domingo, 25 de noviembre de 2018

R.P. Leonardo Castellani: El Sermón Esjatológico





En aquel tiempo. Dijo Jesús a sus discípulos: Cuando veáis, pues, la abominación de la desolación, predicha por el profeta Daniel, instalada en el lugar santo —el que lee, entiéndalo—, entonces los que estén en Judea, huyan a las montañas; quien se encuentre en la terraza, no baje a recoger las cosas de la casa; quien se encuentre en el campo, no vuelva atrás para tomar su manto. ¡Ay de las que estén encintas y de las que críen en aquel tiempo! Rogad, pues, para que vuestra huida no acontezca en invierno ni en día de sábado. Porque habrá, entonces, grande tribulación, cual no la hubo desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá más". Y si aquellos días no fueran acortados, nadie se salvaría; mas por razón de los elegidos serán acortados esos días. Si entonces os dicen: "Ved, el Cristo está aquí o allá", no lo creáis. Porque surgirán falsos cristos y falsos profetas, y harán cosas estupendas y prodigios, hasta el punto de desviar, si fuera posible, aun a los elegidos. ¡Mirad que os lo he predicho! Por tanto, si os dicen: "Está en el desierto", no salgáis; "está en las bodegas", no lo creáis. Porque, así como el relámpago sale del Oriente y brilla hasta el Poniente, así será la Parusía del Hijo del Hombre. Allí donde esté el cuerpo, allí se juntarán las águilas". "Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días el sol se oscurecerá, y la luna no dará más su fulgor, los astros caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre, y entonces se lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gloria grande. Y enviará sus ángeles con trompeta de sonido grande, y juntarán a los elegidos de Él de los cuatro vientos, de una extremidad del cielo hasta la otra". "De la higuera aprended esta semejanza: cuando ya sus ramas se ponen tiernas, y sus hojas brotan, conocéis que está cerca el verano. Así también vosotros cuando veáis todo esto, sabed que está cerca, a las puertas. En verdad, os digo, que no pasará la generación ésta hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero las palabras mías no pasarán ciertamente". 

Mateo XXIV, 15-35



Domingueras Prédicas I
R.P. Leonardo Castellani


Domingo XXIV y último después de Pentecostés
Sermón Esjatológico (1966)

Estoy bastante harto de hablar de la Parusía, los últimos tiempos y el Apokalypsis; pero la Santa Madre Iglesia me planta dos homilías sobre eso, al fin y al recomienzo del año litúrgico. También los grandes pensadores católicos actuales -y "actuales" quiere decir el último siglo y medio más o menos.

La Iglesia lee hoy un largo trozo central del capítulo XXIV de San Mateo, llamado "el Sermón Esjatológico" y también "el Apokalypsis sucinto". San Mateo oyó con propios oídos esta Profecía de Cristo, no así los otros dos Sinópticos, Marcos y Lucas; que lo reproducen abreviado y un poco arreglado el orden en Lucas -que veremos el próximo Domingo, Dios mediante. La mitad del trozo que hemos oído se refiere a la ruina de Jerusalén directamente; in obliquo al fin del mundo; la otra mitad, al revés.

Este trozo comienza en el último "Signo" de la Parusía, el Sagrario desolado; o sea, la abominación de la desolación donde no debería estar. Los otros dos Signos son: el Evangelio predicado en el mundo entero, y una gran persecución a los fieles, también en todo el mundo. Pero antes destos Signos hay "Presignos", después de los cuales viene la cláusula repetida por los tres Sinópticos: "Éstos son los primeros dolores (de parto) pero todavía no es el fin". Son Presignos.

El fin no es un desastre inaudito y una destrucción total, com~ nosotros enseñamos: es un nacimiento, el nuevo nacimiento de Cristo y de su Iglesia. "Cuando veáis todos estos signos, alegraos porque vuestra salvación está cerca". Tiene sus dolores, vaya si no. Es un parto -si Cristo usó la comparación, podemos usarla nosotros.

Los Presignos son:

1°, habrá guerras y rumores de guerra y pseudoprofetas.

