lunes, 6 de enero de 2020

R.P. Leonardo Castellani: La Epifanía del Señor




Cuando hubo nacido Jesús en Betlehem de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos del Oriente llegaron a Jerusalén, y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo”. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó y con él toda Jerusalén. Y convocando a todos los principales sacerdotes y a los escribas del pueblo, se informó de ellos dónde debía nacer el Cristo. Ellos le dijeron: “En Betlehem de Judea, porque así está escrito por el profeta: "Y tú Betlehem (del) país de Judá, no eres de ninguna manera la menor entre las principales (ciudades) de Judá, porque de ti saldrá el caudillo que apacentará a Israel mi pueblo”. Entonces Herodes llamó en secreto a los magos y se informó exactamente de ellos acerca del tiempo en que la estrella había aparecido. Después los envió a Betlehem diciéndoles: “Id y buscad cuidadosamente al niño; y cuando lo hayáis encontrado, hacédmelo saber, para que vaya yo también a adorarlo”. Con estas palabras del rey, se pusieron en marcha, y he aquí que la estrella, que habían visto en el Oriente, iba delante de ellos, hasta que llegando se detuvo encima del lugar donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella experimentaron un gozo muy grande. Entraron en la casa y vieron al niño con María su madre. Entonces, prosternándose lo adoraron; luego abrieron sus tesoros y le ofrecieron sus dones: oro, incienso y mirra. Y, avisados en sueños que no volvieran a Herodes, regresaron a su país por otro camino.
Mateo II, 1-12



Domingueras Prédicas II
R.P. Leonardo Castellani


La Epifanía del Señor (1965)

La Adoración de los Reyes Magos significó la Reyecía Universal de Jesucristo, no sólo sobre los Judíos sino también sobre los Gentiles, porque primero lo adoraron al nacer unos pastores judíos (1) y después unos extranjeros que San Mateo llama "magos", conforme había dicho el Santo Anciano Simeón en su himno:


"Lumen ad revelationem gentium
et gloriam plebis tuae Israel,
Luz para la revelación a los Gentiles
y gloria de tu plebe israelita" (2)


Es poquísima gente todavía; pero representa al universo entero y por eso Dios causó milagrosamente estos dos episodios típicos, llamando a los Pastores y llamando a los Magos. La religión de los hebreos desde este instante queda abierta a todos; aunque habrá que esperar bastante todavía para que entren efectivamente en ella los Gentiles. Hay religión cerrada y religión abierta, moral cerrada y moral abierta. Yo pertenezco a una religión cerrada, según algunos déstos que se llaman "progresistas", y todos cuantos ellos quieren son cerrados: "Ud., Señorita, es muy cerrada." Y creo que es al revés.

De los Reyes Magos ya conocen Ustedes. Fueron probablemente tres astrónomos de la Caldea, o Babilonia, región de la Mesopotamia, situada sobre el Golfo Pérsico y separada de Palestina por el desierto de Siria, a unos 1.000 km. en línea recta, a unos 2.000 km. de camino, si no me engaño. Llegaron a Belén mucho tiempo después del Nacimiento, quizás cerca de dos años; un año probablemente, dicen los exégetas. Ciertamente no llegaron 15 días después, pues no se hacen en 15 días 2.000 km. en camello. La leyenda los ha llamado Gaspar, Melchor y Baltasar, y ha hecho dellos un persa, es decir, un blanco; un chino, es decir, un amarillo; y un hindú, es decir, un negro ~para representar ante Jesús a todas las razas del mundo. No es nada probable. Lo probable es que hayan sido sabios caldeos de familia regia, o bien sabios persas, como prefieren Ricciotti y Jones: San Mateo dice vagamente "del Oriente".

