eucaristía.
- En Foggia, en la Apulia, santos Guillermo y Peregrino, eremitas.
- En el monasterio de la Transfiguración, en la ciudad de Moscú, en Rusia, sepultura de san Esteban, obispo de Perm, que evangelizó a los nativos zyrjani, inventó un alfabeto para su lengua en la que celebrar la liturgia, destruyó ídolos, erigió iglesias y confirmó las verdades de la fe entre aquellas gentes.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.
SANTOS CLETO Y MARCELINO,
Papas y Mártires
San Cleto, discípulo de San Pedro, murió mártir después de un pontificado de doce años. Fue el primer Papa que utilizó en sus cartas la fórmula: Salud y bendición apostólica.
San Marcelino, sucesor de San Cayo, gobernó a la Iglesia con tanto celo como sabiduría. “Junto con otros tres cristianos, Claudio, Cirino y Antonino, fue decapitado”, por confesar la fe de Cristo, después de haber sufrido calumnias e innúmeras angustias, bajo la persecución de Diocleciano.
MEDITACIÓN
SOBRE LA DESCONFIANZA EN UNO MISMO
I. Nada hay más frágil que el hombre; abandonado a su debilidad, es capaz de cometer los mayores crímenes. San Pedro prometió al Salvador que habría de morir antes que abandonarlo y, por unas palabras de una sirvienta, por tres veces renegó de su divino Maestro. ¿Qué más apto para hacernos temblar y para inspirarnos una saludable desconfianza en nosotros mismos? ¿Si han caído las columnas de la Iglesia, qué no nos sucederá a nosotros, que somos débiles como cañas? Señor, he caído por mi propia flaqueza; sólo por vuestra bondad me he levantado (San Agustín).
II. Si has caído en alguna falta, aunque fuese el más horrible de todos los crímenes, no te desanimes por ello; la bondad de Dios sobrepuja infinitamente a tu malicia. Vuelve a tu Padre; Él te espera, te llama y está preparado para recibirte; antes te cansarías de ofenderle que Él de perdonarte.
III. ¿Quieres corregirte de tus faltas? Prevé y huye de las ocasiones en las cuales has sucumbido; si no lo haces, las mismas causas producirán los mismos efectos. Examina tu vida y verás que las ocasiones y las compañías peligrosas son las que, todos los días, te hacen recaer en los mismos pecados. Un piloto no se acerca sino temblando al escollo donde antes naufragó; un convaleciente no se atreve siquiera a tocar el fruto que lo enfermó; solamente el pecador busca las ocasiones en las que se perdió. ¿Qué necesidad hay de ir a tal parte, donde cada día es preciso vencer o perecer? (San Jerónimo).
La desconfianza en uno mismo.
Orad por las intenciones del Papado.
ORACIÓN
Pastor eterno, considerad con benevolencia a vuestro rebaño y guardadlo con protección constante por vuestros bienaventurados mártires y soberanos pontífices Cleto y Marcelino, a quienes constituisteis pastores de toda la Iglesia. Por J. C. N. S.
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.
Visto en Tradición Católica
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