SAN ROMÁN Y SAN LUPICINO,
Abades
(fiestas de los días 24 al 28 de febrero se desplazan un día en año bisiesto)
(fiestas de los días 24 al 28 de febrero se desplazan un día en año bisiesto)
Haced penitencia,
porque está cerca el reino de los cielos.
(Mateo 3, 2)
- En Roma, el triunfo de los santos Mártires Macario, Rufino, Justo y Teófilo.
- En Alejandría, el martirio de los santos Cereal, Púpulo, Cayo y Serapión.
- Allí mismo, la conmemoración de los santos Presbíteros, Diáconos y otros muchísimos, los cuales, en tiempo del Emperador Valeriano, como cundiese una peste asoladora, sirviendo a los contagiados de la enfermedad, arrostraron de muy buena voluntad la muerte, y la religiosa piedad de los fieles acostumbra venerarlos como Mártires.
- En Roma, san Hílaro, Papa y Confesor.
- En el territorio de Lyon, en el monte Jura, el tránsito de san Román, Abad, el primero que vivió allí vida eremítica, y, esclarecido en muchas virtudes y milagros, fue después Padre de muchísimos Monjes.
- En Pavía, la Traslación del cuerpo de san Agustín, Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia, desde la isla de Cerdeña, por obra de Luitprando, Rey de los Longobardos.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.
SAN ROMÁN,
Abad
San Román se había retirado, con su hermano Lupicino, al monte Jura, para hacer penitencia. Fue allí tan cruelmente tentado y atormentado por el demonio, que abandonó el yermo para volver al mundo; mientras lo hacía, dio en el camino con una dama venerable que lo exhortó a la perseverancia. Volvió sobre sus pasos y permaneció en esa soledad durante el resto de su vida, atrayendo a ella a muchos santos varones. Murió hacia el año 460. Sobreviviole su hermano unos 20 años.
MEDITACIÓN
SOBRE LA PENITENCIA
I. Haz penitencia; ¿acaso no eres un pecador? y ¿qué más necesario para un pecador que la penitencia? ¿Por qué diferirla de hoy a mañana? El reino de los cielos está cerca; acaso mueras pronto, y si no pagaste tus deudas, ¿qué harás? ¿Qué mortificaciones hiciste? Te quieres convencer de que se ha de dejar la penitencia para los que se metieron en un convento; y yo te digo que las personas de mundo la necesitan más que los religiosos, porque más caen en pecado.
II. Pero, ¿cómo hacer penitencia? Has abandonado a Dios para amar a las creaturas; desásete de las creaturas para amar sólo a Dios. Castiga tu cuerpo con austeridades, pues ofendió a Dios con el pecado. No te engañes en esto, la penitencia debe afligirte; debe arrancarte, si es posible, suspiros del corazón y lágrimas de tus ojos, por no decir sangre de tus venas.
III. Persevera en este áspero ejercicio hasta el fin de tu vida. Estuvo San Román a punto de perder el fruto de sus trabajos por no haber tenido coraje para atacar desde un principio, y vencer, las dificultades que encontraba en la penitencia. ¡Cuán agradables te resultarán esos esfuerzos y sufrimientos si de tiempo en tiempo consideras las espantosas austeridades de tantos insignes ermitaños, si piensas en lo que Jesucristo sufrió por ti! Busquemos hasta el fin de nuestra vida aquello que nos procurará felicidad sin fin (San Euquerio).
La esperanza.
Orad por los peregrinos.
ORACIÓN
Haced, Señor, que la intercesión de los santos Román y Lupicino, abades, nos haga agradables a Vuestra Majestad, y que obtengamos por sus oraciones las gracias que no podemos esperar de nuestros méritos. Por J. C. N. S.
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.
Visto en Tradición Católica
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