FIESTA DE TODOS LOS SANTOS
Por la fe conquistaron reinos, ejercitaron la justicia,
obtuvieron el efecto de las promesas.
(Hebreos 11, 33)
- La Festividad de todos los Santos, la cual el Papa Bonifacio IV, después de consagrado el 13 de Mayo el templo Panteón, dispuso se celebrase cada año solemne y generalmente en toda Roma, en honor de la beatísima Virgen María Madre de Dios, y de los santos Mártires. Después Gregorio IV, asimismo, mandó que la misma fiesta, que se celebraba ya, aunque de diverso modo, en diferentes Iglesias, se solemnizase perpetuamente este mismo día en la Iglesia universal a honra de todos los Santos.
- En Persia, los santos Mártires Juan, Obispo, y Diego, Presbítero, en tiempo del Rey Sapor.
- En Terracina de Campania, el triunfo de san Cesareo, Diácono, el cual, maltratado muchos días en la cárcel, y después metido con san Julián Presbítero en un saco, fue precipitado en el mar.
- En Dijon, san Benigno, Presbítero, que fue enviado por san Policarpo a las Galias a predicar el Evangelio, y en tiempo del Emperador Marco Aurelio, después de atormentado con muchos y gravísimos suplicios, por orden del Juez Terencio, le quebrantaron por fin la cerviz con una barra de hierro, y le atravesaron el cuerpo con una lanza.
- En Damasco, el suplicio de los santos Cesareo, Dacio y otros cinco.
- El mismo día, santa María, esclava, la cual, acusada de Cristiana, en tiempo del Emperador Adriano, atormentada con crueles azotes, extendida en el potro y desgarrada con uñas aceradas, consumó el martirio.
- En Tarso de Cilicia, las santas Cirenia y Juliana, Mártires imperando Maximiano.
- En Auvernia de Francia, san Austremonio, que fue el primer Obispo de aquella ciudad.
- En París, el tránsito de san Marcelo, Obispo.
- En Bayeux de Francia, san Vigor, Obispo, en tiempo de Childeberto, Rey de los Francos.
- En Anjou de Francia, el tránsito de san Licinio, Obispo, varón venerable por su santidad.
- En Tívoli, san Severino, Monje.
- En Lanchant, territorio de Gatinais, en Francia, san Maturino, Confesor.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.
FIESTA
DE TODOS LOS SANTOS
Al comienzo del siglo VII, el santo Papa Bonifacio IV fue autorizado, por el emperador Focas, a cambiar el Panteón, erigido en honor de los falsos dioses a quienes los paganos festejaban juntamente, en iglesia que dedicó a la Santísima Virgen y a todos los mártires. Esta ceremonia tuvo lugar el 13 de mayo y su aniversario llegó a ser fiesta fija anual, que el Papa Gregorio IV transfirió al 1 de noviembre y extendió a todo el imperio, el año 835, durante el reinado de Luis el Bueno, convirtiéndola en fiesta de todos los santos.
MEDITACIÓN
SOBRE LA FIESTA DE TODOS LOS SANTOS
I. La vida de los santos ha estado llena de miserias: han sido perseguidos y atormentados por los enemigos de Jesucristo; Dios les ha enviado aflicciones para probarlos y purificarlos; en fin, ellos mismos se rehusaron a los placeres más inocentes y ejercieron sobre sus cuerpos grandísimas austeridades. ¿Quieres ir tú a donde están ellos? He ahí el camino, sigue sus huellas; estos grandes hombres tenían un cuerpo como el tuyo, pero más valor que tú. No han sido de naturaleza superior a la nuestra, sino de mayor vigilancia; no estuvieron exentos de pecados, pero hicieron penitencia (San Ambrosio).
II. Los santos a pesar de sus pruebas, siempre han estado alegres y contentos en esta vida, porque los consuelos que Dios derramaba en sus almas les quitaban todo sentimiento de los dolores del cuerpo. Míralos en el patíbulo y en los yermos: aquí, derraman lágrimas de consuelo; allí, están llenos de gozo en medio de las torturas. Dios es tan generoso que no quiere esperar la otra vida para recompensarlos, hasta lo hace en este mundo.
III. Si fueron consolados en esta vida, que era el lugar de exilio, de sus combates y sufrimientos, ¡de qué gozo no serán colmados en el cielo, su patria y lugar de su triunfo! Allí poseen todos los bienes que su corazón puede desear, porque poseen a Dios; no son afligidos por incomodidad alguna. Escucha lo que te dicen: “Para llegar al cielo no pienses encontrar un camino más cómodo que el que recorrimos nosotros en pos de Jesucristo. No busques aquí abajo lo que ningún santo ha podido encontrar, lo que Cristo mismo no ha encontrado”.
La imitación de los santos.
Orad por la Iglesia.
ORACIÓN
Omnipotente y eterno Dios, que nos concedéis que honremos en una misma solemnidad los méritos de todos vuestros santos, haced que, asistidos por tan numerosos intercesores, obtengamos cada vez más, según nuestros deseos, la multitud de vuestras gracias.
Por J. C. N. S.
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo IV, Patron Saints Index.
Visto en Tradición Católica
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