SAN GACIANO
Obispo
† hacia el año 337 en Tours, Francia
Si el grano de trigo, después de echado en la tierra, no muere,
queda infecundo, pero si muere, produce mucho fruto.
(Juan 12, 24)
- En Filipos de Macedonia, el triunfo de los santos Mártires Rufo y Zósimo, que fueron del número de aquellos discípulos que fundaron la primitiva Iglesia en Judea y Grecia, de cuyo dichoso combate escribe san Policarpo en su carta a los Filipenses.
- En Laodicea de Siria, el martirio de los santos Teótimo y Basiliano.
- En África, los santos Mártires Quinto, Simplicio y otros, que padecieron en la persecución de Decio y Valeriano.
- Allí mismo, san Moisetes, Mártir.
- También en África, los santos Mártires Victuro, Víctor, Victorino, Adyutor, Cuarto y otros treinta.
- En Mopsuestia de Cilicia, san Auxencio, Obispo, el cual, habiendo sido en otro tiempo soldado a las órdenes del Emperador Licinio, quiso más dejar el cinto militar que ofrecer uvas a Baco; y hecho Obispo y excelente en méritos, descansó en paz.
- En Tours de Francia, san Gaciano, Obispo, que fue ordenado por el Papa san Fabián primer Obispo de la misma ciudad, y esclarecido con muchos, milagros durmió en el Señor.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.
SAN GACIANO
Obispo
Según San Gregorio de Tours, San Gaciano fue enviado por el Papa Fabiano, desde Roma a Turena, para sembrar allí la palabra de Dios. Su vida angelical y sus milagros lo ayudaron a ello poderosamente; a la sola señal de la cruz, los demonios y las enfermedades le obedecían. No dejó Satanás de suscitar persecuciones contra él; entonces, congregaba el santo a su pequeño rebaño en subterráneos y celebraba en ellos los divinos misterios. Murió en el curso del siglo IV después de un largo apostolado.
MEDITACIÓN
NUESTRA ALMA ES SEMEJANTE A UN CAMPO
I. Hay que abrir las entrañas de la tierra para hacer entrar en ella el buen grano que la debe hacer fecunda. ¿Quieres tú producir frutos dignos del paraíso? Es preciso sufrir. El camino del cielo está totalmente erizado de espinas; las rosas se encontrarán en el paraíso. Valor, alma mía, no retrocedas ante ningún sacrificio. Los herederos del Crucificado no deben temer ni a los tormentos ni a la muerte (San Cipriano).
II. La tierra oculta en su seno la semilla que se le ha confiado; en ella muere, pero para resucitar muy pronto. Almas santas, ocultad los talentos y las gracias que Dios os ha concedido; de otro modo el demonio, esta ave de rapiña, pronto los habrá arrebatado. La vanidad os privará del fruto de vuestras buenas obras. Dios mío, estoy contento de ser desconocido de los hombres, siempre que Vos me guardéis un lugar en la gloria.
III. Las espinas y la cizaña crecen a menudo entre el buen grano, en medio de las flores. Así, los buenos están mezclados con los malos en este mundo, hasta el día del juicio en el que Dios separará a éstos de entre aquéllos. Sufre sus defectos, puesto que Dios los soporta, pero no los imites. ¿Serás tú reservado en el granero del Padre celestial, o bien serás arrojado al fuego con la cizaña? En tus manos está elegir ahora. Haz buenas obras, ellas serán la semilla de una gloria eterna. Nuestras obras no se desvanecen como pudiera creerse, sino que las obras temporales son como semilla de eternidad (San Bernardo).
La paciencia.
Orad por los que os persiguen.
ORACIÓN
Dios omnipotente, que esta augusta solemnidad de San Gaciano, vuestro confesor pontífice, aumente en nosotros el espíritu de piedad y el deseo de la salvación. Por J. C. N. S.
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo IV, Patron Saints Index.
Visto en Tradición Católica
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