Estos "progresistas" que nombré dicen que todo es leyenda; que hay que borrar todo el episodio de San Mateo, porque es "midrash", o sea novela, digamos (3). En Lovaina, hace ya como 30 años, encontré un profesor de Sagrada Escritura (católico y sacerdote) que me dijo: "Hay que borrar la Adoración de los Reyes al Niño Jesús." Yo le dije: "Entonces, por la misma plata puede borrar también al Niño Jesús." Yo lo torné a broma, pero más tarde, en Londres, me di cuenta cuán peligroso era ese movimiento, que entonces se llamaba "modernista" y hoy "progresista". En realidad éstos van para atrás, deberían llamarse no progresistas sino "retrogresistas" porque caen sabiéndolo o sin saber en herejías viejas, ya muertas; en este caso, en el llamado "racionalismo bíblico" del siglo XIX. Si los primeros capítulos de San Mateo son "midrash", como ellos dicen (esta palabra "midrash" y su concepto proviene de los rabinos judíos; está dos veces en la Escritura con otro sentido), entonces todo San Mateo puede ser "rnidrash" y todo San Lucas y todos los cuatro Evangelios; y entonces apagá y vámonos. Ese padrecito M. y ese padrecito C. y otros que andan por aquí jugando con la palabreja "midrash" no saben lo que hacen. Solamente para prevenir les hablo, no para polemizar.

La religión abierta y cerrada: el filósofo judío converso Bergson, en su último libro "Las Dos Fuentes de la Moral y la Religión" analizó largamente esta noción, que en sí misma es feliz, pero él la mezcla con algunos gruesos errores. Entendiéndola puede servir. 

Religión cerrada es la religión de un grupo, de una tribu, de un clan, de una clase social o de una nación; religión abierta es la religión universal, y es solamente el Catolicismo, desde que lo abrió Cristo; la cual justamente lleva ese apellido, "Católica", que significa universal. Los pueblos idolátricos tenían sus dioses, que ellos decían "eran más poderosos que los dioses de los vecinos". Los judíos decían: "Nuestro Dios es el único verdadero y es más poderoso que los ídolos: los ídolos son demonios"; pero no comunicaban su Dios verdadero a los demás pueblos, hablando en general. Cristo mandando predicar "a todas las naciones"(5) superó las barreras nacionales y las barreras raciales. Esas barreras son naturales, porque el hombre no ha nacido para la Humanidad sino a lo más para una nación: naturalmente hablando, el hombre mira al extranjero como diferente, como inferior o como bárbaro; no puede considerarlo como un hermano anoser pasando a través de Dios; y no de cualquier Dios sino de Dios padre de todos -el Dios Padre de Jesucristo.

Me dirán que los argentinos somos la gran excepción, porque tenemos a los extranjeros y a lo extranjero apriori por superior a nosotros. No, no es así, el pueblo no: el pueblo se ríe del gringo, se ríe del yoni, se ríe del franchute. Hace poco conversé con un criollo muy inteligente que trabaja de capataz en el ingenio Ledesma de Jujuy: despreciaba a los ingenieros alemanes, despreciaba a los ingenieros franceses y solamente toleraba un poco a los ingenieros yanquis; y decía que el obrero argentino era mejor que cualquier obrero extranjero; lo cual puede ser verdad en muchos casos, ¿por qué no? Quiero decir que esa tendencia de los griegos a tener a todos los extranjeros por bárbaros (porque al oírlos hablar les parecía que decían "bar-bar-bar") es profundamente humana; y sólo ha sido superada en el mundo por la religión de Cristo, que proclama la hermandad de los hombres y llegó a conseguir una hermandad, defectuosa si se quiere, pero la única que ha habido. Si ahora se desmorona, no tiene la culpa Cristo.

No hay que confundir la religión abierta con los que dicen "todas las religiones son verdaderas", como los hinduistas, porque éstos son como aquel edificio que era puras ventanas: hay una sola religión verdadera que está abierta a todos. Menos hay que confundir a la hermandad cristiana con la Igualdad que proclamó la Revolución Francesa. Los hombres, desde Caín y Abel, no son ni puede ser iguales: "los hombres nacen y permaneces libres e iguales", dice Rousseau. Ni libres ni iguales ni nacen ni menos permanecen. Delante de Dios serán iguales los hombres, en cierto sentido; en este mundo, no. La Égalité liberal es una utopía nacida del resentimiento, con la cual se puede hacer demagogia entre los resentidos: "De hombre a hombre va cero" -dicen los españoles. Sí, para el otro mundo, sí. Sí, dentro de la caridad cristiana, que humilla al grande y anima al pequeño.


