jueves, 14 de julio de 2016

Martirologio Romano 14 de julio


SAN BUENAVENTURA,
Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia

n. en 1221 en Bañorea, Italia;
† 15 de julio de 1274 en Lyon, Francia


"He venido a poner fuego en la tierra,
y ¿qué he de desear sino que arda?"
(Lucas 12, 49)


  • San Buenaventura, de la Orden de Menores, Cardenal y Obispo de Albano, Confesor y Doctor de la Iglesia, que pasó al Señor el día 15 de Julio.
  • En Roma, el tránsito de san Camilo de Lelis, Presbítero y Confesor, Fundador de los Clérigos Regulares, ministros de los enfermos; el cual, esclarecido en virtud y milagros, fue canonizado por el Papa Benedicto XIV, y declarado por León XIII celestial Patrono de los hospitales y enfermos. Su fiesta se celebra el 18 de Julio.
  • En Roma también, san Justo, soldado a las órdenes del Tribuno Claudio; el cual, apareciéndosele milagrosamente una cruz, creyó en Cristo, y después de bautizado distribuyó todos sus bienes a los pobres; prendióle luego el Prefecto Magnecio, que le mandó azotar con nervios de buey, cubrirle la cabeza con un yelmo hecho ascua y echarle en una hoguera; pero no recibiendo daño ni en un cabello, murió confesando al Señor.
  • En Sínope del Ponto, san Focas, Mártir, Obispo de aquella ciudad, el cual, en tiempo del Emperador Trajano, superando por Cristo cárceles, prisiones, hierros y fuego, subió victorioso al cielo. Sus reliquias fueron llevadas después a Viena de Francia y colocadas en la Basílica de los santos Apóstoles.
  • En Alejandría, san Héraclas, Obispo, de tan extraordinaria reputación, que el historiador africano afirma de sí haber ido a Alejandría por visitarle.
  • En Cartago, san Ciro, Obispo, en cuya festividad san Agustín predicó de él un sermón al pueblo.
  • En Como, san Félix, primer Obispo de aquella ciudad.
  • En Brescia, san Optaciano, Obispo.
  • En Deventer de Bélgicá, san Marcelino, Presbítero y Confesor.
  • En Lima del Perú, san Francisco Solano, Sacerdote de la Orden de Menores y Confesor; el cual, ilustre en las Indias occidentales por su predicación, virtudes y milagros, murió en el Señor y fue canonizado por el Sumo Pontífice Benedicto XIII.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

R. Deo Gratias.




SAN BUENAVENTURA,
Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia



San Buenaventura, gloria y ornato de la Orden de San Francisco, ha sido llamado Doctor seráfico a causa de su profunda ciencia y de su ardiente caridad. El recuerdo de la Pasión de Jesucristo era el tema ordinario de su meditación, y la devoción especial que tenía al Santísimo Sacramento le hizo merecer el honor de recibir la Comunión de manos de un ángel. Murió en 1274, durante el concilio de Lyon, en el cual había intervenido brillantemente como obispo de Albano.



MEDITACIÓN
SOBRE SAN BUENAVENTURA, DISCÍPULO DE JESÚS CRUCIFICADO


I. El Doctor seráfico fue discípulo de Cristo crucificado. En sus adorables llagas era donde leía el amor de Jesucristo por nosotros, y donde aprendía a amarlo él, a su vez. Todos sus escritos están impregnados de una tierna devoción para con Jesucristo expirando en la cruz y oculto en la Eucaristía. ¿Qué amor tienes tú por Dios? ¿Qué haces por Jesucristo que tanto ha sufrido por ti? Sabios del siglo, sin este amor vuestra ciencia sólo es vanidad. ¿Qué haría la ciencia sin la caridad? Hincharía ¿Qué haría la caridad sin la ciencia? Induciría a error (San Bernardo).

II. Jesús clavado en la cruz enseñó a San Buenaventura la humildad, el amor a la abyección y el desprecio de las dignidades. Esta virtud se reveló en todo su esplendor cuando los cardenales se dejaron dirigir por sus consejos para elegir al Papa. ¡Qué incomparable índice de su santidad! Sabíase que el Espíritu Santo hablaba por su boca. Gregorio X, entonces elegido, lo hizo cardenal. El que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado (Evangelio).

III. La tercera virtud que San Buenaventura aprendió de Jesús crucificado fue el amor a los sufrimientos. ¿Buscas la cruz? ¿No huyes más bien de las que Dios te envía? Imita al Doctor seráfico; en adelante muéstrate discípulo de Jesús crucificado. En todas las acciones, mostremos que somos discípulos de un Maestro que ha sido clavado en la cruz (San Pedro Damián).

El amor a Dios.
Orad por el Colegio de Cardenales.


ORACIÓN
Oh Dios, que habéis enseñado a vuestro pueblo la ciencia de la salvación eterna por el ministerio de San Buenaventura, dignaos hacer que después de haberlo tenido en la tierra
como doctor y guía, merezcamos tenerlo como intercesor
en el cielo. Por J. C. N. S.





Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo III; Patron Saints Index.




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