miércoles, 8 de agosto de 2018

Martirologio Romano 8 de agosto



SAN CIRÍACO1,

LARGO, ESMERAGDO

y compañeros

Mártires

† decapitados hacia el año 304 en Roma

1. Se lo invoca contra las posesiones diabólicas y las tentaciones (en especial en el momento de la muerte).


¡Muy bien, siervo bueno y fiel!,
porque fuiste fiel en lo poco,
te constituiré en lo mucho.
(Mateo 25, 23)

  • Los santos Mártires Ciríaco, Diácono, Largo y Esmaragdo, los cuales, con otros veinte Compañeros, fueron martirizados el 16 de Marzo. Sus cuerpos, sepultados por el Presbítero Juan en la vía Salaria, fueron por san Marcelo Papa trasladados, tal día como hoy, a una heredad de Lucina, en la vía Ostiense, y más tarde llevados a Roma y sepultados en la Diaconía de santa María, en la vía Lata.
  • En Anazarbo de Cilicia, san Marino el Viejo, el cual, en tiempo del Emperador Diocleciano y del Presidente Lisias, fue cruelmente azotado, colgado de un madero y descarnado; y echado finalmente a las fieras, acabó la vida.
  • Igualmente los santos Mártires Eleuterio y Leónidas, que consumaron el martirio en el fuego.
  • En Persia, san Hormisdas, Mártir, en tiempo del Rey Sapor.
  • En Cícico del Helesponto, san Emiliano, Obispo, que, por el culto de las sagradas imágenes, padeció mucho de parte del Emperador León, y al fin acabó sus días en el destierro.
  • En Creta, san Mirón, Obispo, esclarecido en milagros.
  • En Viena de Francia, san Severo, Presbítero y Confesor, el cual desde la India emprendió una trabajosa peregrinación para predicar el Evangelio, y llegado a dicha ciudad, convirtió, por medio de su predicación y milagros, gran muchedumbre de paganos a la fe de Cristo.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

R. Deo Gratias.



SAN CIRIACO1,
LARGO, ESMERAGDO
y compañeros

Mártires

San Ciriaco era diácono de la Iglesia romana durante el pontificado de San Marcelo. Recibió la corona del martirio en Roma, en la persecución de Diocleciano, el 16 de marzo del año 304.

Largo, Esmeragdo y otros veinte cristianos padecieron juntos. Sus cuerpos fueron inhumados, primero cerca del lugar de su ejecución, sobre la vía Salaria, por el presbítero Juan. Poco después fueron trasladados junto a una granja perteneciente a la piadosa Lucina, en la vía Ostiense, el 8 de agosto.


MEDITACIÓN
SOBRE LO QUE SE DICE

I. Haz servir todas tus palabras a la gloria de Dios. Nunca hables de ti sin necesidad, ni para bien ni para mal. Hablar mal de sí es con mucha frecuencia falsa humildad: te censuras a fin de que los demás te alaben. Tampoco publiques tus virtudes; deja a Dios el cuidado de manifestarlas: lo hará cuando lo juzgue necesario para su gloria y para tu bien. Que los otros te alaben, pero tú no hagas tu propio elogio (Proverbios).

II. Nunca hables mal de tu prójimo, no vituperes ni condenes a nadie; habla favorablemente de todo el mundo. El malediciente condena las acciones aun más santas; el cristiano caritativo excusa las acciones que parecen malas, y habla bien de aquellos a quienes los otros condenan. ¿Por qué fijarte en lo que hay de vicioso en una persona? ¿Para desacreditarla? ¿Quisieras tú que se te tratase de manera tan baja?

III. Ten cuidado, sin embargo, de no caer en el defecto opuesto: no seas complaciente con el vicio, no alabes las malas acciones. Si careces de la autoridad suficiente como para reprenderlas sin ambages, condénalas con tu silencio. Evita la adulación y la baja complacencia. Ama la verdad y jamás te apartes de ella. Para seguir estos consejos, habla poco, pesa todas tus palabras. Piensa que tu lengua es la causa de la mayoría de tus pecados y que si no la gobiernas sabiamente –como dice el Apóstol Santiago– no tendrás piedad ni religión.


La circunspección en nuestras palabras.
Orad por la Iglesia.



ORACIÓN
Oh Dios, que todos los años nos proporcionáis un nuevo motivo de gozo con la fiesta de vuestros mártires Santos Ciriaco, Largo y Esmeragdo, haced, por vuestra bondad, que honrando su nacimiento al cielo, imitemos el valor de que dieron prueba en sus sufrimientos. Por J. C. N. S.




Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo III; Patron Saints Index.








Sea todo a la mayor gloria de Dios.

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