jueves, 7 de mayo de 2020

Martirologio Romano 7 de mayo


SAN ESTANISLAO,
Obispo y Mártir

n. 26 de julio de 1030 en Cracovia, Polonia;
† 8 de mayo de 1079 en Cracovia, Polonia.

Patrono de Cracovia, Polonia; soldados en batalla.


Va a venir tiempo en que quien os matare
se persuada hacer un obsequio a Dios.
(Juan 16, 2)

  • San Estanislao, Obispo de Cracovia y Mártir, que el día 8 de Mayo recibió la corona del martirio.
  • En Terracina de Campania, el triunfo de santa Flavia Domitila, hija de santa Plautila, que era hermana del santo Mártir el Cónsul FlavioClemente; y habiendo sido consagrada con el velo sagrado por el Pontífice san Clemente, en la persecución de Domiciano, fue primero desterrada con otros muchos a la isla Poncia, donde padeció un prolongado martirio. Volviéronla al cabo a Terracina, y allí, habiendo convertido a muchos con su doctrina y milagros a la fe de Cristo, por orden del Juez pusieron fuego al aposento en que moraba con dos Vírgenes, Eufrósina y Teodora, que la asistían, consumando así tan glorioso martirio. De santa Domitila, junto con los santos Nereo, Aquiles y Pancracio, se hace fiesta a 12 de Mayo.
  • En el mismo día, san Juvenal, Mártir.
  • En Nicomedia, los santos Hermanos Mártires Flavio, Augusto y Agustín.
  • En el mismo lugar, san Cuádralo, Mártir, el cual, en la persecución del Emperador Decio, después de muchas veces atormentado, finalmente decapitado, consumó el martirio.
  • En York de Inglaterra, san Juan, Obispo, esclarecido en vida y milagros.
  • En Pavía, san Pedro, Obispo.
  • En Roma, la Traslación del cuerpo de san Esteban, Protomártir, que en tiempo del sumo Pontífice Pelagio I, llevado de Constantinopla a Roma, y colocado en el sepulcro del Mártir san Lorenzo en el campo Verano, se venera allí con gran devoción de los fieles. 
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

R. Deo Gratias.


SAN ESTANISLAO, 
Obispo y Mártir

San Estanislao, obispo de Cracovia, reprendió valientemente al rey Boleslao por su mala vida. Este príncipe, para vengarse, sobornó a dos falsos testigos y los hizo declarar que el santo poseía un terreno que no le pertenecía. San Estanislao resucitó a quien se lo había vendido y con este testimonio irrecusable confundió a sus acusadores. Este milagro no convirtió a Boleslao; irritado éste porque el santo lo había excomulgado, le dio muerte con sus propias manos en momentos en que celebraba el Santo Sacrificio de la Misa. Sucedió en 1079.


MEDITACIÓN
SOBRE LOS PELIGROS QUE SE HALLAN EN EL MUNDO

I. Ese hombre a quien San Estanislao resucitara, prefirió morir nuevamente volviendo al purgatorio antes que vivir entre tantas ocasiones de condenarse. Y, en verdad, tenía razón, pues hay peligro de condenarse en todas las edades y en todas las condiciones. ¿Cuál es tu edad, cuál es tu condición? ¿En qué estado de vida te alistaste? Ten cuidado con los peligros que te amenazan. Si aún estás libre de todo compromiso, elige el género de vida más seguro y más libre de las ocasiones de ofender a Dios.

II. No hay sitio en este mundo donde no se pueda ofender a Dios. Adán pecó en el paraíso terrenal y los ángeles pecaron en el cielo. Se ofende a Dios en los poblados, en la soledad, en las cabañas de los pastores, en los palacios de los magnates, en las iglesias y en las casas consagradas a Dios. En todas partes encuéntrase al demonio, en todas partes se llevan sus cadenas. Y nos holgamos en este camino en el que estamos siempre expuestos a caer en el precipicio; en este mar, en el que somos incesantemente azotados por la tempestad, sin saber a qué puerto arribaremos, ni en qué escollo naufragaremos.

III. Para estar seguro entre tantos peligros, apártate de la multitud, gusta de la soledad: es el ambiente de la virtud. Si no puedes llegar a tanto, frecuenta a los hombres lo menos posible y acuérdate que Dios está en todas partes. Si quieres cometer pecados busca un lugar en donde no te pueda ver Dios, y haz entonces lo que quieras (San Agustín).

La huida del pecado.
Orad por las almas del purgatorio.


ORACIÓN
Oh Dios, en cuyo honor sucumbió el glorioso obispo Estanislao bajo la espada de un impío, haced, os lo suplicamos, que todos los que imploren su socorro consigan el saludable efecto de su pedido. Por J. C. N. S.


Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.










Sea todo a la mayor gloria de Dios.


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