domingo, 17 de junio de 2018

R.P. Leonardo Castellani: Sermón La Primera Pesca Milagrosa






En aquel tiempo: Aconteció que estaba Jesús a la orilla del lago de Genesaret y se agolpaban las gentes al rededor de Él, para oír la palabra de Dios. En esto, vio dos barcas que estaban a la orilla del lago: y los pescadores habían saltado a tierra, y lavaban sus redes. Y entrando en una de estas barcas, que era de Simón, rogó que la apartase un poco de la tierra. Y estando sentado, enseñaba al pueblo desde la barquilla. Y luego que acabó de hablar, dijo a Simón: “Boga mar adentro, y soltad vuestras redes para pescar”. Y respondiendo Simón, le dijo: “Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, sin haber pescado nada; mas en tu palabra soltaré la red”. Y cuando esto hubieron hecho, recogieron un tan crecido número de peces, que se rompía su red. E hicieron señas a sus compañeros, que estaban en el otro barco, para que viniesen a ayudarlos. Y vinieron, y de tal modo llenaron los barcos, que casi se sumergían. Y cuando esto vio Simón Pedro, se arrojó a los pies de Jesús diciendo: “Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador”. Porque él y todos los que con él estaban quedaron atónitos de la presa de los peces que habían hecho. Y asimismo, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Y dijo Jesús a Simón: “No temas; desde aquí en adelante serás pescador de los hombres”. Y llevadas las barcas a tierra, lo dejaron todo, y le siguieron."  
(Lucas V, 1-11)


"Domingueras Prédicas I"
R.P. Leonardo Castellani


Dominica cuarta después de Pentecostés 

La Primera Pesca Milagrosa

Cuatro milagros hizo Cristo en el Lago Genezareth o Mar de Galilea: dos veces una Pesca Milagrosa, una dentro de la lancha de Pedro (que acabamos de oír), otra, desde la ribera; y dos veces calmó la tempestad, una vez estando durmiendo en la lancha, y la otra viniendo a ella por encima de las olas.

Hoy quisiera hablar de la tempestad en la Argentina y la Pesca Milagrosa en la Argentina. Que estos milagros son Parábolas en acción que simbolizan la Iglesia (que Cristo comienza a fundar en este primer milagro ... "no temas, Pedro, desde hoy serás pescador de hombres") ya lo he explicado; y no tiene por lo demás mucho alcance práctico.

Pero la tempestad en la Argentina y la imposible Pesca son cosas que a todos preocupan estos días. Un amigo me telefoneó que "para el Viernes se venía el golpe"; y el Viernes noche me telefoneó de nuevo que "el golpe se había suspendido por causa del frío", y mi amigo Hans Oliver dice que si Illia no termina su período será una desgracia; pero si termina su período es una ignominia". ¿Hay tormenta o no hay tormenta? Por lo menos soplan malos vientos y puede venir un ciclón: el cual ya ha empezado en Tucumán, donde los comunistas ganan batalla tras batalla.

Yo diré hoy que en nuestro país hay tormenta y solamente Cristo la puede aplacar; por medio de una Pesca Milagrosa; y lo probaré si puedo; y si no puedo porque estoy equivocado, tanto mejor.

La tormenta consiste en lo siguiente:

1°- sufrimos una grave crisis económica, desde hace unos 30 años; interrumpida en dos ocasiones por una aparente prosperidad.

2°- la crisis se ha puesto gravísima actualmente y encima ha revestido la apariencia de insoluble, irremediable, indefinida, perpetua.

3°- siendo la Argentina país de recursos naturales inmensos, la tal crisis es un milagro al revés; al revés del milagro alemán y el milagro italiano: ellos perdieron la Gran guerra y ahora están recobrados; nosotros ganamos la guerra y ahora estamos derrotados. Recuerden que la Argentina declaró la guerra a Alemania cuando se estaba por acabar (ya estaba acabada) y nos apoderamos valientemente de los bienes del enemigo; y solamente matamos un japonés, al cual los médicos de Cosquín hicieron una operación equivocada y se murió; y uno dellos dijo: "Bueno, total estamos en guerra con el Japón".

Dejo aparte otras tormentas más graves y me fijo únicamente en la tormenta económico-financiera, que nos ha arrastrado al endeudamiento enorme con el extranjero, a la penuria e incluso al hambre.

Esta crisis no nació de la nada: proviene de una cantidad de errores de conducción que se remontan hasta el 25 de Mayo de 1810; o por lo menos al famoso empréstito Baring Brothers (verdadera estafa a la Argentina contraída por Rivadavia). 

Errores enormes, incluso de grandes gobernantes o reputados tales como Sáenz Peña e Yrigoyen. Y si digo "errores" para salvar amablemente la buena fe de los errados, cualquier malicioso me dirá que fueron la mayoría agachadas, sobornos, entregas, canalladas y traiciones. Pero antes que él empiece a sacarme ejemplos, paso rápido a otra cosa.