"¡Igualdad!" oigo gritar
Al jorobado Torraba,
Y me suelo preguntar:
¿Querrá verse sin joroba?
¿O nos querrá jorobar?


La distinción entre moral cerrada y abierta es más práctica. Moral cerrada es la que pone todo o el mayor peso en lo exterior y descuida lo interior (6). El ejemplo típico es el de los Fariseos (7), a los cuales dijo Cristo: "No lo que entra en el hombre mancha al hombre (refiriéndose a los alimentos prohibidos de los judíos) sino lo que sale del hombre; porque del corazón del hombre salen los malos pensamientos, los odios, las mentiras, los adulterios, las venganzas. ¿Por qué ponéis tanto empeño en limpiar las afueras del vaso cuando lo interior está lleno de inmundicia? Limpiad primero lo interior y después lo exterior se limpiará solo." (8)

No penséis que eso se ha acabado: la moral puritana en Inglaterra, la moral jansenista en Francia, la moral de Kant y la moral laica, fueron (y son) morales cerradas; y eso existe también entre católicos, existen gentes de moral cerrada, cuyas normas tiran más a lo correcto, a lo irreprochable, a los convencionalismos incluso, que a la caridad y a la verdad (9). O sea, es la Moral de la Ley, que decía San Pablo, no la moral de la pureza de corazón y la caridad. "Yo no mato ni robo" ... A lo mejor no matas ni robas porque no te animas, como si no hubiera otras muchas maneras de ser malo que ser asesino y ladrón; y a lo mejor eres asesino y ladrón en tu corazón, como dijo Cristo: "el que deseó adulterar, ya adulteró en su corazón." (10) El novelista inglés Galsworthy escribió una especie de larga parábola contra la moral puritana, la moral laica, la moral kantiana y la "moral sin dogmas" de nuestro Ingenieros, que todas son el mismo perro con diferentes collares. "El Primero y el Último" se llama la novela, de la cual salió una película. Son dos hermanos: uno es un juez puritano y respetabilísimo que persigue con sermones y apremios al otro, que es un artista vago y pobretón que está amancebado con una pobre mujer. ¿Quién le dice a Ud. que al cabo de mil vueltas, el "primero" es decir, el santo de palo, termina matando y robando; y el "último", es decir, el pecador, hace una caridad suprema con la otra desdichada. Claro es que esto es imaginado por un novelista; pero también sucede. "El que de vosotros esté sin pecado, que le tire la primera piedra ... A ésta mucho le fue perdonado porque amó mucho." (11)

Perdonen esta monserga abstracta, para no decir siempre lo mismo sobre los Reyes Magos.

Digamos que la moral abierta es la moral de la caridad (12); y la moral cerrada es alomás la moral de la justicia y a veces ni eso. Pero si la justicia anda sin la caridad o se pone por encima della, se convierte en injusticia: "Summum jus, summa injuria" (13), decían los jurisconsultos romanos; "no quieras ser justo demasiado", dice la Escritura (14). Por supuesto, la justicia, "dar a cada uno lo suyo", se ha de guardar; pero sobre eso hay otra cosa: "dar a los demás lo mío". 

Tengo temor de que Dios diga algún día: "Maldita sea esta nación argentina donde no hay caridad ni tampoco justicia." Pero enfin, no sé, algo hay; y por diez justos que hubiera habido en Sodoma, se hubiera salvado Sodoma.


