sábado, 16 de noviembre de 2019

Martirologio Romano 16 de noviembre


SAN EDMUNDO
Obispo y Confesor

n. hacia el año 1180 en Abingdon (Berkshire), Inglaterra;
† hacia el año 1240 en Borgoña, Francia


SAN EDMUNDO, Obispo y Confesor
El reino de Dios está en vuestro interior.
(Lucas 17, 21)

  • Santa Gertrudis, virgen, cuyo tránsito se conmemora el día siguiente.
  • En Edimburgo de Escocia, el tránsito de santa Margarita, Viuda, Reina de Escocia, célebre por su caridad con los pobres y por su voluntaria pobreza. Su fiesta se celebra el 10 de Junio.
  • En África, los santos Mártires Rufino, Marcos, Valerio y sus Compañeros.
  • El mismo día, los santos Mártires Elpidio, Marcelo, Eustoquio y Compañeros; Elpidio, que era del orden Senatorio, y en presencia de Juliano Apóstata había confesado a Cristo con invencible constancia, atado primero, a una con sus Compañeros, a unos caballos indómitos y arrastrado, y luego arrojado a la hoguera, consumó un glorioso martirio.
  • En Lyon de Francia, el triunfo de san Euquerio, Obispo y Confesor, varón de admirable fe y doctrina, el cual, siendo del nobilísimo orden de los Senadores, se hizo religioso en el hábito y en la vida, y encerrándose espontáneamente en la estrechez de una cueva, sirvió mucho tiempo a Cristo en oraciones y ayunos; después, por revelación de un Ángel, fue solemnemente promovido a la Cátedra pontifical de aquella ciudad.
  • En Padua, san Fidencio, Obispo.
  • En Cantórbery de Inglaterra, san Edmundo, Obispo y Confesor, el cual, por la defensa de los derechos de su Iglesia desterrado a Provins, pueblo de Sens, murió allí santísimamente, y fue canonizado por el Papa Inocencio IV.
  • El mismo día, la dichosa muerte de san Otmaro, Abad.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.



SAN EDMUNDO
Obispo y Confesor

San Edmundo tuvo una piadosa madre y amó a la Santísima Virgen desde muy tierna edad; diole él un anillo como prenda de su fidelidad. Sabiendo que San Juan Evangelista gozaba de predilección ante María y Jesús, lo invocaba todos los días. Brillante escolar, en Oxford primero y después en París, siempre llevaba un cilicio. Decía a menudo: “Amaría a mis enemigos aun cuando me arrancaran los brazos y los ojos”, y, hablando del pecado: “Si viese el infierno de un lado y el pecado del otro, antes elegiría el infierno”. Consagrado arzobispo de Cantorbery, en 1234, defendió con firmeza los derechos y los bienes de la Iglesia contra Enrique III. Murió en 1240.


MEDITACIÓN
SOBRE CÓMO REGULAR LO INTERIOR

I. Toda la perfección del cristiano consiste en regular bien el interior. La virtud está en el alma y no en el cuerpo; de tal modo nadie podría constreñirnos a cometer el mal, teniendo en cuenta que no podría forzar nuestra voluntad. ¿Cómo usamos de nuestra libertad? ¿Somos dueños de nosotros mismos? ¿No tomamos pretexto de nuestros empleos, de las ocasiones a que nos encontramos expuestos, para excusar nuestras faltas? Podemos ser santos aun en medio de los impíos.

II. ¿Qué cuidado tienes de tu alma? ¿Cuánto tiempo consagras cada día a tu salvación? Interroga a tu conciencia. ¿No te responde que sacrificas tu alma a tu cuerpo, haciendo todo por él y nada o casi nada por ella? Piensa cada día, durante algunos momentos, en lo que debes y puedes hacer por la salvación de tu alma.

III. De todas tus ocupaciones, no hay ninguna más útil que el cuidado de tu salvación, puesto que se trata de una eternidad bienaventurada; ninguna tampoco más fácil, puesto que todo depende de ti. No está en tu poder adquirir una gran fortuna, ser un sabio distinguido, tener ingenio, o salud, pero no depende sino de ti ser santo. Haz lo que puedas y Dios te dará todas las gracias necesarias. Rompe las ligaduras de las ocupaciones vanas, cuya ininterrumpida sucesión nos quita toda libertad (San Euquerio).


La devoción a la Santísima Virgen
Orad por los servidores de María


ORACIÓN
Haced, oh Dios omnipotente, que la augusta solemnidad del bienaventurado Edmundo, vuestro confesor pontífice, aumente en nosotros el espíritu de piedad y el deseo de la salvación. Por J. C. N. S.





Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo IV, Patron Saints Index.







Sea todo a la Mayor Gloria de Dios

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