2°, habrá terremotos, inundaciones y pestilencias.

3°, se volverá difícil la convivencia humana. 

Deste último hablaré hoy; los otros dos son obvios; y por cierto no faltan hoy en día.

"Y porque pululará la injusticia, se anemiará la convivencia". Yo sé que la Vulgata traduce: "Y porque sobreabundará la iniquidad, se resfriará la caridad en muchos" -pero más exacta es la primera traducción. La Biblia inglesa "King's Version" traduce: "el amor (no la "caridad") se entibiará en muchos": la convivencia; o sea apego natural, es el primer significado del amor; y es ese el primer significado de "agapee" en gnego.

¿Cómo andamos de convivencia? Los rusos proponen "la convivencia" al mundo capitalista; el cual les hace oídos de mercader. Si la proponen es que no existe. Lo que existe es lo rontrario: "reinará el odio", dice Cristo.

Yo no sé, pero en mi vecindad no hay mucha buena vecindad; hay una buena vecindad más o menos como entre Yanquilandia y la Argentina; la convivencia anda enfriada, ¡qué digo! anda resfriada y con gripe; que justamente significa eso en francés, malhumor, hurañez, inquina. Si nos saludamos en el ascensor es mucho; hay agresiones de vez en cuando; y si no hay más es porque estamos todos amansados; nos guardamos la ira y la venganza adentro, no por virtuosos sino por blandengues, y se nos pudren adentro en resentimiento. Hay un sacerdote viviendo allí, han muerto ya como 100 personas, y ni a una sola se le ocurrió llamar a ese sacerdote -ni a ningún otro. Me parece que por todo anda más o menos igual. El amor al prójimo está ocupadísimo en sacar dinero al prójimo; al fin lo ayudamos a conseguir lo mejor. ¿No dijo Jesucristo que la pobreza es lo mejor?

Si van a una conferencia del economista Moyano Llerena acerca de los remedios de la inflación -es abundantísimo en remedios, lo curioso es que la inflación no se remedia- verán Uds. que acaba diciendo que para todo eso que dijo se necesita Solidaridá (o sea, convivencia) y no hay solidaridá. Días pasados a un auditorio de empresarios les dijo: fiLo que pasa es que los argentinos, todos nosotros, por medio de cuñas, acomodos o coimas, procuramos conseguir del Gobierno ventajitas para nosotros a expensas de los otros. Si buscáramos ventajas nuestras que también fueran ventajas colectivas, muy bien; pero buscamos en realidad privilegios; y el que viene detrás que arree. Esto los empresarios, dice Moyano Llerena. ¿Y los obreros, dígame? ¿No hacen igual por medio de sus huelgas y Sindicatos? ¡30% de aumento cada cuatro meses! Como dijo el gallego:

"En este mundu enemiju
De nadie hemos de fiar.
Cada cual mire por siju,
Y o por miju, tú por tiju
Y pare usté de contar".

La criminalidad aumenta. Uno me dijo: "Parecería que, estamos viviendo en medio de ladrones" -¿En medio? Más bien abajo de ladrones, pues los peores ladrones están arriba. Converse hace un tiempo con un gran Com1sano e a ata, el Dr. Shoo (Dr. porque es también Doctor en Filosofía) y me dijo más o menos: 

"En tiempo de Fresco había menos crímenes. Ahora el malevaje aumenta. Estamos en guerra abierta con los criminales, como si fuéramos dos ejércitos beligerantes con los mismos derechos: ellos matan policías y nosotros matamos malevos; e incluso ellos tienen ventaja, porque nosotros no podemos tirar primero. Esto es injusto: nosotros debíamos tener todas las ventajas y ellos las menos posibles. ¿Cómo se consigue eso? En Inglaterra lo conseguían: 1o, el que mataba a un vigilante iba a la horca a las 48 horas, como hay Dios; y 2o, a un ladrón que llevase armas, lo consideraban asesino y lo castigaban por "asesinato frustrado" aunque no las hubiera usado. Con esto los vigilantes andaban tan seguros que no llevaban revólver, sólo portaban un bastoncito. Ahora me dicen que eso se deteriora, que han suprimido la pena de muerte, y también la pena máxima por hacer un robo llevando armas. Peor para ellos, que se embromen; es señal que están en decadencia. Pero nosotros estamos peor.