Notas

1. Lucas 2, 8-20.
2. lbíd. 2, 32.
3. " 'Midrash' es una palabra hebrea que significa fábula, y designa técnicamente las ilustraciones literarias que se hallan en la literatura hebrea (muy abundantes en la literatura rabínica o talmúdica), como por ejemplo narraciones que no tienen valor histórico ni literal sino solamente legendario o alegórico. ¿Hay 'rnidrash' en los libros canónicos de la Biblia? Cierto que lo hay, pero está siempre claramente indicado. Hay géneros literarios diversos en la Biblia, de los cuales [ ... ] tres ciertamente no son 'rnidrash': los libros históricos -a los cuales pertenecen los Evangelios-, aunque son una historia algo diferente de la actual; los libros rituales y legislativos, corno el Deuteronomio; y los libros proféticos, en los cuales sin embargo también se encuentran alegoría, pero indicadas corno alegorías..." "Bien, quería decirles que hoy día hay solamente dos modos de Exégesis: el literal simbólico y el rnidrashista o alegórico. Al literal adhiere la Iglesia Católica y la Iglesia Luterana (Kirkegor fue luterano) y una parte de los judíos ortodoxos, corno Martin Buber. La Exégesis católica no es un bloque, y en ella ha habido abusos y errores, por supuesto: un exégeta de los cuatro primeros siglos, corno San Ireneo, es muy diferente de un exégeta del Renacimiento, corno Maldonado, y más diferente aún de uno actual, corno Kirkegor o Frank-Duquesne; pero debajo de todas las idiosincrasias y modas, existe el hilo conductor irrompible de buscar el sentido literal."
"El otro extremo de la Exégesis heterodoxa lo constituye el rnidrashisrno total; el cual tampoco es Exégesis, pues no interpreta la Escritura, sino que la destruye simplemente, convirtiendo los Libros Sagrados en un montón de literatura; y mala literatura de llapa, literatura estrafalaria y de mal gusto, que al fin no se puede saber nunca lo que quiere decir. Se puede estudiar corno se estudia la literatura de Finlandia, por ejemplo; ni aun eso, porque la de Finlandia es actual y esta es viejísirna, 'literatura de la Edad de Piedra', la llama Aldous Huxley" (Castellani, "Exégesis", Capít. VI - La Exégesis Actual, Inédito. La cita está abreviada).
Sobre la interpretación literal simbólica de la Escritura, ver nota 3 en la Homilía del Domingo Undécimo después de Pentecostés (pág. 241).
4. En el ensayo "Semillas de Helechos y Elefantes", C. S. Lewis reflexiona sobre la interpretación racionalista de la Sagrada Escritura. En primer lugar, cualquiera sea la reputación que los popes de Modernismo poseen como críticos bíblicos, él no les tiene confianza como críticos, pues han pasado su vida estudiando ambos Testamentos y libros de Exégesis, y es muy difícil que hayan llegado a tener experiencia literaria de aquellos géneros a los cuales suelen reducir diversas partes de la Escritura. Cuando enseñan que algún pasaje evangélico es leyenda o ficción, tenemos derecho a preguntarnos cuántas leyendas o ficciones han leído. Lewis no se limita a barajar hipótesis, pues muestra cómo supuestas conclusiones científicas proceden de la crasa ignorancia literaria. Los críticos modernistas reclaman fe en su habilidad para leer entre las líneas de los antiguos textos, cuando son evidentemente incapaces de leer las mismas líneas. Por otra parte, estos exégetas sostienen que los Discípulos pronto cayeron en la incomprensión de los hechos, la finalidad y la enseñanza del Señor, y que el verdadero sentido de sus obras y palabras recién salió a luz gracias a la exhumación realizada por los modernos. La idea de que un autor resultara opaco para quienes compartían su cultura, idioma, horizonte mental, y sin embargo sea transparente para aquéllos que no tienen tales ventajas es absurda. La crítica racionalista se propone reconstruir la génesis del texto estudiado a partir del "Sitz im Leben" (la situación vital): los documentos ahora inexistentes utilizados por el autor, cuándo y dónde fue escrito, con qué propósito