SAN BERNABÉ,
Apóstol
n. en Chipre; † alrededor del año 60 en Salamina
Patrono de Chipre. Invocado como conciliador. Protector contra las tormentas de granizo.
Buscad la paz con todos y la santidad,
sin la cual nadie verá a Dios.
(Hebreos 12, 14)
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- En Salamina de Chipre, el triunfo de san Bernabé, Apóstol, natural de Chipre, el cual, elegido con san Pablo por los discípulos Apóstol de los Gentiles, recorrió con él muchas provincias, ejerciendo el cargo recibido de predicar el Evangelio, y vuelto finalmente a Chipre, honró allí su Apostolado con glorioso martirio. Su cuerpo fue hallado por revelación del mismo Santo en tiempo del Emperador Zenón, juntamente con el Evangelio de san Mateo, copiado de su mano.
- En Salamanca de España, el tránsito de san Juan de Sahagún, de la Orden de Ermitaños de san Agustín, Confesor, que fue esclarecido por el celo de la fe, por la santidad de vida y por los milagros. Su fiesta se celebra el día siguiente.
- En Aquilea, el martirio de los santos Félix y Fortunato, hermanos los cuales, en la persecución de Diocleciano y Maximiano, fueron suspendidos en el potro y, quemándoles los costados con hachas encendidas, que por virtud divina súbitamente se apagaron, les abrasaron el vientre con aceite hirviendo, y al cabo, perseverando constantes en la confesión de Cristo, acabaron el curso de tan glorioso combate siendo decapitados.
- En Bremen, el tránsito de san Remberto, Obispo de Hamburgo y Bremen.
- En Treviso, san Parisio, natural de Bolonia, Confesor y Monje de la Orden Camaldulense.
- En Roma, la Traslación de san Gregorio Nazianceno, Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia, cuyo sagrado cuerpo, llevado antes de Constantinopla a Roma, habiendo estado mucho tiempo en la Iglesia de la santa Madre de Dios en el campo Marcio, fue despues trasladado por el Papa Gregorio XIII con grandísima, solemnidad a una capilla, ricamente adornada por él, en la Basílica de san Pedro, y el día siguiente colocado con debido honor debajo del altar.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.
SAN BERNABÉ,
Apóstol
San Bernabé fue discípulo de Jesucristo y compañero de trabajos de San Pablo. Habiendo meditado estas palabras del Salvador: Si quieres ser perfecto, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, vendió lo que poseía y llevó el dinero obtenido a los Apóstoles. Predicó el Evangelio en Antioquía con San Pablo. Fue enseguida con el gran Apóstol a Seleucia, después a Salamina y a Pafos; y, después de haber evangelizado también a muchos otros pueblos, murió hacia el año 60.
MEDITACIÓN
SOBRE LA SANTIDAD A LA CUAL DEBEMOS TENDER,
CADA CUAL EN SU ESTADO
I. Como en este mundo no hay estado o vocación en el que no se pueda uno salvar, tampoco hay alguno en el que no sea posible condenarse, porque siempre tenemos libertad para ofender a Dios. No te fíes, pues, en la santidad de tu vocación, ni en el lugar en que habitas, ni en la posición que ocupas. Ni el lugar, ni el traje, ni la profesión son las que santifican al hombre; son las buenas obras que él hace; ellas solas le seguirán al otro mundo. ¿Cómo cumples las obligaciones que te impone el estado de vida en el que Dios te ha colocado? Se merece elogios, no por haber habitado en Jerusalén, sino por haber vivido bien en ella (San Jerónimo).
II. Vive conforme a tu estado. Una es la virtud del hombre de mundo, otra la del religioso. La vida del apóstol no es la del solitario. Estudia el espíritu de tu vocación y trata de conformarte a él. Si estás sometido a una regla, obsérvala; si no, cumple los mandamientos de Dios, consulta al director de tu conciencia y sigue sus consejos.
III. Imita a los santos que han ejercido la misma profesión que tú; toma entre ellos uno por patrono y modelo, invócalo y trata de imitarlo. No hay profesión que no tenga santos; compara su vida a la tuya, imita las virtudes de que te dan ejemplo. Ten siempre el corazón vuelto hacia el cielo al cual atraen y al cual debes ir tú mismo, pues allí es donde está Dios, tu tesoro. Que nuestro corazón esté allí donde nosotros queremos tener nuestro tesoro (Tertuliano).
La santidad y la perseverancia en nuestra vocación.
Orad por la conversión de los infieles.
ORACIÓN
Oh Dios, que nos alegráis por los méritos y la intercesión de vuestro apóstol San Bernabé, dignaos concedernos las gracias que os imploramos por su intermedio. Por J. C. N. S.
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.
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