SAN WILFRIDO
Obispo y Confesor
n. 634 en Northumbria, Inglaterra;
el que se ha alistado al servicio de Dios,
no se embaraza en los negocios seculares.
(2 Tim. 2, 3-4)
- En Zaragoza España, Nuestra Señora del Pilar
- En Brasil, Nuestra Señora de Apparecida.
- En Roma, los santos Mártires Evagrio, Prisciano y sus Compañeros.
- En África, cuatro mil novecientos sesenta y seis santos Confesores y Mártires en la persecución Vandálica, reinando Hunerico Arriano. De ellos, siendo unos Obispos de varias Iglesias de Dios; otros Presbíteros y Diáconos, con gran muchedumbre de fieles que se les unieron, por defender la verdad católica fueron, arrojados a un horrible desierto; muchísimos de entre ellos, al ser cruelmente conducidos por los Moros, forzados con los cuentos de las lanzas a correr, o apedreados, terminaron su glorioso martirio; otros atados los pies y arrastrados como cadáveres por lugares ásperos y escabrosos y despedazados todos los miembros, finalmente, con varios géneros de tormentos celebraron el martirio. Entre todos fueron los más ilustres Sacerdotes del Señor los Obispos Félix y Cipriano.
- En Ravena, en la vía de Loreto, el triunfo de san Edistio, Mártir.
- En Licia, santa Domnina, Mártir, en tiempo del Emperador Diocleciano.
- En Celene de Pannonia, san Maximiliano, Obispo de Lorch.
- En Inglaterra, santa Etelburga, Abadesa, virgen y fundadora.
- En York de Inglaterra, san Wilfrido, Obispo y Confesor.
- En Milán, san Monas, Obispo, el cual, tratándose de elegir Obispo, rodeado de luz celestial, por esta señal maravillosa fue creado Pontífice de aquella Iglesia.
- En Verona, san Salvino, Obispo.
- En Siria, san Eustaquio, Presbítero y Confesor.
- En Áscoli del Piceno, san Serafín, Confesor, de la Orden de Menores Capuchinos, señalado en santidad de vida y humildad; a quien el Sumo Pontífice Clemente XIII puso en el catálogo de los Santos.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.
SAN WILFRIDO
Obispo y Confesor
San Wilfrido, obispo de York, se distinguió por su celo en defender en Inglaterra los usos romanos. Ofreció asilo al piadoso Dagoberto II, hijo de San Sigeberto, rey de Austrasia, destronado por el mayordomo de palacio Grimoaldo. Encargose de la educación del joven príncipe; y éste, vuelto a su reino, recibió con grandes honores al santo obispo, obligado a su vez a abandonar su patria como consecuencia de las vejaciones del rey Egfrido. De allí, San Wilfrido fue a Roma a reclamar la protección del Papa y volvió a Inglaterra, donde Egfrido lo hizo encarcelar. Recuperada la libertad, pero no pudiendo obtener la ejecución del juicio del Papa, se fue a Sussex a predicar el Evangelio. Fue puesto entonces en posesión de la diócesis de Hexham, retomó el gobierno de los monasterios que había fundado y murió visitándolos, en el año 709, a la edad de 75 años.
MEDITACIÓN
SOBRE LAS CUALIDADES QUE HA MENESTER
UN BUEN SOLDADO DE JESUCRISTO
I. Para ser verdadero soldado de Jesucristo, hay que resistir generosamente al demonio, que es su enemigo capital, oponerse en todas partes a sus designios, declarar abiertamente la guerra a sus partidarios. ¿Eres tú enemigo del demonio? Antes bien, ¿no te alistas en su partido? ¿No obedeces a todos los malos pensamientos que te sugiere? Cuando buscas tus placeres y comodidades, cuando trabajas únicamente en vista de adquirir gloria, a ese espíritu soberbio es a quien obedeces.
II. Es menester sufrir las persecuciones de los hombres sin oponerles resistencia y sin quejarte. Si quieres marchar siguiendo los pasos de Jesucristo, saldrás victorioso cediendo en esas circunstancias, soportando con resignación las burlas y los oprobios de que se te hace objeto. Si amas a Jesús, lo imitarás sufriendo como Él hasta el fin de tu vida. Si se amase la cruz, se pasaría una vida crucificada (San Crisóstomo).
III. Es menester que te venzas a ti mismo: es la victoria más gloriosa, más difícil y más agradable a Dios que puedes obtener. Hazte violencia en las cosas pequeñas tanto como en las grandes. ¿No podrías acaso privarte de los pequeños halagos, que tu molicie te hace buscar con tanto afán? Sacrifícalos a Jesús crucificado, no sea que te rehuse Él la gloria preparada para los que llevan valientemente la cruz. Renuncia a ti mismo para no ser negado por Cristo; huye de ti mismo a fin de ser recibido por Cristo; piérdete a fin de ser salvado (Salviano).
La fortaleza
Orad por los Pastores de la Iglesia
ORACIÓN
Haced, oh Dios omnipotente, que la augusta solemnidad del bienaventurado Wilfrido, vuestro confesor pontífice, aumente en nosotros el espíritu de devoción y el deseo de la salvación. Por J. C. N. S.
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo IV; Patron Saints Index; Vida de los Santos de Alban Butler S.J.
Visto en Tradición Católica
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