y bajo qué influjo. Pero Lewis está prevenido contra tales intentos porque ya en el comienzo de su carrera de escritor pudo conocer hasta qué grado las reconstrucciones de sus propios libros o de autores que él conocía personalmente eran fruto de espíritus imaginativos. Lewis no quiere presentar un cuadro excesivamente oscuro: los diversos elementos de esta crítica tienen diferentes grados de fuerza, tanto mayor cuanto más próxima esté a la crítica textual. Pero las hipótesis más sutiles y ambiciosas sólo pueden provocar escepticismo. El escritor inglés ve el fundamento de la "desmitologización" de los Evangelios en la afirmación de Tyrrell: "A medida que el hombre progresa, se rebela contra las expresiones anteriores e inadecuadas de la idea religiosa." La Iglesia siempre supo que nuestros conceptos son incapaces de expresar el misterio de Dios, pero el Modernismo da un giro de 180 grados y presenta el claroscuro de la fe ya no como un conocimiento del misterio divino sino como expresión de nuestra idea religiosa. En su ensayo "El Profesor Harnack y el Teutonismo", Chesterton sostiene que la
autodenominada Alta Crítica Bíblica está muy por encima de sí misma, y la mayor parte de su fama de erudición se debe al rico y amplio campo de las cuestiones que NO ha resuelto (en "The Illustrated London News", 5-IX-1914).
5. Mateo 28, 19
6. "Bergson ha distinguido con lucidez la moral personal -aplicación a la santidad- y la moral social -presión colectiva. Esta última resulta de las necesidades que crea la convivencia y que la sociedad impone, no muy suavemente, a todos los individuos. Es un ligamento análogo al que liga las hormigas en un hormiguero. Se hace sentir en forma de coacción, y aun de coerción; se impone más bien por medio de sanciones, y crea una moral cerrada o 'estática', cuyo fin es cercar a los individuos y a los sentimientos individuales en los límites del grupo; y de la solidaridad querida por la natura común. Es prevalentemente externa. Si se deseca interiormente  se  vuelve  espíritu  de  cuerpo, racismo, patrioterismo, convencionalismo, y aun gazmoñería; y en lo religioso, culto externo, exterioridad religiosa, clericalismo, eclesiasticismo y aun fariseísmo." (Castellani, "De Kirkegord a Tomás de Aquino", Capít. XVII - "Lo General").
7. "El fariseo es el hombre de la práctica y de la voluntad, es decir, el Gran Casuista y el Gran Observante ... (El fariseísmo desconoce) la primacía sobre la práctica de la contemplación; sobre la voluntad, del intelecto -o como dicen ahora, de la Imagen." (Castellani, "Cristo y los Fariseos". Inédito).
8. Mateo 23, 25-26; 15, 18-20.
9. "La moral burguesa ignora el amor que está arriba de la Ley, y 'la bondad que no sabe ella misma que es buena'. El nombre cristiano del Amor, 'Járitas', significa en griego 'gracia gratuita', no 'obligación' o 'deber"' (Castellani, "Las Parábolas de Cristo", "Parábola de las Ovejas y los Chivos").
10. Mateo 5, 28.
11. Juan 8, 7; Lucas 7, 47.
12. "La otra fuente de la moral es la 'aspiración personal', una emoción creadora por la cual el hombre desborda el lugar estrecho en que lo coloca su individualidad, abraza lo eterno, sale de sí mismo y su dentorno; y consiente y secunda el movimiento mismo de la vida. Es un aliento de amor. De allí nacen todos los sueños ardientes con que la Humanidad escapa a los límites a que tiende a confinarla el momento y el espacio presente. Crea la moral 'abierta' o dinámica. Mas cuando rompe del todo o menosprecia demasiado las vallas sociales, su hijo es el anarquista: la oposición inútil o la rebeldía absoluta y estéril: Nietzsche, por ejemplo" (Castellani, "De Kirkegord a Tomás de Aquino", Capít. XVII "Lo General"). 
13. Exceso de justicia, exceso de injusticia. "La razón y el alma de las leyes pueden destruirse, por atenerse sólo a la letra".
14. Eclesiastés 7, 17 (Vulgata).




Sea todo a la mayor gloria de Dios.



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