-¿Y por qué en tiempo de Manuel Fresco había menos malevaje y menos crímenes?

Suspiró.

-Creo que porque arriba había buen ejemplo; arriba no robaban. Además Fresco (o sea su Jefe de Policía, Suárez Pinto) armó a la policía igual o mejor que los ladrones; los cuales andaban con las mejores armas producidas en Yanquilandia; y a todo policía inservible -no sólo a los que se dejaban sobornar, sino a todo el que se mostraba cobarde- lo despedía como por un tubo. Además Suárez Pinto nos decía que no tirásemos primero, pero tampoco después; que tirásemos al mismo tiempo, es decir, al ver que el malevo sacaba un revolver -o metía la mano en el bolsillo. En cambio ahora, la tentación de tirar primero, de dejarse sobornar, o de hacerse la gallina distraída con los maleantes peligrosos es grandísima".

Hasta aquí el Comisario Schoo. Esto también destruye la convivencia. Un asesinato es el ultraje máximo a la convivencia. ¿Pero no dice San Agustín que el ultraje máximo a la convivencia es la mentira? No piensa San Agustín en el homicidio sino en el robo, la estafa y las riñas: porque en la mentira estafamos al prójimo la verdad, que es más que el dinero, más valiosa y necesaria.

Días pasados estuve en la redacción de un diario, pensando en los mentirosos profesionales, que son casi todos los periodistas; yo soy mentiroso profesional jubilado. Se puede mentir por muchos móviles: por enfermedad (pseudólogos), por gusto, por un provecho propio, por defensa propia (las mujeres y los curas) y finalmente por profesión (periodistas). Mentimos sin culpa, porque tenemos que seguir la dirección del dueño del diario; no la dirección del Director sino del dueño. Y la mentira ataca la convivencia.

En suma, vemos que los economistas peritos en remediar la inflación, después de muchísimas vueltas, gambetas y vericuetos, al final van a terminar a un dominio que no es el dellos ¡la Moral! "Pero todo esto requiere la aquiescencia de todo el pueblo, la solidaridad. Todo esto requiere un gobierno fuerte y ejemplar arriba. Todo esto requiere, etc., etc.", decía el Jueves pasado Carlos Moyana Llerena, que sin duda es un gran economista y un cordobés avispadísimo, a los Industriales y Comerciantes Mayoristas de Artículos para el Hogar. En suma, se necesita Moral. ¿Y quiénes pueden crear moral, los economistas? Nones. Crear moral puede solamente Dios, y su Esposa en la tierra, la Iglesia. ¿Por tanto nosotros, que estamos en la Iglesia, estamos en regla? por supuesto, no son Uds. los que destruyen la convivencia: oír misa y escuchar un sermón son actos de convivencia. "Una conferencia es un acto de sociabilidad" -me dijo Vintila Oria. Según qué conferencia ... Si leen la lista de conferencias de cada día en el diario "La Nación" verán que la mitad son destructivas de la convivencia: conferencias de macaneo, de herejías, de fetichismo literario o artístico, de religiones falsas, o de degeneraciones, como la psicanálisis, el yoga, el fakirismo hindú, la pseudoastrología, la teosofía y el espiritismo. Quizás soy fanático; bueno, un tercio. Pero quiero decir que hay conferencias y conferencias: algunas son actos de convivencia; otras son actos de conmoriencia. 

Algo se puede hacer también fuera de la Iglesia, con la ayuda de Dios; sobre todo enseñando; -con el ejemplo y la palabra: enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, dar buen consejo al que lo ha menester -las tres principales obras de misericordia- más importantes que la limosna. Que Dios tenga misericordia de nosotros y de nuestro país; que nos devuelva almenas la convivencia o concordia social que aquí había -antes de que estuviesen arriba los ladrones.





Sea todo a la mayor gloria de Dios.



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