SAN ISIDORO DE SEVILLA,
Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia
y Doctor de la Iglesia
n. hacia el año 560 en Cartagena, España;
† 4 de abril de 636 en Sevilla, España
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Ya la segur está aplicada a la raíz de los árboles,
y todo árbol que no produce buen fruto
será cortado y echado al fuego.
(Mateo 3, 10)
- En Tesalónica, de Macedonia, santos mártires Agatópodo, diácono, y Teodulo, lector, que, a causa de su confesión de la fe cristiana, en tiempo del emperador Maximiano, y por mandato del prefecto Faustino, fueron arrojados al mar con una piedra atada al cuello.
- En Milán, deposición de san Ambrosio, obispo, que, en el día del Sábado Santo marchó al encuentro de Cristo vencedor de la muerte. Su memoria se celebra el 7 de Diciembre en el día de su ordenación.
- En Sevilla, en la Hispania Bética, san Isidoro, obispo y doctor de la Iglesia, cuya memoria se celebra en España el día veintiséis de este mismo mes.
- En Constantinopla, san Platón, hegúmeno, que durante muchos años luchó con ánimo invencible contra los destructores de las sagradas imágenes y, con su sobrino Teodoro, organizó el célebre monasterio de Studión.
- En Poitiers, en Aquitania, san Pedro, obispo, que favoreció los comienzos de la Orden de Fontevrault y, removido injustamente de la sede, falleció exiliado en Chauvigny.
- En Palermo, de Sicilia, en Italia, san Benito Massarari, denominado el “Negro” por el color de su piel, fue primero eremita, y entró después en la Orden de los Hermanos Menores, mostrándose humilde en todo y siempre lleno de fe en la divina Providencia.
- En Catania, Sicilia, beato José Benito Dusmet, obispo, de la Orden de San Benito, que fomentó vivamente el culto divino, la instrucción cristiana del pueblo y el celo en el clero, y en tiempo de pestilencia prestó auxilio a los enfermos.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.
SAN ISIDORO DE SEVILLA,
Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia
San Isidoro, sucesor de San Leandro, su hermano, en la sede arzobispal de Sevilla, fue el personaje más ilustre de la Iglesia de España y el alma y nervio de lo que se hizo en su tiempo para mantener la fe y las buenas costumbres. Sintiendo próximo su fin, se hizo conducir a la iglesia por dos obispos, uno de los cuales cubriolo con un cilicio, poniéndole el otro ceniza en la cabeza. Elevando, entonces, sus ojos al cielo, pidió perdón a Dios por sus pecados; y después de haber recibido el Santo Viático, se encomendó a la oración de los asistentes, perdonó a sus deudores lo que le debían e hizo distribuir entre los pobres el dinero que le quedaba. Murió el 4 abril del año 636, después de 37 años de laborioso episcopado, y fue enterrado en la catedral de Sevilla entre su hermano San Leandro y su hermana Santa Florentina.
MEDITACIÓN
SOBRE LA OCIOSIDAD
I. Huye de la ociosidad como de la madre de todos los vicios; mantente siempre ocupado en los deberes de tu profesión u oficio. Si no sabes en qué emplear tu tiempo, nunca te faltarán la oración y la lectura de los buenos libros. ¡El tiempo es muy precioso, la vida muy corta! ¡Ah! ¡qué no harían los condenados por tener un momento de este tiempo que tú pierdes, y con el cual podrías ganar una corona inmortal! ¡Día vendrá en que desearás tener todavía algunas horas para ocuparte de tu salvación y esas horas te serán negadas! Aprovecha el tiempo que tienes ahora.
II. ¿En qué pasas tu vida? ¿No es verdad que con frecuencia no haces nada? ¡Cuidado!, Dios te pedirá cuenta de todo el tiempo perdido. ¡Cuántas ocupaciones inútiles te impiden trabajar en tu salvación! Pero lo más lastimoso es que cometes el mal que debieras evitar; no imites la conducta de los pecadores. ¿Cuánto tiempo consagras a Dios? ¿Cuánto tiempo sacrificas al mundo y a los placeres?
III. Mide tu tiempo y distribúyelo entre los intereses de tu alma y los de tu cuerpo. ¿Es justo dar todo a uno y nada a la otra, todo al mundo y nada a Dios? Si sigues mi consejo, tus días discurrirán santa y agradablemente. Trabaja siempre por Dios y en presencia de Dios; así tu trabajo será una oración continua y te ahorrará muchas tentaciones. Haz siempre algo, a fin de que el demonio siempre te encuentre ocupado (San Jerónimo).
La perseverancia en la vocación.
Orad por la perseverancia de los justos.
ORACIÓN
Oh Dios, que habéis instruido a vuestro pueblo con las verdades de la salvación por ministerio del bienaventurado Isidoro, haced, os lo suplicamos, que después de haberlo tenido en la tierra por doctor y guía, lo tengamos por intercesor en el cielo. Por J. C. N. S.
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.
Visto en Tradición Católica
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