SANTA CATALINA DE SIENA,
Virgen
n. 25 de marzo de 1347 en Siena (Toscana), Italia;
† 29 de abril de 1380 en Roma, Italia
Patrona de Siena (Italia); Europa; bomberos; enfermos; enfermeros; servicios de enfermería; personas ridiculizadas por su piedad. Protectora contra los incendios; las enfermedades del cuerpo; los abortos espontáneos; las tentaciones (en especial las que atentan contra la virtud de la pureza).
Donde está vuestro tesoro,
allí también estará vuestro corazón.
(Lucas 12, 34)
- Conmemoración de Santa Catalina de Siena, Virgen, de la tercera Orden de santo Domingo, que pasó al celestial esposo el día de ayer.
- En Santonges de Francia, san Eutropio, Obispo y Mártir, a quien san Clemente Papa, después de consagrarle con la gracia del orden Pontifical, destinó a Francia, donde, habiendo predicado largo tiempo, finalmente por confesar a Cristo, le rompieron la cabeza, y murió vencedor.
- En Córdoba de España, los santos Amador Presbítero, Pedro Monje, y Luis, mártires
- En Novara, san Lorenzo, Presbítero, martirizado en compañía de unos niños que educaba.
- En Alejandría, los santos Mártires Afrodisio, Presbítero, y otros treinta.
- En Lambesa de la Numidia, el triunfo de los santos Mártires Mariano Lector y Santiago Diácono; el primero, que ya antes había vencido en la confesión de Cristo los rigores de la persecución de Decio, fue apresado con su distinguidísimo colega, y ambos, después de crueles y exquisitos suplicios, confortados una y otra vez milagrosamente con divinas revelaciones, al fin, en compañía de otros muchos, fueron degollados.
- En Efeso, san Máximo, Mártir, que en la persecución de Decio fue coronado del martirio.
- En Fermo del Piceno, santa Sofía, Virgen y Mártir.
- En Evórea del Epiro, san Donato, Obispo, que en tiempo del Emperador Teodosio floreció con eximia santidad.
- En Napóles de Campania, san Pomponio, Obispo.
- En Londres de Inglaterra, san Erconvaldo, Obispo, que resplandeció con muchos milagros.
- En Chieri, junto a Turín, san José Benito Cottolengo, Confesor, Fundador de la Casita de la Divina Providencia, insigne por la absoluta confianza en Dios y por la caridad con los pobres; al cual el Papa Pío XI puso en el catálogo de los Santos.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.
SAN CATALINA DE SIENA,
Virgen
Santa Catalina de Siena tomó el hábito de Santo Domingo a la edad de 18 años. Sus austeridades, ya extraordinarias cuando vivía en la casa paterna, fueron desde entonces ilimitadas. Acaecióle, una vez, ayunar desde el Miércoles de Cenizas hasta la fiesta de la Ascensión, sin tomar alimento alguno fuera del espiritual de la Santa Eucaristía. Para recompensarla, Jesucristo imprimió en su cuerpo virginal los sagrados estigmas de su Pasión, le comunicó una inteligencia maravillosa de las Sagradas Escrituras, y se sirvió de ella para volver de Aviñón a Roma al Papa Gregorio XI, con lo que puso término a los males que desolaban a la Iglesia. Murió en 1380.
MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA DE SANTA CATALINA
II. Presentóle el Señor dos coronas, una de oro y otra de espinas, y la Santa eligió la de espinas, diciéndole que quería reproducir en ella la Pasión de su divino Maestro y gozarse en las penas y sufrimientos. Tú, en cambio, quieres en esta vida rosas y placeres; pronto se marchitarán las rosas y te quedarán espinas para toda la eternidad; porque es difícil gozar los bienes de este mundo y los del cielo (San Jerónimo).
III. El pensamiento continuo de la presencia de Dios la hizo salir victoriosa de todas sus tentaciones. Recogíase interiormente pensando en la Pasión de Jesucristo, en los castigos de los condenados y en su propia nada; estas consideraciones tornábanla insensible a las persecuciones de los hombres y hacíanla invencible a los asaltos del demonio. Piensa en Dios y en las verdades eternas, y nada temas ni desees en este mundo. Ahora no piensas sino en la tierra, por que tu tesoro y todas tus esperanzas están en la tierra y no en el cielo. Tu corazón y tu espíritu estarían en el cielo si allí estuviese tu tesoro (San Euquerio).
Meditar sobre la Pasión.
Orad por vuestro obispo.
ORACIÓN
Escuchadnos, oh Dios Salvador nuestro, y haced que la fiesta de la bienaventurada Catalina, vuestra virgen, al mismo tiempo que regocija nuestra alma, la enriquezca con sentimientos de una tierna devoción. Por J. C. N. S.
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.
