sábado, 23 de marzo de 2019

Martirologio Romano 23 de marzo


SAN VICTORIANO,
Mártir

† martirizado hacia el año 484


En el mundo tendréis grandes tribulaciones,
pero tened confianza: Yo he vencido al mundo.
(Juan 16, 33)

  • En África, los santos Mártires Victoriano, Procónsul de Cartago,y dos hermanos, naturales de Aguas-regias; asimismo, dos mercaderes llamados Frumencio. Todos ellos, según refiere san Víctor, Obispo Africano, en la persecución Vandálica, y reinando Hunerico Arriano, por su constancia en confesar la fe católica, atormentados con cruelísimos suplicios, fueron egregiamente coronados.
  • En África también, san Fidel, Mártir.
  • Allí mismo, san Félix y otros veinte Mártires.
  • En Cesarea de Palestina, los santos Mártires Nicón y otros noventa y nueve.
  • También las coronas de los santos Mártires Domicio, Pelagia, Áquila, Eparquio y Teodosia.
  • En Lima del Perú, santo Toribio, Obispo, por cuyo celo se difundió por América la fe y la disciplina eclesiástica.
  • En Antioquía, san Teodulo, Presbítero.
  • En Barcelona de España, san José Oriol, Presbítero, Beneficiado de la Iglesia de santa María de los Reyes; ilustre en todas las virtudes, y especialmente en la penitencia corporal, en el amor a la pobreza y en la caridad con los pobres y enfermos; el cual, esclarecido en vida y después de muerto, por la gloria de los milagros, fue puesto en el número de los santos por el Papa Pío X.
  • En Cesarea, san Julián, Confesor.
  • En Campania, san Benito, Monje, que, encerrado por los Godos en un horno encendido, al día siguiente fue hallado ileso.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

R. Deo Gratias.


SAN VICTORIANO,
Mártir

Hunerico, rey de los vándalos, queriendo ganar para la causa arriana a Victoriano, procónsul de Cartago, le mandó decir que si consentía en abandonar el cristianismo, lo colmaría de honores. Victoriano respondió a los emisarios: “Id a decir al rey que yo pongo mi confianza en Jesucristo y que los suplicios no me espantan. Nunca consentiré en abandonar la Iglesia católica, en la que he sido formado, y aun cuando no hubiese sino la vida presente, no quiero pagar con ingratitud a Dios que me ha colmado de beneficios”. Furioso Hunerico con esta respuesta, lo hizo morir en medio de los más crueles tormentos, corriendo el año 484.

MEDITACIÓN
EN QUIÉN DEBEMOS PONER NUESTRA CONFIANZA

I. No pongas tu confianza en los hombres, porque muy frecuentemente o no pueden o no quieren ayudar a los que penan. Tus amigos son inconstantes y no piensan sino en sus intereses; en el mejor de los casos no te pueden hacer bien sino en esta vida; no pueden darte el paraíso. A pesar de ello, ¿cuánto tiempo pierdes en procurarte amigos en la tierra? Ten cuidado. Procúrate la amistad de Dios. Pon tu confianza en Él y no te quejes si el mundo te abandona, pues Dios está presente cuando el mundo está alejado (San Pedro Crisólogo).

II. No confíes en ti, piensa por lo contrario que eres el más débil de los hombres. Sin el auxilio de Dios, sólo puedes ofenderlo; ten cuidado Él te negará ese socorro si pones tu confianza en tus propias fuerzas. ¿No experimentaste ya bastante tu debilidad? Que conozca yo mi fragilidad, a fin de desconfiar de mí; mas, que también conozca tu bondad, oh Dios mío, a fin de no dejarme llevar de la desesperación.

III. Ten confianza en Dios, Él quiere salvarte; nada te negará, puesto que te dio a Jesucristo, su Hijo unigénito. Ten confianza en Jesucristo, que tanto ha hecho y tanto ha sufrido por tu salvación; ¿crees que te abandona? Pídele, por los méritos de su Pasión, las gracias que necesitas. ¿Qué confianza tienes en Jesucristo? ¿Qué le pides? Muchos hombres piden a Dios tesoros y bienes de la tierra; en cuanto a ti, no pidas a Dios sino Dios mismo (San Agustín).

La paciencia.
Orad por los que os gobiernan.


ORACIÓN
Dios omnipotente, haced, os lo suplicamos, que la intercesión del bienaventurado Victoriano vuestro mártir, cuyo nacimiento al cielo celebramos, nos fortifique en el amor de vuestro Santo Nombre.
Por J. C. N. S.




Fuentes: 
Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.








Sea todo a la mayor gloria de Dios.

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