miércoles, 25 de julio de 2018

Martirologio Romano 25 de julio


SANTIAGO EL MAYOR,
Apóstol y Mártir

† hacia el año 44 en Jerusalén

Patrono de quienes sufren artritis y reumatismo; peregrinos; farmacéuticos; herreros; jinetes; caballeros; peleteros; obreros; soldados; veterinarios; Santiago de Chile; Compostela, España.

La paz os dejo, mi paz os doy:
no os la doy Yo como la da el mundo.
No se turbe vuestro corazón, ni tema.
(Filipenses 2, 21)



  • Solemnidad del apóstol Santiago, hijo del Zebedeo y hermano de san Juan Evangelista, que con Pedro y Juan fue testigo de la transfiguración y de la agonía del Señor. Decapitado poco antes de la fiesta de Pascua por Herodes Agripa, fue el primero de los apóstoles que recibió la corona del martirio.
  • En Licia, san Cristóbal, mártir. 
  • En Cesarea en Palestina, santos ValentinaTea y Pablo, mártires en la persecución del emperdor Maximiano, bajo el gobernador Firmiliano. 
  • En Nicomedia, de Bitinia, tránsito de santa Olimpíada, que, habiendo enviudado siendo aún joven, pasó el resto de su vida en Constantinopla entre las mujeres consagradas a Dios, sirviendo a los pobres, y permaneció siempre fiel a san Juan Crisóstomo, a quien acompañó cuando el santo fue desterrado.
  • En Tréveris, ciudad de Renania, en Austrasia, san Magnerico, obispo, discípulo de san Nicecio, a quien acompañó fielmente cuando éste fue desterrado y al que emuló, al sucederle en el episcopado, en el celo por la salvación de los almas.
  • En Angers, ciudad de Francia, beato Juan Soreth, presbítero de la Orden de los Carmelitas, en la que introdujo una observancia más estrecha y la amplió con conventos para monjas.
  • En Camerino, del Piceno, en Italia, beato Pedro de Mogliano Corradini, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que brilló por su evangélica predicación, el ejemplo de sus virtudes y la fama de sus milagros.
  • En Salsette en India, beatos mártires Rodolfo Acquaviva, Alfonso Pacheco, Pedro Berno, Antonio Francisco, sacerdotes y Francisco Aranha, religioso, de la Compañía de Jesús, ejecutados por los infieles por haber exaltado la cruz. 


Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.



SANTIAGO EL MAYOR, 
Apóstol y Mártir

Santiago el Mayor, hijo de Zebedeo y hermano de San Juan, predicó el Evangelio en Jerusalén inmediatamente después de la ascensión de Jesucristo. Llevó después la antorcha de la fe a España; mas, no correspondiendo el éxito a sus esperanzas, volvió a Jerusalén donde, entre otras personas, convirtió al mago Hermógenes. Irritados los judíos, excitaron contra él a Herodes Agripa, y éste para complacerlos, hizo decapitar al santo Apóstol. Su cuerpo, enterrado en Jerusalén, fue después transportado a España; descansa en la catedral de Santiago de Compostela, en Galicia, y todos los años atrae a un número prodigioso de peregrinos.


MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA DE SANTIAGO APÓSTOL

I. Santiago dejó su barca, sus redes, su padre y todo lo que poseía, al primer llamado del Salvador. Jesús te llama a ti desde hace muchos años a una vida más santa, y todavía estás en medio de los estorbos del mundo. Tus inclinaciones, tus riquezas, tus empresas, son otras tantas redes que te impiden ir a Dios. Rompe tus ataduras; esas ocupaciones que te divierten y cautivan son indignas de un corazón hecho para amar a Dios.

II. Este santo Apóstol no vio siempre el éxito responder a sus esperanzas; pero sus decepciones no lo abatían, porque regulaba su conducta según la de Dios. Haz todo lo que esté en tu poder para cumplir dignamente la tarea que Dios te ha confiado. Si el éxito corona tus trabajos, bendice al Señor por ello y a Él refiere toda la gloria que provenga. Si no obtienes lo que esperas, no te quejes, es cosa de Dios proporcionar el éxito que a Él le plazca. Acaso te perdería la vanidad si llevases a buen fin todas tus empresas.

III. Santiago volvió a Jerusalén, su patria; y sus conciudadanos, como recompensa a sus trabajos, le dieron muerte. Prepárate a recibir el mal por el bien que haces a tu prójimo. Los sufrimientos y las aflicciones nunca faltarán a los que buscan a Dios; es una señal infalible de que Dios quiere recompensarlos en el otro mundo. No puede faltar la gloria a los justos que soportan el sufrimiento y las tribulaciones; espérales la corona eterna.


El celo por las almas.
Orad por los peregrinos.


ORACIÓN
Señor, santificad y proteged a vuestro pueblo, a fin de que ayudado por la asistencia de vuestro Apóstol Santiago, os sea agradable por su conducta y os sirva en perfecta tranquilidad de espíritu. Por J. C. N. S.



Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo III; Patron Saints Index.







Sea todo a la mayor gloria de Dios.

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