Visto en Tradición Católica
3 comentarios:
Estimado responsable del sitio Le hago este comentario en dos partes porque no me admite la cantidad de caracteres:
Santa Catalina de Siena no puede ser "Doctora de la Iglesia", como tampoco Santa Teresa de Ávila, Santa Teresa de Lisieux y Santa Hildegarda de Bingen. El mismo impedimento alcanzaría a toda mujer a la que se le intentare dar ese título. Veamos las referencias de la Santa Misa tradicional de un Doctor de la Iglesia; las despliego en otro orden a fin de hacer una comparación con la última de ellas; Las citas están todas tomadas del Misal Diario para América del Padre Don Andrés Azcárate, O.S.B., edición del Año del Señor 1951 (El Imprimatur y el Nihil Obstat son de 1946):
1) La Oración Colecta comienza "Oh Dios, que favoreciste a tu pueblo dándole a San N. como ministro de la eterna salvación;... ". O sea que la Iglesia se dirige a sus ministros.
2) Las exhortaciones de la Epístola de San Pablo a Timoteo giran sobre el ministerio de este Santo discípulo: "Tú, entre tanto, vigila y ocçupate de tu ministerio, haz obra de Evangelista, cumple con tu cargo." Se agrega, al ministerio, la advertencia sobre el cargo; de hecho, todos los Doctores de la Iglesia hasta el año 1970, eran clérigos, y el único que no había recibido la orden del Sacerdocio fue el diácono San Efrén de Siria.
3) El Evangelio (San Mateo V, 13-19), es aquel en el que Nuestro Señor amonesta a sus discípulos diciéndoles: "Vosotros sois la sal de la tierra." y "Vosotros sois la luz del mundo". Se dirige a los primeros obispos; Nuestro Señor no seleccionó mujeres para el apostolado jerárquico.
4) La Secreta dice: "Haz, oh Señor, que no nos falte la piadosa intercesión de tu Pontífice (o Confesor) y Doctor San N... ". Una referencia elíptica a los ministros.
5) La oración Comunión es una hermosa figura del clérigo como Pater Familias: "Siervo fiel y prudente, a quien el Señor puso al frente de su familia, para distribuirles oportunamente su medida de trigo."
6) En la Postcomunión se pide la intercesión del Santo con las mismas palabras de la Secreta.
Sigue en la segunda parte.
Segunda parte.
7) Volvemos al principio de la Misa y leemos en el Introito (Eclesiástico XV, 5): "En medio de la Iglesia abrió sus labios, llenándole el Señor de espíritu de sabiduría y de entendimiento, y le revistió de un manto de gloria."
Y aquí viene la comparación: El Espíritu Santo, que insipró el Eclesiástico, nos dice en I Corintios, XIV, 33-35: "Como en todas las Iglesias de los santos, las mujeres guarden silencio en las asambleas; porque no les compete hablar, sino estar sujetas, como también lo dice la Ley. Y si desean aprender algo, pregunten a sus maridos en casa; porque es cosa indecorosa para la mujer hablar en asamblea."
El modelo excelso de esta debida conducta femenina, es Nuestra Señora, que demostró en las breves pero riquísimas expresiones del Magnificat (y en todos los actos ejemplares de su vida) la sabiduría que se desplegaba en su alma. Dice Monseñor Straubinger sobre este canto: "Este himno, el Magníficat, está empapado de textos de la Sagrada Escritura, especialmente del cántico de Ana (I Reyes II, 1-10) y de los Salmos, lo que nos enseña hasta qué punto la Virgen se había familiarizado con los Sagrados Libros que meditaba desde su infancia. El Magníficat es el canto lírico por excelencia, y más que nada en su comienzo. Toda su segunda parte lo es también, porque canta la alabanza del Dios asombrosamente para¬dojal que prefiere a los pequeños y a los vacíos. De ahí que esa segunda parte esté llena de doctrina al mismo tiempo que de poesía. Y otro tanto puede decirse de la tercera o final, donde “aquella niña hebrea” (como la llama el Dante), que había empezado un cántico individual, lo extiende (como el Salmista en el Salmo CI), a todo su pueblo, que Ella esperaba recibiría entonces las bendiciones prometidas por los profetas, porque Ella ignoraba aún el misterio del rechazo de Cristo por Israel."
No debemos obviar el hecho de que todas las Santas que se pretenden son "Doctoras de la Iglesia", fueron proclamadas por papas postconciliares, lo cual constituye una exacta previsión de desconfianza, sumada a las certezas que surgen de los textos sagrados y litúrgicos que he desplegado.
Dios lo bendiga.
Estimado Señor muchas gracias por su corrección. El error es nuestro, el mero de hecho de haber sido declarada "Doctora" por el hereje Montini es suficiente argumento.
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