lunes, 30 de marzo de 2020

Martirologio Romano 30 de marzo


SAN JUAN CLÍMACO,
Abad

n. hacia el año 569 en Siria;
† hacia el año 649 en el Monte Sinaí


El mundo pasa con su concupiscencia.
Mas el que hace la voluntad de Dios permanece eternamente.
(1 Juan 2, 17)


  • En Roma, en la vía Apia, el martirio de san Quirino, Tribuno, padre de santa Balbina Virgen; el cual fue bautizado con toda su familia por el Papa san Alejandro, a quien custodiaba en la cárcel; y en el Imperio de Adriano, entregado al Juez Aureliano y perseverando constante en la fe este invicto soldado de Cristo, después de arrancada la lengua, colgado en el potro y cortados los pies y las manos, consumó por la espada la lucha del martirio.
  • En Salónica, el triunfo de los santos Mártires Domnino, Víctor y sus Compañeros.
  • En Constantinopla, la conmemoración de muchísimos santos Mártires de la comunión católica, que en tiempo de Constancio, y de orden del heresiarca Macedonio, fueron muertos con inaudito género de tormentos; porque, entre otros, a las mujeres fieles cercenaron los pechos, comprimiéndolos entre los bordes de unas arcas, y quemándolos con hierros candentes.
  • En Senlis de Francia, el tránsito de san Régulo, Obispo de Arlés.
  • En Orleáns de Francia, san Pastor, Obispo.
  • En Siracusa de Sicilia, san Zósimo, Obispo y Confesor.
  • En el monte Sinaí, san Juan Clímaco, Abad.
  • En La Aguilera, en España, san Pedro Regalado, natural de la ciudad de Valladolid, Sacerdote de la Orden de Menores y Confesor, restaurador de la disciplina regular en los conventos de España; a quien el Papa Benedicto XIV puso en el catálogo de los santos.
  • En Aquino, san Clinio, Confesor.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

R. Deo Gratias.


SAN JUAN CLÍMACO,
Abad

San Juan Clímaco subió al cielo por la escala que nos presenta, pues todo lo que enseña en su hermoso libro titulado Escala Espiritual, él mismo lo practicó. Dejó el mundo y se hizo monje a la edad de 16 años. Su vida desde entonces fue una mortificación continua. Empleaba su tiempo en llorar sus pecados, en conversar con Dios, o bien en componer libros destinados a instruir y edificar al prójimo. Fue nombrado abad del Monte Sinaí, y murió a la edad de 80 años apenas transcurrida la primera mitad del siglo VII.

MEDITACIÓN
SOBRE LOS TRES GRADOS DE LA SUBIDA HACIA DIOS

I. El primer grado de la perfección es el desprecio del mundo y de todo aquello que ama el mundo: honores, placeres y riquezas. Vanos son los honores del mundo; criminales sus placeres; peligrosas sus riquezas. ¡Qué difícil es llegar a este grado! ¡Cuánta virtud se necesita para pisotear lo que adoran los hombres! Pero, lo que es difícil no es imposible, sobre todo si consideran que el mundo pasa con su concupiscencia y que es preferible abandonarlo a él antes que ser por él abandonados.

II. El segundo grado es la abnegación de uno mismo. Has de renunciar a tus placeres, a tus más caras inclinaciones, a tu propia voluntad, has de triunfar de ti mismo en todo. Fácil es decirlo, pero difícil hacerlo. Es necesario, sin embargo, porque nada harías abandonando el mundo, si no renuncias a ti mismo. Es pues menester que, en adelante, sea mi propio enemigo, que me declare la guerra, que luche contra todas las inclinaciones de la naturaleza corrompida.

III. El tercer grado es la conformidad con la voluntad de Dios en todo y en cualquier parte. Si llegaste ya a este estado, di que has encontrado un paraíso en este mundo; serás feliz y habrás encontrado todas las virtudes. Dios mío, enseñadme a hacer vuestra santa voluntad. Si Vos no me enseñáis este secreto, haré yo mi propia voluntad y Vos me abandonaréis; no seréis mi Dios mientras sea yo mi señor (San Agustín).

El deseo de la perfección.
Orad por los que tienen vocación religiosa.


ORACIÓN
Haced, Señor, os suplicamos, que la intercesión de San Juan Clímaco, abad, nos torne agradables a Vuestra Majestad, a fin de que obtengamos por sus ruegos lo que no podemos esperar de nuestros méritos. 
Por J. C. N. S.




Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.




Visto en Tradición Católica




Sea todo a la mayor gloria de Dios.

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