SAN ANACLETO,
Papa y Mártir
el cual en vista del gozo que le estaba preparado,
sufrió la cruz sin hacer caso de la ignominia.
(Hebreos 12, 2)
- En Roma, San Anacleto, Papa y Mártir; el cual gobernó la Iglesia de Dios después de San Clemente, y la hermoseó con su ilustre martirio.
- En Bamberga, el tránsito de san Enrique I, Emperador de Romanos y Confesor; el cual guardó perpetua virginidad con su esposa santa Cunegunda, y redujo a san Esteban, Rey de los Húngaros, con casi todo su reino, a recibir la fe de Cristo. Su fiesta se celebra el día 15 de este mes.
- En Palestina, los santos Joel y Esdras, Profetas.
- En Macedonia, san Silas, uno de los primeros fieles que, elegido por los Apóstoles, juntamente con Pablo y Bernabé, para la conversión de los gentiles, cumplió el ministerio de la predicación con el celo de un hombre lleno de espíritu de Dios, y glorificando a Cristo con sus padecimientos, poco después descansó.
- Asimismo, san Serapión, Mártir, que siendo Emperador Severo y Presidente Áquila, llegó por el fuego a la corona del martirio.
- En la isla de Chío, santa Mirope, Mártir, que siendo Emperador Decio y Presidente Numeriano, molida a palos, pasó al Señor.
- En África, los santos Confesores Eugenio, Obispo de Cartago, esclarecido por su fe y virtudes, y de todo el clero de aquella Iglesia, que subía a quinientas o más personas, entre ellos muchísimos niños Lectores; los cuales, en la persecución Vandálica, reinando Hunerico Arriano, después de golpeados, y afligidos del hambre, padecieron con alegría por el Señor un cruel destierro a lejanas tierras. Descollaban entre ellos Salutario Arcediano y Murita, segundo en el grado de los ministros eclesiásticos, los cuales, confesando tres veces la fe, ambos se ennoblecieron con el glorioso título de Confesores de Cristo.
- En la Bretaña Menor, san Turiavo, Obispo.y Confesor, varón admirable por su sencillez e inocencia, de vida.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.
SAN ANACLETO,
Papa y Mártir
San Anacleto gobernó la Iglesia durante la persecución de Trajano. Ordenó a los cristianos de aquel tiempo que comulgasen todas las veces que participaban de la santa Misa, a fin de que este Pan de vida los fortificara contra los ataques de persecución. Embelleció la tumba de San Pedro y destinó un lugar de sepultura para los soberanos pontífices. Fue martirizado durante la tercera persecución, hacia el año 89.
MEDITACIÓN
SOBRE TRES VIRTUDES DE JESUCRISTO
I. Mira a Jesús crucificado y aprende de Él a ser humilde. Él es despreciado, es objeto de burla, pasa por malhechor, por intrigante que ha querido hacerse rey y que sólo ha obtenido una corona de espinas. ¡Cuán penoso es para un hombre ser despreciado allí mismo donde, poco antes, fue colmado de los mayores honores! Jesucristo ha elegido el desprecio para enseñarnos a amar las humillaciones, que nos son tan ventajosas (Tertuliano).
II. Es admirable la paciencia de Jesús en la cruz: sufrió de parte de todos los hombres y en todas las partes de su cuerpo, sin murmurar; sufrió aun cuando hubiera podido escapar a los sufrimientos y aniquilar a los que tan cruelmente lo maltrataban. Compara tus dolores y tu paciencia con los dolores y con la paciencia de Jesús, y te encontrarás indigno del nombre cristiano que llevas. Jesús ha buscado durante su vida todas las ocasiones de sufrir, y tú las rehuyes! Antes de dejar la tierra, Él ha querido saborear las heces del sufrimiento (Tertuliano).
III. No se contentó con obedecer a su Padre, llevó la obediencia hasta someterse a sus mismos verdugos. Atrévete ahora a quejarte de tus superiores cuando te manden algo que no te guste. Quéjate de ello, siempre que dirijas tus quejas a Jesús crucificado y que escuches lo que Él te responda. Quieres ser glorificado como Él; sé humilde como Él, sufre como sufrió Él. Lo que Cristo es, nosotros lo seremos, nosotros los cristianos, si seguimos a Cristo (San Cipriano).
La devoción a la Pasión de Jesucristo.
Orad por el buen uso de los Sacramentos.
ORACIÓN
Pastor eterno, mirad con benevolencia a vuestro rebaño, y guardadlo con protección constante, por vuestro bienaventurado mártir y Sumo Pontífice Anacleto, a quien constituisteis pastor de toda la Iglesia. Por J. C. N. S.
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo III; Patron Saints Index.
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