En el decurso desta historia de vergüenzas, hubo argentinos inteligentes y enteros que percibieron esos errores y sus causas (al menos parcialmente), los denunciaron, los combatieron y fracasaron. Recuerdo ahora al cordobés Fragueiro, a Bianco, a Tisone, a Lisandro de la Torre, al General Mosconi, a Indalecio Gómez.

Esas vergüenzas llegan hasta el escándalo de ayer, el de hoy no lo sé todavía; porque ahora hay uno cada día: empréstito Baring Brothers, entrega a los ingleses del Ferrocarril Oeste regalado, más que regalado porque les dieron dinero encima, una legua de campo a ambos lados de las vías; después la entrega idem idem de otras 5 ferrovías nacionales hechas con capitales argentinos y que no daban déficit; después la ley Mitre (Emilio Mitre, no Bartola) que confirmaba el privilegio del inglés sobre el hijo del país; después otras leyes para facilitar la explotación del productor nacional y las enormes ganancias de las compañías extranjeras; después el monopolio de la compra de carnes dada a Inglaterra -saltemos, saltemos, es muy largo el decreto sobre la congelación de las esterlinas que nos debía Inglaterra, en virtud del cual en vez de cobrarle intereses, le pagábamos intereses, el tratado Roca-Runciman -saltemos, saltemos- el enorme soborno y estupro de la CADE, investigado y no castigado; el de la Corporación de Transportes, ni siquiera investigado -saltemos- el Palomar, el Puerto de Rosario, la Forestal, el Petróleo, el Banco Nación, Cacho Otero y Armando, contrabandistas millonarios -saltemos; es decir, debería haber saltado el patriotismo y el coraje del país y lo único que saltó por los aires fue la riqueza del país, de la cual las dos terceras partes se fue al extranjero.

Cito de memoria. Don Julio Irazusta ha analizado y reseñado todo esto en un eximio libro Balance de Siglo y Medio "con poca esperanza pero sin desaliento", dice; que pueden leer, se lee fácil, si no quieren creerme.

Sin desaliento. El libro se ocupa solamente de la economía y sus "errores" sin embarullarse con las causas más profundas, y hace bien; pero al final suelta la gran palabra: la Moral: ha habido y sigue habiendo una falla fatal en la moral pública -y privada. Irazusta observa que para el remedio que todos deseamos más bien que la inteligencia se necesita la honradez, la "voluntad del bien", como dice él. No se necesita el Sabio (aunque los sabios nunca están de más, y él es un sabio) sino el Héroe; pero no un héroe solo, porque ése sería fatalmente acogotado; sino respaldado por un equipo de hombres con "la voluntad del bien"; y éstos a su vez respaldados por la opinión pública, que sea bien informada y no míseramente engañada como ahora; en lo cual-dice Irazusta-los órganos de información tienen una responsabilidad enorme.

Ahora bien, esto solamente puede dárnoslo Cristo -y así ato mi lazo. Alguien ha dicho: "Los sermones del P. Castellani no son semones sino sinfonías". Me importa un ardite con tal que sean sinfonías religiosas, como "El Mesías" de Han del, y no sinfonías políticas, como los discursos de Balbín. Solamente Cristo puede calmarnos la tormenta; porque la moral en los países católicos depende de la religión y se demedra y pudre sin ella; y esto lo da a entender también Irazusta muy discretamente. O sea, que la tormenta se irá calmando, con militares o sin militares, si Cristo concede una Pesca Milagrosa de hombres de bien a las redes de Pedro, pescador de hombres.

Algunos dicen: -Bien, ¿qué quiere Ud.? Yo no puedo volver moral al mundo todo" -o al país todo. -Verdad; pero para empezar puedes tú volverte moral -Ya soy moral -Puedes volverte más moral-¿Y después? Soy uno solo, "porque uno y solito soy yo", dice el Profeta David. -Después puedes volver morales a todos los de tu alrededor. -¿Y cómo hago eso? -Pidiéndoselo a Cristo, pidiéndole instantemente ese milagro milagrísimo. Al fin eso es lo que dice la Virgen en las apariciones de Garabandal, Fátima, Lourdes, La Saletta; dice: "Dios no puede aguantar más, os va a castigar". Después dice: "Orad, rezad el Rosario, visitad al Santísimo por la conversión del mundo". -Que parecen medios pequeñísimos comparados con la conversión del mundo. "Y haced penitencia"; y en Garabandal la Virgen dijo que esa penitencia no es azotarse o revolcarse en la nieve como San Francisco, sino "cumplir bien los deberes del propio estado". Modestos y callados cumplir bien todos nuestros pequeños deberes: eso es penitencia.

Un amigo mío que es pobre y modesto, y por cierto es judío, moralizó o morigeró hace poco a un General de la Nación, que lo mandó invitar a almorzar con él: "Yo no almuerzo con un hombre que ha hecho un pacto con los comunistas" -le hizo decir.

Como colofón de todo esto, cada vez que cantemos el himno nacional, acordémonos de la corrección que le hizo mi tío el cura, -el canónigo Don Claudio del Rey

Sean eternos los laureles
Que DEBEMOS conseguir,
Coronados de gloria muramos
Y juremos con gloria vivir.





Sea todo a la mayor gloria de Dios.


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